LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) A diferencia de lo que sucedió en el Congreso, oficialismo y oposición en la Legislatura de Buenos Aires aprobaron este lunes dos proyectos de resolución para repudiar el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández en clima de armonía política. Fue en una sesión durante la cual la tropa legislativa se mantuvo en sus bancas y donde no hubo cruces entre los principales oradores. Aun así, el texto aprobado estuvo en sintonía con el nacional, después de que los bloques mayoritarios Juntos y Frente de Todos acordaran un texto sin menciones a los discursos de odio, el rol de los medios de comunicación, la Justicia o los dirigentes opositores. En la Cámara baja, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores y Avanza Libertad se abstuvieron; en el Senado, la resolución se aprobó por unanimidad.
El encargado de abrir los discursos fue el diputado del Frente Renovador Rubén Eslaiman, quien aseguró que asistió “a la sesión más importante” en sus once años como legislador. “Este intento de magnicidio fue un hecho que atentó contra la paz social y la convivencia democrática”, remarcó y lo comparó con otros “hechos lamentables de la historia a partir de la desaparición de personas y los secuestros” durante la última dictadura militar.
Su par de Propuesta Republicana Adrián Urrelli coincidió con la lectura del diputado oficialista y sostuvo que a partir del intento de magnicidio es necesario “trabajar en la búsqueda de la paz social y los espacios de encuentro, teniendo en cuenta que hay una sociedad que se está conmocionada”.
Quien fue un poco más allá en su discurso fue la dirigente del Frente Grande Susana González, que lamentó que no incluyeran en el proyecto el término discursos de odio o menciones a las responsabilidades que, a su entender, tuvieron algunos medios de comunicación, la dirigencia política y la Justicia. “No tengo medias tintas y no hablo con ambigüedades. Lo que pasó fue terrible y fue producto del odio de los medios de comunicación que lo instalan en sus pantallas, por eso es necesario frenarlo, porque el día de mañana va a ser mucho peor. Terminemos con esto de una vez”, dijo la legisladora kirchnerista y aclaró: “No puedo no decir lo que pienso, no soy muy conciliadora, pero hoy la reflexión tiene que ver con qué nos pasa como sociedad. El odio es un sentimiento profundo, donde aquel que lo ejerce o lo incita genera consecuencias”.
El jefe del bloque del Frente de Todos, César Valicenti, tomó algo de las palabras de Gonzáles para solicitar “una rediscusión de la Ley de Medios”. “Hay un nuevo espacio público a partir de la aparición de las redes sociales y los medios, que contribuyen a instalar temas, poner o derrocar presidentes”, argumentó y agregó que el intento de asesinato de Fernández “es imposible desligarlo de otras experiencias históricas” de ataques a líderes políticos, entre los que nombró a Juan Domingo Perón y Raúl Alfonsín.
A tono con el oficialismo y buena parte de los oradores opositores, el jefe de bloque de Juntos, el radical Maximiliano Abad, también repudio de manera enérgica el atentado. Habló de magnicidio y aseguró que “la fotografía del jueves pasado no admite y no tolera la neutralidad”, como así tampoco “no amerita desde ningún punto de vista una agachada política, especulación, ventaja partidaria o electoral”. “Se atentó contra Alfonsín, contra Menem y ahora contra la vicepresidenta y por eso tenemos la obligación ética de juntarnos en defensa de la democracia”, subrayó, aunque también se permitió criticar “el fallido protocolo de seguridad” que tuvo como principal responsable al ministro Aníbal Fernández.
“No fue una cuestión personal, sino institucional y por eso hacemos un llamado a la celeridad de la Justicia. Necesitamos saber si esto fue un hecho aislado o una cuestión orquestada”, insistió Abad después de reiterar que “no hay que hacer cálculos mezquinos, ni sacar ventaja” de los hechos. Su intervención fue acompañada de un extenso aplauso por todo el recinto.
Casi al unísono, en la Cámara alta acompañaron un proyecto similar. A lo largo de su intervención, el titular del bloque de Juntos, Christian Gribaudo, destacó que “el intento de magnicidio a la vicepresidenta es un hecho gravísimo que debe ser investigado por la Justicia por el bien de todos los argentinos”. Sin nombrarlos, apuntó contra los dirigentes del oficialismo al asegurar que “a la paz social hay que construirla con hechos, no señalando con el dedo acusador a los medios de comunicación, ni a la Justicia, ni a los sectores de la oposición”. “En vísperas de cumplir cuatro décadas de vida democrática, es necesario que todos nos llamemos a la reflexión”, concluyó.
La senadora Aldana Ahumada también repudió el hecho al remarcar que “hace muchos años nuestra sociedad eligió vivir en democracia y este tipo de atentados pone en riesgo y en crisis todos los valores que necesariamente tenemos que construir para lograr tener el país que todos queremos”. “Sostengo que tenemos que seguir trabajando en la búsqueda de paz social, sabiendo que la grieta no nos está llevando por un buen camino ante una sociedad que se encuentra conmocionada por todo lo que nos está sucediendo”, dijo.
Desde algunas bancas del oficialismo agradecieron a la oposición por la firma conjunta del proyecto, que finalmente se aprobó por unanimidad. “No es un acto de grandeza nuestra presencia en la sesión, es un acto de responsabilidad. La gente depositó su confianza para que estemos acá representándolos, eso debería pasar en todos los recintos”, consideró la senadora peronista Teresa García, la última en tomar la palabra.
A diferencia de lo que sucedió el sábado en la Cámara de Diputados de la Nación, ambos recintos provinciales tuvieron una amplia presencia, y sólo se destacó el sillón vacío del diputado Luciano Bugallo, de la Coalición Cívica. Según pudo saber este medio, lo hizo tanto por diferencias con el texto del proyecto como con las distintas movilizaciones multitudinarias en respaldo a la vicepresidenta y las declaraciones posteriores de los líderes del peronismo. Quienes sí estuvieron, pero se abstuvieron en la votación, fueron los liberales Nahuel Sotelo y Constanza Moragues Santos. No obstante, repudiaron “cualquier tipo de violencia y lo sucedido con la vicepresidenta”, aunque rechazaron que se acuse de discurso de odio “a los de derecha o los libertarios de Javier Milei”.