El gobernador visitó al papa Francisco, después del abrazo con Axel Kicillof y de una cumbre con Victoria Villarruel. Rosas, espinas y un punto en la provincia.
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, con el Papa Francisco: encuentro en el Vaticano.
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, sumó una selfie para su álbum antigrieta, que viene nutriendo tupido en las últimas semanas: esta vez se encontró con el papa Francisco y le dio alta visibilidad a ese encuentro.
Torres llegó a Roma para participar de una cumbre de líderes que organiza la Iglesia Católica, bautizado como Encuentro Internacional del Sentido, impulsado por el Movimiento Educativo Internacional Scholas Occurrentes y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).
El gobernador saludó el “cálido” recibimiento de Jorge Bergoglio y resumió: “En tiempos difíciles para el mundo y nuestro país, se vuelve imprescindible reivindicar mensajes y ejemplos de diálogo, concordia, solidaridad y esperanza, como los que transmite nuestro querido Francisco”.
Desde que asumió después de vencer al panperonismo tras 20 años de gobernaciones sucesivas, Torres viene armando un espacio que le permita independizarse del PRO por el centro. En ese camino, ha tenido sucesivos planteos ante diferentes sectores: convulsionó el vínculo con el gobierno nacional de Javier Milei cuando se convirtió en Subcomandante Nacho en defensa de la actividad pesquera en la región, pero también aceitó el avance de algunas normativas que La Libertad Avanza necesita en el Congreso.
Torres sueña con armar su lema Despierta Chubut como un partido provincial, que pivotee con las fuerzas que le convengan y necesite, en el estilo de lo que han logrado otros gobiernos de la Patagonia.
En ese camino hay rosas y espinas, además de conductas o gestos que pueden disparar contradicciones, ambigüedades o planteos internos. En las últimas horas dejó nuevos ejemplos, en una de sus habituales recorridas por los canales de la televisión porteña: por un lado, Torres advirtió que si el PRO se fusiona con La Libertad Avanza está dispuesto a dar un portazo, un tiro por elevación a su amiga/enemiga íntima Patricia Bullrich, con quien tiene constantes vaivenes en la relación política. “Yo no sería funcionario de este gobierno”, completó.
Por otro lado, el mismo Torres soltó que si a Milei “le va bien y la emboca, lo voto con las dos manos”, aunque le tiró un mensaje en tono de reclamo desde su espíritu antigrieta: le pidió que “pare la pelota, levante la cabeza y entienda que es momento de buscar aliados y no sistemáticamente buscar enemigos”.
En sus idas y venidas para forjar su ancha avenida del medio, Torres todavía mastica los tironeos en su contra que causó el reciente encuentro con Axel Kicillof: el acuerdo con el gobernador bonaerense para la utilización de ambulancias fue uno de los capítulos más potentes del raid antigrieta, pero justamente el que a Torres le causó más dolores de cabeza internos.
A contramano, el peronismo de Chubut, todavía golpeado por las derrotas y en constante discusión interna, sin liderazgos del todo claros, se sintió reactivado por una suerte de “reconocimiento” a las políticas nacionales y populares: a Torres le cayeron sarcasmos y chicanas, además de críticas porque ninguna de las ambulancias fue a parar a Comodoro Rivadavia, la ciudad más grande de la provincia, y gobernada por el peronista Othar Macharashvili.
Algunos de los aliados originales más importantes del gobernador se pararon de manos ante el abrazo con su par bonaerense y el rechazo también resonó en las redes sociales, ese territorio ahora visitado como si fuera la única verdad.
A Torres no le quedó otra que tomar nota, entre otras cosas porque hasta su vicegobernador, Gustavo Menna, un radical con experiencia que aporta de modo notable al equilibrio de la alianza chubutense, le hizo un plantón a las actividades conjuntas con Kicillof: en la andanada antigrieta también hay límites.
A lo mejor por eso mismo a las pocas horas Torres tuvo que gestar una foto en la vereda de enfrente: el mismo Torres que se abrazó con Kicillof desembarcó en el despacho de la vicepresidenta Victoria Villarruel, junto a Menna y la senadora Edith Terenzi. Terenzi puede ser clave en la votación por la ley ómnibus. Torres ya anunció que las dos legisladoras que le responden en la cámara alta respaldarán el proyecto oficialista, a excepción del regreso del impuesto a las Ganancias. Torres incluso considera que el RIGI es “una oportunidad” para Chubut.
Aunque la reunión con Villarruel se disfrazó de encuentro “protocolar”, la reunión le abrió la puerta a una visita de la vicepresidenta a Chubut, en plan de visibilización de su figura. En su infancia, la vicepresidenta vivió en la localidad chubutense de Río Mayo.
Aún con chisporroteos recientes, el tándem Torres-Menna celebró en estas horas otro triunfo del “consenso” en la Legislatura provincial. Después de la festejada sanción de la "ficha limpia", ahora el gobierno logró sacar las reformas en el Código Procesal Penal, agitadas como parte de los planteos públicos en busca de Seguridad. “Dimos un paso importante hacia una provincia más segura”, se jactó el gobernador.
El debate también fue un capítulo antigrieta, que contó con aportes de todos los bloques legislativos y participación de especialistas y referencias de los distintos poderes. Torres cuida la buenísima onda que encontró en el Poder Legislativo cuando se plantó ante algunos abusos del gobierno nacional y encontró una solidaridad transversal que lo bancó ante las agresiones directas de Milei y su ejército de trolls.