La expectativa creada en círculos católicos sobre la posibilidad de que el papa Francisco confirmara su visita a la Argentina en el vuelo de regreso de su gira por Asia y Oceanía quedó en la casilla de la ilusión. El pontífice volvió a poner el viaje entre signos de interrogación y dio a entender que estaba descartado para este año.
"Es algo que no está decidido. Me gustaría ir, es mi pueblo, pero no lo he decidido. Hay varias cosas que resolver primero", respondió Jorge Bergoglio a la prensa tras aterrizar este viernes en el aeropuerto internacional de Fiumicino, en Roma, Italia.
Condicionantes físicos y políticos
A fines de junio, el pontífice subordinó su visita al país “en parte” al impacto en su estado físico de la travesía de 12 días a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.
Lo hizo durante un encuentro en la Casa Santa Marta con el exembajador ante la Santa Sede Carlos Custer, quien aseguró que el papa reiteró su “deseo y voluntad” de visitar su tierra natal, aunque sin especificar una fecha.
papa francisco bandera argentina
Un grupo exhibe una bandera con el pedido al papa Francisco
NA
Más entrado agosto, Bergoglio hizo trascender otro condicionante, ya no físico, sino de orden político: los encontronazos del presidente Javier Milei y demás referentes del oficialismo con representantes de la oposición y, también, puertas adentro del clan libertario.
“Ese todos contra todos tan frecuente; esa grieta eterna; esas peleas intestinas; no le gustan a Francisco y le preocupan”, dijo a Letra P un sacerdote residente en Roma que canaliza información calificada y “todos los chismes políticos” que llegan de Buenos Aires.
Diana Mondino, funcionarios e internas
Como viene contando Letra P, el gobierno libertario demoró nombramientos en puestos claves para organizar una eventual visita papal para este año. La disputa interna entre la canciller Diana Mondino y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por imponer un nombre demoró la designación del secretario de Culto.
El primer triunfo parcial fue para la dirigente macrista devenida libertaria, que logró imponer al neuquino Francisco Sánchez pese a los cuestionamientos de los credos por su historial de dichos ofensivos contra el papa, el judaísmo y las personas de fe musulmana.
El faltazo al tedeum del 25 de mayo; la crisis por la visita a la mezquita de Palermo, a la que Milei decidió a último momento no ir; pero, sobre todo, los gastos de su peregrinación a la cumbre de Vox en España, hicieron que Sánchez ingresara en la lista de funcionarios que no funcionan y fuera echado de su cargo.
Tras el cambio de denominación a Secretaría de Culto y Civilización, en el lugar de Sánchez llegó Nahuel Sotelo, un millennial libertario que era diputado en la Legislatura bonaerense, con llegada a Karina Milei y Santiago Caputo y que ya avisó que está dispuesto a hacer “todo lo necesario” para que la visita de Francisco se concrete.
Mondino también tuvo que lidiar con la demora vaticana al plácet para imponer su idea de instalar un funcionario de carrera diplomática, como Luis Beltramino, en la silla de la Embajada argentina ante la Santa Sede.
Javier Milei hizo lo suyo
Milei hizo su parte, al cumplir con los trámites diplomáticos e invitarlo formalmente por carta. También, reiterándole verbalmente -cada vez que se lo cruzó- el deseo personal de que visitase pronto su tierra natal, donde la pobreza trepó al 52% y la indigencia llegó al 17,9% en el primer semestre de la gestión libertaria.
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Según datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA UCA), el dato resulta de un promedio entre el primer trimestre del año, en el que 54,9% de la población argentina se encontraba bajo la línea de pobreza y el 20,3% era indigente; y el segundo período, en el cual los indicadores bajaron al 49,4% y 15,9%, respectivamente.
El camino a casa de los papas
En 11 años de papado, Francisco realizó 45 viajes fuera de Italia y visitó 64 países, pero la visita a su tierra sigue en la agenda de “pendientes” del argentino, que se fue a Roma en marzo de 2013 y nunca regresó, pese a que estuvo varias veces en Sudamérica: en Brasil en 2013; en Ecuador, Bolivia y Paraguay en 2015; en Colombia en 2017; y en Perú y Chile en 2018.
En el debe francisquista quedan Uruguay y Venezuela; además de la Argentina.
No fue el caso de sus antecesores. Joseph Ratzinger visitó Alemania en dos oportunidades. Una fue en septiembre de 2005, al poco tiempo de ser proclamado Benedicto XI, y la otra en septiembre de 2011.
En los casi 26 años de pontificado de Karol Wojtyla, Juan Pablo II visitó Polonia en tres ocasiones: en 1979, en 1983 y en 1987.