19N SEGUNDA VUELTA

Javier Milei y Sergio Massa, dos candidatos en busca del cambio

El libertario tenía que apuntar al electorado de centro, pero no logró profundizar sus propuestas. El oficialista quiso demostrar que era el único capaz de gobernar.

Desde el punto de vista estratégico, tanto Sergio Massa(Unión por la Patria) como Javier Milei(La Libertad Avanza) fueron al debate presidencial de este domingo a buscar centralmente el voto del tercio que no los eligió. Es decir, parte del voto de Patricia Bullrich, de Juan Schiaretti o el voto en blanco de las elecciones generales. Los dos fueron a buscar un elector que de modos distintos integra la “ola cambista”.

El desafío para Milei parecía ser aritméticamente más favorable porque tenía que ir detrás de su propio tipo de voto, uno opositor.

Días atrás se especulaba con la posibilidad de que el candidato de La Libertad Avanza (LLA) apareciera “neutralizado” y sereno y muchos se lo imaginaban hasta lector de sus discursos, pero por las reglas del debate finalmente no pudo ser. Otros se imaginaban a un Milei hablando a los gritos.

No pasó del todo ni una cosa ni la otra.

Era difícil para Milei forzar un giro al centro al estilo Marine Le Pen, la líder francesa que tomó años en construir un perfil propio. Sin embargo, sí podía pedírsele que tuviera dominio sobre alguno de los temas que le permitieran defender sus propias posiciones. Sin embargo, en un contexto económico complejo, Milei no pudo ni siquiera volver a poner el eje de la temática económica de su lado de la cancha.

El candidato de LLA empezó nervioso y tuvo un desempeño magro a lo largo de todo el debate, en donde más allá de las chicanas, ataques y defensas explicó cuestiones de visión general sin terminar de hacer pie en propuestas concretas. Tampoco tuvo éxito desde el punto de vista discursivo en poder organizar y transmitir ordenadamente una visión.

En general, pero más marcadamente en ese primer bloque, a la inversa de lo que pasó con Jair Bolsonaro en el debate contra Lula Da Silva en Brasil, no se vio en el candidato libertario a alguien que controlara la dinámica del encuentro.

Dado que Milei iba a buscar votos más al centro que su posición, podría haberse tratado de una estrategia. Sin embargo, en lugar de vérselo sólido marcando sus posiciones, se lo vio en una gran parte del debate respondiendo y a la defensiva, sin poder plantear nada nuevo. Más que estrategia pareció falta de dinámica de debate político y de preparación.

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Aunque en el segundo bloque temático Milei pudo sumar algunas palabras más sobre su mirada y debatir desde ahí con Massa, siguió encontrando límites cada vez que tenía que profundizar en un tema. Así, por ejemplo, se rió cuando el candidato de Unión por la Patria (UP) le preguntó si conocía el GDE (el sistema de gestión electrónica de los expedientes del Estado) o se enredó hablando de la intervención de las Fuerzas Armadas.

A diferencia de Milei, Sergio Massa parecía ser quien tenía la parte más difícil.

Lejos de traer el miedo a escena con elementos retóricos, Massa evitó cualquier frase que pudiera dejarlo en el lugar de agitador de fantasmas. Le recordó sí, e hizo hablar a Milei, sobre sus propias posiciones.

Massa puso el acento en reforzar sus propios atributos haciendo un juego de contraste equilibrado con los atributos negativos de Milei.

El candidato de UP arrancó el debate proponiendo “un cambio” y se dedicó todo el resto del tiempo a marcar antes que cualquier otra cosa su dominio sobre los temas y su posición de autoridad en el debate.

Más allá de hablar de los temas, se puede decir que Massa tuvo durante todo el encuentro el gran objetivo de demostrar que él era el único capaz de gobernar.

milei logro terminar con la campana del miedo
el tigre rugio, el leon se aplaco

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