LIBERTARIOS VS. FEDERALES

Axel Kicillof le respondió a Javier Milei: "Es un gobierno de millonarios, inútiles y mentirosos"

El Presidente había definido al gobernador como “un incapaz superlativo”. “Me importa tres belines”, contestó el bonaerense. Enemigos preferidos.

“Se mintió mucho: el ajuste lo paga la casta... No eran los mismos de siempre... Y ahora vemos los ministerios administrados por la gente de (Mauricio) Macri como Bullrich o Caputo. Es una estafa”, se quejó el economista.

“Nos está metiendo en una guerra que no es nuestra, y en un conflicto internacional con España. Fue a Europa y no trajo un inversor”, remarcó el mandatario este viernes en un acto en el municipio de Tornquist. “Me llena de orgullo que en nuestra provincia no se respira la misma corriente”, celebró el gobernador, acompañado por la ministra de Ambiente, Daniela Vila y la ministra de Hábitat, Silvina Batakis.

Kicillof reconoció que “de la escuela anarcocapitalista alguien puede haber dicho 'probemos con eso'", pero advirtió que "parece que no es una poción mágica. Más bien parece algo tóxico. Venenoso para la Argentina”.

A pesar de las críticas hacia el líder libertario, el mandatario provincial pidió ir "más allá de su figura" y "volver a discutir un proyecto de país". "Hoy está bajo ataque la salud, la educación, la obra pública. Se está discutiendo un modelo de país", insistió el exministro de Economía.

Axel Kicillof contra el ajuste a las provincias

El gobernador bonaerense denunció que a las provincias les sacaron "todos los recursos, no solo los discrecionales. También los que son para los maestros, para el colectivo, para seguridad, para jubilados" y prometió que se movilizarán y alertó que los "castigarán el doble".

"Mientras a aquellos que no levantan la voz por si se enojan no les va muy bien tampoco. Tenemos un gobierno que trabaja para intereses que no son los nuestros. Y nuestro mandato también proviene de las urnas”, manifestó Kicillof.

Maximo Kirchner y Axel Kicillof.
Héctor Daer abraza a Axel Kicillof en la sede de la CGT. Foto: Pilar Camacho

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