MAR DEL PLATA (Enviado) El expresidente Mauricio Macri dijo este jueves que la oposición recibirá este año “dos bombas” de parte del kirchnerismo en el poder, que sumió al país en la “oscuridad” y la “mentira”. Lo dijo durante la presentación de su libro Para qué, en esta ciudad, ante un auditorio amarillo concurrido por figuras de ambas vertientes del PRO, halcones y palomas, pero con las ausencias rutilantes del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la presidenta del partido, Patricia Bullrich, ambos lanzados de lleno a la campaña por la presidencia de la nación. “Somos el cambio o no somos nada”, elevó el tono el ingeniero, que, con su desembarco en La Feliz y bajo las luminarias del verano, vuelve a ocupar el centro de la escena mientras mantiene la incógnita sobre una eventual postulación por un segundo tiempo en la Casa Rosada.
“Somos el cambio o no somos nada”, vociferó el exmandatario en el auditorio la Normandina y recordó que la derrota de 2019 ante el Frente de Todos fue “muy traumático, especialmente para el PRO”. “Fue un 2020 y un 2021 muy traumático para nosotros”, amplió y montó su discurso sobre el futuro esperanzador para la oposición: “(…) todo eso no nos mató, sino que nos fortaleció y hemos vuelto a hablar con claridad ‘Para qué’ estamos en política”.
Macri pidió “un cambio profundo, claro y veloz porque –argumentó– los jóvenes son ansiosos (y) si no demostramos que esto va en serio se van a ir a la mierda”.
El ultramacrista intendente de Pinamar, Martín Yeza, ofició de moderador. Fue el encargado de hacer las preguntas. Qué va a dejar el kirchnerismo, le dio el pie. “Todos percibimos que se perdió la sensatez desde el día uno”, disparó contra la gestión del oficialismo y destacó la pesada herencia que deberá enfrentar Juntos por el Cambio si vuelve al poder en diciembre. En esa “oscuridad y mentira veo dos bombas tremendas: deudas de pesos y la otra, del Banco Central, que no para de crecer… cada ocho meses crece un PBI”.
En otro tramo de su alocución, en una especie de recorrido del contenido de su libro, Macri habló sobre la dificultad de conducir y la “soledad del poder”. “Decir que sí es muy fácil (pero), cuando uno tiene que conducir se enfrenta a algo inevitable, las limitaciones presupuestarias, y entonces a uno le toca decidir dónde poner los recursos, dónde están las prioridades; de eso se trata, de estar en un lugar donde no le podés decir sí a todo el mundo, y menos en una Argentina quebrada”. “Es un ejercicio difícil… la soledad del poder (hay que) mantener el equilibrio y ver lejos”.
Tras el breve discurso que la sirvió para tener su primer álbum de fotos ¿de campaña? en el territorio donde todos buscan estar en temporada, Macri recorrió caminando las afueras de La Normandina. A la misma hora, 370 kilómetros al norte, el presidente Alberto Fernández hablaba en el municipio de Ensenada. A ojos del público, los dirigentes, ubicados a los extremos de la grieta, compartían algo: sin la formalidad de lanzamientos, ambos se movían como candidatos.