El presidente Alberto Fernández y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunieron en la Casa Rosada para "dar inicio a una nueva etapa" en la relación bilateral. "Por Brasil pasó (Jair) Bolsonaro y por Argentina pasó (Mauricio) Macri", comparó el mandatario argentino tras el encuentro y afirmó que el primer desafío que tienen ambos países es "consolidar la democracia y las instituciones".
"Dedsde Argentina vamos a estar a tu lado y no vamos a dejar que ningún fascista se lleve de arriba el ataque a la soberanía popular. Nuestros pueblos no quieren odio, nuestros pueblos quieren libertad y diálogo, quieren bienestar y justicia y en eso vamos a seguir trabajando", sostuvo Fernández en alusión al intento de golpe de Estado que sufrió su colega a una semana del inicio de su mandato.
El mensaje fue después de la firma de una serie de convenios bilaterales tras una reunión a la que Fernández definió como "maravillosa". "Estamos dando origen a un vínculo más profundo que durará por las próximas décadas", aseguró y remarcó que las dos gobiernos tienen como objetivo "la integración de América Latina", además de potenciar los vínculos políticos y comerciales. En ese punto, puso como ejemplo concreto la posibilidad de que "el gas de Vaca Muerta llegue a Brasil y que la electricidad de Brasil llegue a la Argentina".
"Hablamos de la integración de nuestros paíes, de fortalecer y hacer más eficiente el Mercosur, también de volver a poner en marcha la UNASUR y de aprovechar la reunión de mañana (por la cumbre de la CELAC) para escuchar a los líderes del continente y así favorecer la integración: debemos concretarla en todos los conceptos", señaló.
A su turno, Lula hizo un repaso del contacto que mantuvo con los gobiernos argentinos durante sus dos períodos anteriores al frente del Palacio de Planalto, entre los que mencionó el crecimiento como socios comerciales.
"Estoy acá para decirle al ´presidente, a la prensa argentina y brasileña, que recuperaremos una relación que jamás debería haber sido detenida. Es para decirle a mi amigo Alberto Fernández que vamos a reconstruir aquella relación productiva, de paz, de crecimiento, para que nuestros empresarios entiendan el peso que tiene la Argentina para nosotros, y que los empresarios argentinos entiendan qué significa Brasil", enumeró.
Además, el mandatario extranjero pidió disculpas "por todas las groserías que le dijo a Alberto Fernández" a su antecesor, Jair Bolsonaro, a quien definió como "un genocida".
"Un país como Brasil no tiene el derecho de buscarse enemigos. Cuando termine mi mandato, la relación con Argentina será la mejor porque Argentina es un gran país", concluyó.