Las palabras de Lula trascendieron las fronteras. Fernández las tomó como un apoyo claro a su reelección. Otras voces del Frente de Todos (FdT) hicieron su propia interpretación: que el brasileño desea y necesita un triunfo del peronismo en las elecciones presidenciales porque el espacio es su socio natural para el proyecto de integración regional que impulsa. Pero eso no necesariamente promueve la reelección del Presidente y su aliado podría ser cualquier otro referente del FdT.
La llegada de Lula a Buenos Aires, este domingo por la noche, es el gran acontecimiento que espera Fernández en el camino al fortalecimiento de su figura que intentó transitar en las últimas semanas. El jefe de Estrado cuenta con que su par de Brasil le prodiga un agradecimiento particular por haberlo visitado en la cárcel de Curitiba cuando estaba en plena campaña, en julio de 2019. Los une una relación de amistad y compromiso. Además, se mira en el espejo del brasileño por el pragmatismo y el giro al centro que mostró en el armado de la alianza electoral con la que derrotó a Jair Bolsonaro.
Lula le dijo en privado que el mundo ya no es el mismo que aquel de 2003, cuando él y Néstor Kirchner asumieron la presidencia y en América Latina florecían los gobiernos progresistas de centroizquierda. El Presidente coincide y lo contrapone con la mirada ideológica que le adjudica a Cristina Fernández de Kirchner y al sector que la rodea. Tiene como botón de muestra el rechazo al cierre del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Como ejemplo contrario, el albertismo cita el apoyo que Da Silva le dio finalmente a Ilan Goldfajn, el candidato que Bolsonaro impulsó para la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Aquel acontecimiento generó una conversación entre el brasileño y Fernández, que había propuesto para ese lugar a Cecilia Todesca. Goldfajn había sido funcionario del FMI. Lula explicó que el candidato tenía el apoyo, entre otros, de su vicepresidente, Geraldo Alckmin, un hombre de centroderecha y de parte de su coalición. Dijo, también, que el Partido de los Trabajadores (PT) ya no gozaba del mismo grado de autonomía que en otros tiempos.
Fernández escuchó también otros análisis: que “un brasileño nunca vota en contra de otro brasileño” y que en realidad Lula no hizo tal giro a la derecha, toda vez que nombró como su ministro de Economía a Fernando Haddad, un hombre del PT de su extrema confianza que no gestionará para los mercados. No todo es blanco o negro. Tironeos ideológicos aparte, la alianza con Brasil está en el centro de las prioridades del gobierno de Fernández y el Presidente pone en la visita del brasileño todas sus expectativas por el respaldo político que espera de parte de quien será el máximo líder regional y, principalmente, por los acuerdos en materia económica.
Lula aterrizará en Aeroparque Jorge Newbery el domingo por la noche y será recibido por el canciller Santiago Cafiero. El lunes por la mañana llevará la tradicional ofrenda floral al Libertador General San Martín y luego se trasladará hacia la Casa Rosada, donde se reunirá con Fernández. Primero tendrán una bilateral privada. Luego se ampliará con la presencia de los respectivos cancilleres, Cafiero y Mauro Vieira, el ministro de Economía, Sergio Massa, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli. También estará el principal asesor de Lula y excanciller Celso Amorim. Los presidentes firmarán después acuerdos de cooperación en materia de soberanía energética e integración financiera, defensa, salud, ciencia, tecnología e innovación, y cooperación antártica junto a ministros de las diferentes carteras. Más tarde compartirán un almuerzo, un encuentro con empresarios de ambos países y partirán hacia un evento cultural que se celebrará en el Centro Cultural Kirchner (CCK).
El brasileño tendrá una reunión aparte el lunes por la tarde en el Senado con Cristina, que volvió el domingo desde Santa Cruz, donde pasó el fin de año y los primeros días de enero. El encuentro se cocinó con total discreción. La relación entre ambos se mantiene intacta, a pesar de los vaivenes del binomio presidencial argentino. ¿Podrá ser, Lula, con su prédica sobre la necesidad de un triunfo oficialista convertirse en mediador en la interna?
Al día siguiente, Lula y el Presidente participarán del encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se celebrará el hotel Sheraton de Retiro con la presencia de jefes de Estado y cancilleres de los 33 países que conforman el bloque regional. Por primera vez desde la creación del organismo, en 2010, habrá asistencia perfecta, con Brasil como flamante reincorporación. Como anfitrión, Fernández hará un balance de las "70 acciones" que el Gobierno llevó adelante mientras estuvo al mando de la CELAC, a la que buscó posicionar en distintos foros internacionales. También estarán presente Cristopher Dodd, exsenador y asesor de Joe Biden para América, Charles Michel presidente del Consejo de la Unión Europea, con quienes el Presidente tendrá reuniones bilaterales.
La reunión tendrá entre sus objetivos la designación del nuevo titular del bloque. Fernández no tiene chances de reelección, aunque la CELAC podría extenderle el mandato si no llegara a un acuerdo sobre el nombre de su reemplazante. En la última reunión, en México, Argentina se comprometió a apoyar la candidatura San Vicente y las Granadinas, representante de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom). Por acuerdo interno, el próximo titular debería representar a esa región del continente.
Con la llegada de Lula y el recambio en en el organismo internacional, la atención de Fernández está ahora puesta en la revitalización del Mercosur. El argentino asumió en diciembre la presidencia pro témpore del bloque por seis meses. Luego le pasará el mando al brasileño, que a fines de este año también se hará cargo del G20. Juntos buscarán la forma de avanzar en el acuerdo Unión Europea-Mercosur pero con una visión diferente a la que sellaron en su momento Mauricio Macri y Bolsonaro.
“Alberto y Lula tienen una mirada diferente sobre cómo debe desarrollarse la región. La clave ahora es si la región va a volver a venderle a Europa materias primas o si vamos a discutir un acuerdo más ventajoso, que nos permita vender productor con valor agregado y no profundice las asimetrías entre las dos regiones”, explicó a Letra P un colaborador de Fernández. Scioli avanzó con el mismo criterio en sus conversaciones con ministros y con el propio Lula en Brasil. Les dijo que en el período que se inició en 2003, los dos países tuvieron sintonía ideológica pero que, en esta nueva etapa, a eso habrá que agregarle complementariedad económica.
Este lunes, la reunión bilateral tendrá como punto más fuerte la firma del acuerdo para la construcción del tramo del gasoducto Néstor Kirchner que irá desde Saliqueló hasta Uruguayana y que permitirá la exportación de gas argentino a Brasil. Para nuestro país es una obra estratégica que será fuente de divisas en el mediano plazo. Además, buscarán avanzar con acuerdos en materia de integración industrial y en un mecanismo de compensación monetaria para el comercio bilateral. Massa conversó sobre estos temas ya con Haddad y Alckmin en San Pablo, en diciembre.
Mientras coquetea con la campaña por la reelección, la foto con Lula será importante para el argentino, que se mostrará como socio principal de quien se encamina a ser líder de la región y goza de respeto en el mundo. Ambos gobiernos buscarán imprimirle velocidad a las decisiones conjuntas para que la sociedad entre Lula y el FdT pueda sostenerse más allá de diciembre de este año. Con o sin Fernández.