Este miércoles, a las 15:45 de Buenos Aires, Alberto Fernández será recibido por Joe Biden en la Casa Blanca, donde los presidentes mantendrán un encuentro de una hora y media, primero a solas y luego con la presencia de funcionarios destacados de ambos países.
Por la Argentina se anotarán Santiago Cafiero, Sergio Massa, Aníbal Fernández y el embajador Jorge Argüello. Por Estados Unidos, el secretario de Estado, Antony Blinken; su par del Tesoro, Janet Yellen; el director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Juan Sebastián González; el director de Cono Sur de ese organismo, Lorenzo Harris; el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan; el subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols; y el embajador en nuestro país, Marc Stanley. Realmente, la plana mayor del gobierno norteamericano en lo que refiere a la relación bilateral, algo que exhibieron con orgullo Cafiero y Argüello.
La reunión de trabajo le permitirá a la delegación nacional plantear temas sensibles, desde los daños que la guerra en Ucrania y la sequía le están haciendo a la economía –con un subtexto: que el FMI flexibilice las metas que le impone al país – hasta la necesidad de que las inversiones y el comercio sigan fluyendo sin trabas en el prometedor sector del litio. El demócrata, por su parte, dirá lo suyo en materia de agenda bilateral y regional e, infaltable, pedirá como prueba de amor una ratificación de la condena al conflicto desatado en Europa del este por Vladímir Putin.
Al respecto, Cafiero participó ayer de un encuentro virtual organizado por Blinken para debatir en "presencia" de Volodímir Zelenski cómo llegar a Una paz justa y duradera en Ucrania. El canciller abogó por una solución pacífica que, a tono con la tradición y el interés argentino –por Malvinas–, contemple el derecho de ese país a mantener su integridad territorial.
¿Hablarán también los presidentes sobre China, la gran obsesión de Biden, cuya presidencia tiene como objetivo estratégico contener en todo lo posible la emergencia de una nueva superpotencia capaz de desafiar a Estados Unidos? A propósito… ¿cuándo definirá el Gobierno qué hace con un proveedor clave de equipos para el tendido de la red 5G, Huawei, al que Washington desearía ver excluido de toda licitación, pero al que la Argentina no debería discriminar si pretende mantener abiertos los tubos de oxígeno financiero que le llegan de Pekín?
La agenda de Massa
Lo que Fernández diga sobre los daños económicos de la guerra y la sequía, sumado a lo que se discuta al respecto en la reunión de ministros, será puesto más tarde en negro sobre blanco por Massa en sus reuniones en el Departamento del Tesoro y en el propio Fondo Monetario Internacional. Se sabe que el primero tiene la llave de lo que ocurre en el segundo y que, entonces, será fundamental que allí se entienda que la Argentina no está para bajar el déficit fiscal en medio punto del PBI –del 2,4% a 1,9%–, acumular reservas y realizar pagos netos por entre 2.500 y 3.000 millones en un año que encima es electoral.
En tanto, el ministro de Economía avanzó ayer con dos temas sensibles.
Por un lado, discutió con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el brasileño Ilan Goldfajn, el cronograma de desembolsos de esa entidad para el próximo semestre.
Por el otro, acompañado por el director general de la Aduana, Guillermo Michel, mantuvo un encuentro con representantes del Servicio de Investigaciones de Seguridad Interior para incrementar el intercambio de información sobre maniobras comerciales fraudulentas, una de las canaletas por las que se van los escasos dólares oficiales, como siempre ocurre en los esquemas de control de cambios.
Lo dicho hace al ingreso de dólares y a su salida. Esto, claro, nos introduce en el tema del momento.
Pensá en verde (parte mil)
Las tensiones económicas que tienen a Massa con la atención dividida entre Estados Unidos y nuestro país se le representaron de modo evidente a Fernández en el encuentro que mantuvo en Nueva York con representantes de empresas y bancos. En el mismo se repasaron –otra vez y con una dosis de aspereza– asuntos como el cepo, el "populismo", las peleas internas de la alianza de gobierno y la posible candidatura del propio Presidente.
El Frente de Todos frenó en la Cámara de Diputados una iniciativa de la oposición para derogar los decretos que dispusieron la pesificación obligatoria de la deuda pública en manos de la ANSES. La evolución que mostraron los tipos de cambio paralelos en los últimos días pone de manifiesto que el impacto inicial del anuncio se ha diluido y que, para mantenerlos calmos, debería pasar de la amenaza a los hechos puros y duros, interviniendo efectivamente en esos mercados mediante la venta de bonos.
Mientras, el ilegal blue, pegó un nuevo estirón y quedó a un pasito nada más de los 400 pesos, algo que sin dudas no contribuye a la paz buscada.
El oficial, claro, sigue sujetado por el cepo, pero cabe preguntarse hasta qué punto el Banco Central podrá seguir cediendo reservas –este martes, 74 millones de dólares, 1.628,5 millones en lo que va del mes–.
La interna también espera
Como señalamos, Fernández fue interrogado en el encuentro con representantes de empresas estadounidenses sobre su candidatura. Tal como lo hace aquí, nada dijo, más allá de su reivindicación de las PASO como mecanismo para que el Frente de Todos canalice sus reyertas.
En Buenos Aires, el cristinismo se prepara para competir en las primarias que, hasta no hace mucho, rechazaba tajantemente. Eduardo "Wado" de Pedro dijo: "Nunca soñé con ser presidente. Lo que hago es pensar la Argentina y poner el cuerpo para mejorar la vida de los argentinos desde el lugar que me toque. Voy a hacer lo que la coalición a la que pertenezco decida". La base está…
Mientras, otro que sueña con ser ungido por el dedo de Cristina Fernández de Kirchner, Jorge Capitanich, se despachó con la idea de resolver la crónica escasez de divisas a través de la implantación de "un régimen multimonetario sobre la base de una moneda digital de curso legal obligatorio para tener trazabilidad hacia adelante". Mucho texto… ¿qué será eso? ¿Algo así como "la libre elección de moneda" que plantea Patricia Bullrich, pero recargada? ¿Una traducción complicada, acaso, de la denuncia de la vicepresidenta sobre los males que le causa al país el bimonetarismo que rige de hecho? ¿Alguien le advirtió al chaqueño que, puesta a elegir, cualquier empresa en condiciones de imponer condiciones preferirá pagar en pesos y cobrar en dólares? Lo que pasa es demasiado serio como para que se lo trate sin las debidas precisiones.