El panperonismo de Chubut pondrá en juego este domingo 20 años en el poder, con el serio riesgo de que el batacazo agitado por Juntos por el Cambio(JxC) se haga realidad y le deje tendida una alfombra roja a la “revancha” de su fallida foto nacional de la unidad, que plasmó el domingo último en medio de la derrota que sufrió en la capital de Córdoba.
La elección se anuncia polarizada y con una participación no muy entusiasta del electorado, que en dos semanas volverá a ir a las urnas para elegir candidaturas nacionales en las PASO y que, en algunos casos, como el de la neurálgica ciudad de Trelew, viene de votar previamente sus autoridades locales en abril pasado.
Cara a cara
A la sombra del cuestionado gobierno deMariano Arcioni, la curiosidad de la fórmula peronista de “Arriba Chubut” es que su candidato, Juan Pablo Luque, se presenta como “no oficialista”: apuesta sus mejores fichas a la ventaja que pueda sacar en la sureña y petrolera Comodoro Rivadavia de la que es intendente y que además es la ciudad más poblada. Lo acompaña el vicegobernador Ricardo Sastre, oriundo de otra de las ciudades con más votantes, Puerto Madryn, gobernada por su hermano Gustavo Sastre. Si el peronismo marca diferencia en esos dos bastiones geográficos, le alcanzaría con mantener la paridad en el resto de la provincia.
El postulante de JxC, el senador del PRO Ignacio “Nacho” Torres, se presenta como favorito a partir de algunas encuestas que circularon en los últimos meses y que en las semanas finales de campaña achicaron la brecha. También se fortaleció con la victoria de su espacio en Trelew, primero en una interna y después en la general, donde Gustavo Merino dio el golpe después de 20 años de gobierno del mismo partido. El candidato a vice es el ex diputado radical Gustavo Mena.
Torres considera clave para remontar en Comodoro los resultados de un acuerdo con el sindicalista petrolero Jorge Ávila, quien el 13 de agosto encabezará la boleta de la coalición opositora para la Cámara de Diputados. Cuenta como propia a la capital administrativa, Rawson, aprovechando el arrastre del radical Damián Biss, que intenta ser reelecto como intendente. La oposición también piensa compensar algunas teóricas derrotas en la comarca andina con triunfos en Esquel y otros puntos refractarios al oficialismo.
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César Treffinger quiere convertirse en un tercero en discordia, apadrinado por Javier Milei y con Laura Mirantes como candidata a vice de su espacio Libertad Independiente Chubutense. Emilse Saavedra es la única candidata a gobernadora, acompañada por Julieta Rusconi en la boleta del Frente de Izquierda. La dupla que integran Oscar Petersen y Nancy Lobos completa la oferta con el sello de Generación para un Encuentro Nacional (GEN).
Hay 474.242 personas habilitadas para votar en 1.416 mesas de 248 escuelas de 47 localidades diferentes. Además de elegir la fórmula para la gobernación y vice, se ponen en juego también las 27 bancas de la Legislatura provincial, intendencias y concejalías (en este último caso, a excepción de Trelew, Río Mayo y Corcovado). En tres ciudades se vota por representantes populares al Consejo de la Magistratura: Sarmiento, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia, donde se suma la categoría como representante al Tribunal de Cuentas.
Impacto nacional
Aunque la provincia representa el 1,31% del padrón del país, el impacto nacional de la elección está asegurado, o en todo caso es inevitable. La oposición espera la ocasión de repetir el episodio de “los pitucos de Recoleta”, pero con mejores energías: sueña con la imagen de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich en un mismo escenario, aunque no habiendo “viajado al pedo” como pasó en Córdoba, sino para contar a Chubut como una provincia en la misma senda que San Juan y San Luis, que cambiaron de manos después de largos reinados peronistas.
El peronismo nacional también quiere una foto ganadora que venga de la Patagonia, sobre todo porque es una provincia donde Sergio Massa hizo pisar fuerte al Frente Renovador: esa historia atraviesa a esa alianza oficialista que tiene matices, ruidos y grietas; que en 2015 ganó la gobernación con Mario das Neves al frente y que tras su fallecimiento legó la gestión a Arcioni.
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Ahora, el gobierno chubutense afronta un duro y extendido conflicto educativo, polémicas por la Ley de Minería, un fuerte endeudamiento que demoró hasta el pago de salarios estatales y cuestionamientos a sus políticas de Seguridad. Arcioni es tan fustigado que solo consiguió para este año una candidatura marginal: se presenta como candidato a legislador del Parlasur.
Aunque el jueves hubo cierres pacíficos y relativamente masivos de parte de las fuerzas más importantes –todas eligieron Comodoro Rivadavia para su clausura de campaña- la campaña estuvo agitada en el último tramo, hasta con violentos incidentes en un acto de Luque en Trelew.
El calendario electoral también abre la puerta a especulaciones: Chubut vota en el cierre de sus vacaciones de invierno y de un fin de semana largo, producto de que este viernes fue feriado porque se recuerda el primer desembarco de galeses. En algunos sectores de la comunidad hay tanta confusión y desinformación que hasta se desconocen en estas horas los alcances de la veda electoral. Todo en un panorama general donde la participación del electorado está en baja.
Una interpretación es que esa tendencia puede fortalecer la incidencia del aparato estatal de la provincia y de los principales municipios en la última para electoral antes de las primarias del 13 de agosto.