La muerte del colectivero Daniel Barrientos y la posterior golpiza que recibió el ministro de Seguridad Sergio Berni por parte de los compañeros de trabajo del chofer golpeó fuerte no sólo al Sheriff bonaerense, que terminó con fisura cráneofacial, sino también al gobierno que encabeza Axel Kicillof. No obstante, para el gobernador, lo sucedido este lunes “no es algo que esté prediciendo una crisis social”, aunque busca encapsular el hecho. Al mismo tiempo, ratifica la marcha de su gestión en Seguridad: “Somos un gobierno que da la cara y lo vamos a seguir haciendo”, afirman en su entorno. ¿El impacto electoral? En La Plata dicen desconocerlo, mientras apuntan contra una oposición “carancho” que –afirman– daña al mandatario.
“No nos parece que esto sea algo normal, ni natural que esté pasando en cada uno de los lugares, lo circunscribimos a la situación muy particular de ayer. Tampoco creemos que sea algo que esté prediciendo una crisis social, no hay indicios que nos hagan sospechar eso”, afirmó a Letra P alguien con despacho en el edificio gubernamental del Calle 6 y trato permanente con Kicillof, quien este lunes estuvo junto al gobernador desde que se conoció el crimen en La Matanza hasta la madrugada de este martes.
En intendencias del Gran Buenos Aires hay una mirada coincidente en cuanto a que no vislumbran estallido, pero a diferencia de la Provincia alertan sobre la situación. “Esto no es algo que le pasó a Berni, es algo que le pasó a la política y así hay que leerlo y tomar nota”, dijo a Letra P un jefe comunal del sur del conurbano que dijo compartir diagnóstico con algunos de sus pares.
Con Kicillof en silencio, el gobierno busca encapsular el conflicto, contenerlo, y avanza con las medidas que prometieron el lunes Berni y su par de Transporte, Jorge D’Onofrio (cámaras de seguridad y centro de monitoreo con inteligencia artificial) al sindicato que agrupa a los gremios del transporte. “Somos un gobierno que pone la cara y el cuerpo siempre y lo vamos a seguir haciendo siempre, no nos vamos a esconder o dejar de hacer”, afirmaron en La Plata ante la consulta respecto de si esta situación cambiará la dinámica de trabajo del funcionariado en general o del propio gobernador en el territorio.
En el entorno de Kicillof reconocen que “no hay medidas grandilocuentes” contra la inseguridad que mostrar, pero insisten en que están en el camino correcto con la inversión “histórica” en equipamiento, patrulleros, formación de la policía y reclutamiento de nuevos cadetes para incorporar a la fuerza.
Al mismo tiempo, las fuentes indicaron que volverán a insistir con el envío de fuerzas federales al conurbano, porque el personal policial “no alcanza” para dar las respuestas que la provincia necesita en la materia.
Oposición carancho
Los funcionarios que responden a Kicillof prefieren no especular respecto del impacto electoral que pueda tener en el oficialismo el trágico hecho en La Matanza y el devenir de la protesta, pero sí apuntan a la oposición. “Hay un sector de la oposición que está muy acostumbrado a ‘caranchear’ con las muertes y lo hacen siempre. Saben muy bien cómo usar las desgracias de las victimas para hacer política, es lo mejor que saben hacer, gobernar no saben, pero caranchear con muertes lo hacen muy bien, les sale muy bien ese papel”, descargaron en gobernación.
En la tarde, luego de que el diputado del PRO Diego Santilli dijera “esto no aguanta hasta diciembre, hay que sacar las fuerzas a la calle”, el Jefe de Asesores, Carlos Bianco, salió a cruzarlo con dureza: “Siempre serán golpistas y antidemocráticos”.
Silencio
Letra P consultó a voceros de la gobernación sobre cuál es la razón del silencio del mandatario. Contestaron con una pregunta: “¿Qué aportaba Axel haciéndose el héroe o la víctima en una entrevista? Estaba trabajando para ayudar a la familia de la victima en todo lo que necesitara, trabajando con el gremio y las empresas para dar mayores medidas de seguridad; aportaba laburando, no haciéndose la víctima en los canales de televisión”.