El Senado aprobó a mano alzada y sin debate el aumento de las dietas desde mayo para los integrantes de esa Cámara, que duplicará las que ganan: percibirán más de 4 millones de pesos en mano. El proyecto lo presentó el salteño Juan Carlos Romero(Cambia Federal) e indexa los ingresos al valor de los módulos que cobran los empleados.
El PRO y La Libertad Avanza aclararon que no votaron a favor, aunque ningún miembro de ambas bancadas pidió una votación nominal para exponer a los autores de la iniciativa, que necesitaba dos tercios, porque no figuraba en el temario de sesión. "Si no la quieren, que la devuelvan", repitieron al salir del recinto miembros de UP y de los partidos provinciales que levantaron la mano.
El proyecto de Romero tiene la firma de algunos de sus pares como Pablo Blanco (UCR) y la neuquina Lucila Crexell. También aparece el sanjuanino Bruno Olivera Lucero, de La Libertad Avanza, quien luego negó haber adherido. Unión por la Patria lo avaló e impuso su incorporación al temario en una tensa reunión de labor parlamentaria este jueves a la mañana, cuando se había evaluado desechar su tratamiento porque se había filtrado en las redes sociales.
El tratamiento casi se frustra porque muchos miembros del Senado empezaron a retirarse para no votarlo, mientras se debatían los tratados internacionales. Pero la sesión nunca llegó a quedase sin cuórum.
El dietazo del Senado
El proyecto engancha la dietas de los senadores a la variación de los módulos, denominación que se utiliza para calcular el salario de un empleado legislativo. Cada uno representa un aproximado a $ 1.800, pero se actualizan en forma periódica.
Según el proyecto aprobado, a cada una de las 13 dietas anuales de 2.500 módulos se le suman otros 1.000 por gastos de representación y 500 por desarraigo, pero que alcanzará sólo para quienes vivan lejos de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de los 12 sueldos mensuales más un aguinaldo.
La suma supera los $ 7 millones en bruto, aunque con los descuentos por impuestos y otros ítems, en mano significa un poco más de $ 4 millones. Es el doble que el monto de la dieta actual, que no llega a $ 2 millones, luego que Milei obligara a Victoria Villarruel y Martín Menem a desestimar el incremento que habían dispuesto en marzo en el Congreso.
En aquella oportunidad, los titulares de ambas Cámaras habían aplicado la resolución vigente, que enganchaba las dietas a la paritaria de empleados legislativos. Permitía un aumento de sólo 30%, muy por debajo del que se aprobó en el Senado.
Yo no fui
La votación se realizó a mano alzada, una práctica que se utiliza cuando hay unanimidad y nadie está interesado en contar los votos. En este caso, como el proyecto no tenía dictamen, ni formaba parte del orden del día de la sesión, requería dos tercios de los presentes para ser habilitado y luego considerado.
Una manera de exponer a quienes querían aumentarse las dietas era que al menos uno de los integrantes del Senado pidiera la votación nominal. Nadie lo hizo y Villarruel habilitó el método tradicional, que no deja constancia de la voluntad de cada representante.
Los jefes de bloque del PRO, Luis Juez; y de LLA, Ezequiel Atauche, fueron los primeros en anunciar que sus bancadas no habían acompañado el dietazo. Tienen como excusarse: suman 15 votos, diez menos que lo necesario para bloquear los dos tercios.
En el paneo aéreo de la votación, registrado por Senado TV, se observan pocas manos levantadas en el sector de la UCR y sólo algunas bajas en Unión por la Patria. De un simple vistazo, no parece haber voluntad de dos tercios de los presentes. De todos modos, nadie cuestionó el resultado en el recinto.