EL AMIGO BRASILEÑO

El Círculo Rojo abraza a Lula y ya saca cuentas del acuerdo regional

El establishment local confía en el liderazgo del líder del PT para conducir una avanzada que ponga a la región como un jugador comercial clave ante la UE.

El Círculo Rojo festejó el avance del acuerdo regional Argentina-Brasil, de la mano de los presidentes Alberto Fernández y Luiz Inácio Lula da Silva, y centró sus expectativas en una resurrección del Mercosur que permita poner en marcha un nuevo avance para efectivizar el acuerdo con la Unión Europea. El establishment ve con buenos ojos la posibilidad de que se originen nuevos entendimientos comerciales con el viejo continente, celebrada en la era Cambiemos y que quedó en estado gaseoso, en momentos en que existe demanda de seguridad alimentaria y energética luego de la pandemia y con la guerra en Ucrania de fondo, y considera que el liderazgo del flamante jefe de estado brasileño se convertirá en el puntal político que permita superar los vaivenes electorales que atravesará la Argentina por la sucesión presidencial. La moneda común y, antes una cooperación financiera para desarrollar negocios que se exporten al mundo entusiasmó, al mundo empresario por la generación de negocios paralizados hasta el momento.

 

"Como presidente de la UIA fui uno de los primeros que escuché la idea de una moneda común en el Mercosur, que en ese momento la había planteado el exministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, pero que no tuvo eco en el gobierno de Mauricio Macri", recordó el expresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, quien diferenció la estrategia de la política regional que el mandatario Jair Bolsonaro tenía en relación con el bloque comercial: "Me imagino un Lula con esa mirada pro-Mercosur que tenía antes, lo que sería muy bueno para la Argentina y para la región".

 

Acevedo, integrante de la familia que es dueña de Aceitera General Deheza (AGD), admitió que le "encanta" el retorno de Da Silva en cuestiones de relaciones comerciales de la región, al sostener que se trata de "un político que siempre ha tenido una mirada positiva al Mercosur y puede liderar un rejuvenecimiento del bloque, no sólo buscando una moneda, sino para ser competitivos y terminar de una vez por todas el acuerdo con la Unión Europea, que hoy sería muy beneficioso para Argentina, ya que Europa necesita proveedores confiables y el Mercosur podría convertirse en esa categoría". "Es un buen momento para terminar esas negociaciones, con un Brasil activo liderado por Lula y prescindiendo de quién va a estar en el gobierno en la Argentina", sentenció, en diálogo con Letra P.

 

Otros participantes del círculo rojo prefirieron el off the record para admitir que "en cuestiones comerciales no existe la incomodidad política", al evitar elogios o críticas al retorno de Lula al poder presidencial de Brasil. Comparten la idea generalizada que la cooperación entre ambos países abrirá nuevos horizontes en los negocios, que podrían, incluso, superar la coyuntura de restricciones que existe en la Argentina por la escasez de divisas y la presión inflacionaria. Si existe una suerte de "salvoconducto", que además pueda encapsular las incertidumbres electorales del país, "puede generarse un clima de oportunidades que, sin dejar de lado los problemas domésticos, permita ver más allá del corto y mediano plazo en que se mueve la realidad local", le dijo a LetraP otro dueño de una empresa nacional.

 

Un alto porcentaje de los consultados coincide con Acevedo en la existencia de una ventana de oportunidad para recuperar una relación comercial con la UE que no sólo aumente la capacidad comercial entre ambos bloques, sino que reabra el circuito de las inversiones. "Hoy nadie ni siquiera te quiere vender un insumo, porque temen que no puedas pagarle un dólar. Mucho menos una empresa multinacional está pensando en traer sus dólares al país cuando no tienen seguridad de contar con lo necesario para producir, y mucho menos tiene garantizado el retorno de sus utilidades a casa matriz. Pero un respaldo como Brasil cambia el escenario y genera otra expectativa en los negocios y en las inversiones", analizó un integrante de la mesa chica de la UIA.

 

Justamente la casa de los industriales, que reúne desde pymes hasta las fábricas más poderosas del país, y que comanda en la actualidad Daniel Funes de Rioja, mantiene un vínculo aceitado con sus pares brasileños de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), que vinieron junto a Lula. También negocian y realizan acuerdos con la Federación de Industrias de San Pablo (FIESP). Con ambas entidades lograron superar las diferencias políticas que enfriaron al Mercosur en los últimos casi ocho años, según las cuentas de los industriales.

 

El presidente de los metalúrgico de Adimra, Orlando Castellani, que estuvo presente en el Encuentro Empresarial que se realizó en el Museo del Bicentenario, dijo que “Brasil es un socio estratégico para la industria en general, y el sector metalúrgico en particular”, y sostuvo que “las exportaciones al país vecino representan aproximadamente el 30% del total de las ventas metalúrgicas totales”. “El contexto mundial plantea múltiples desafíos, pero también enormes oportunidades. Para ello debemos seguir impulsando la articulación público-privada entre ambos países para seguir fortaleciendo el intercambio comercial con una mirada de bloque integral y sustentable al mundo”, afirmó. Ese sector, que integra la mesa de conducción de la UIA, es clave en la agregación de valor.

 

Brasil es el principal socio comercial de la Argentina: en 2022 concentró el 17% de los flujos comerciales externos y se constituyó en el principal destino de las exportaciones argentinas con el 14% del total por casi 12.000 millones de dólares. Las compras a ese país representaron el 20% de las importaciones argentinas por aproximadamente 15.000 millones de dólares, ubicándose en el segundo lugar después de China. "Este relanzamiento podría significar revertir el deterioro de la relación comercial que empezó con la gestión de Cambiemos: entre los años 2016 y 2019 se implementó un modelo de mayor apertura, desregulación comercial y reprimarización de la economía, que puso de relieve un impacto regresivo en el perfil exportador", dijo un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que conduce Hernán Letcher, uno de los economistas más escuchados por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

 

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