MERLO (Corresponsalía Buenos Aires) Antes de que Mario Secco hablara unos minutos con la prensa, el único que había roto el silencio generalizado había sido Alberto Samid, un histórico de las cumbres del peronismo que goza de impunidad dialéctica, pero que en esta cita en Merlo le aplicaron derecho de admisión y no pudo entrar. A la espera de los pesos pesados, como Máximo Kirchner, el gobernador Axel Kicillof o el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, que quedó hace días en el centro del polémica por un off the record que lo enfrentó con el albertismo de la Casa Rosada, los intendentes con invitación a la Quinta Municipal La Colonial de este distrito prefirieron reservarse sus opiniones previas. Con una foto difundida como primer mensaje público del bosquejo para la conformación de una mesa que pretenda planificar la estrategia electoral, una idea que le reclaman sin éxito a la Casa Rosada, el cónclave se estiró hasta casi la medianoche dejando la promesa, al cierre de esta nota, de enviar un comunicado.
Pasadas las 19, el intendente de San Vicente, Nicolás Mantegazza, fue de los primeros en llegar. Y también fue quien avisó que la entrada de los vehículos era eso nomás, no había alfombra roja para que caminara la dirigencia convocada. En plena renovada tensión en la cúpula del Frente de Todos, más allá de versiones que presagian que la cita buscará bajar los decibeles, no hubo narrativa unificada para enfrentar a los medios que, como Letra P, atestiguaron la previa de la cumbre. La casa que está al fondo del camino era la misma que ofició de escenario para la presentación en sociedad de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner en 2019. Mucha agua corrió bajo el puente desde entonces.
Poco después llegó Martín Insaurralde: el jefe de Gabinete bonaerense se sentó por la mañana en la mesa que compartieron en la gobernación Kicillof, Kirchner y Andrés Larroque, cuya entrevista difundida este martes, en la que criticó duramente a Fernández, generó más ruido en la coalición gobernante. El Presidente no fue invitado a Merlo, bajo la excusa de ser una reunión del FdT provincial. Tampoco asistió la albertista bonaerense Victoria Tolosa Paz, si bien sí llegó su par del gabinete Gabriel Katopodis. Con demora, por tener una reunión con la Mesa de Enlace a la misma hora, apareció Sergio Massa, para cenar. Será la primera rosca pública del líder del Frente Renovador desde que tomó el control del Palacio de Hacienda.
Con el parque abierto y colmado de familias que disfrutaban la caída de la tarde, el desfile de autos y camionetas fue incesante. A 10 minutos de las 20, hora prevista para el comienzo de los discursos, llegó el trío de Kicillof-Kirchner-De Pedro. Un puñado de alcaldes del conurbano todavía no habían arribado.
Pasadas las 21, después de anunciar medidas a favor de los productores afectados por las sequías, Massa aterrizó en un helicóptero en Merlo. Minutos después, los organizadores difundieron una instantánea conjunta de los participantes. Junto a intendentes e intendentas de la primera y la tercera sección electoral, se pararon sobre el césped dirigentes del PJ, del Frente Renovador, el Frente Grande y Nuevo Encuentro. El equipo de De Pedro, a las 23, envió una serie de fotos del ministro con varios de los presentes, un álbum para la campaña.
En la mesa, según supo Letra P, primero tomó la palabra el anfitrión, el intendente local Gustavo Menéndez, luego Kicillof y siguió Massa. Con el postre, Máximo Kirchner continuó en la lista de oradores. Esas declaraciones no fueron difundidas de forma pública, pero la foto promocionada -como reza el dicho- valió más que mil palabras. Al menos para la Casa Rosada.