El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, reveló que le ofreció su renuncia al presidente Alberto Fernández luego del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y ratificó que la Policía Federal cumplió todos los protocolos en el operativo de custodia el día del intento de magnicidio. Además, aseguró que esa fuerza no manipuló el teléfono celular del acusado del ataque a la exmandataria, sino que lo entregó al juzgado.
“Lo primero que le dije al Presidente es que yo estaba dispuesto, cuando él lo decidiera, a correrme” del cargo. Se lo dije desde un primer momento porque esas cosas se deben hacer así", sostuvo el funcionario, quien quedó en el centro de las críticas tras el intento de asesinato del cual fue víctima la expresidenta.
En ese sentido, Fernández defendió el operativo de seguridad e insistió en que, pese a lo ocurrido “los protocolos se han cumplido” y remarcó que hay pruebas que demuestran que alrededor de la exmandataria había cuatro agentes policiales. “La jueza del caso sabrá cómo analizar la tarea, si fue tardía o no”, insistió.
En tanto, descartó que la Policía Federal haya manipulado el teléfono celular del agresor, Fernando André Sabag Montiel, y aseguró que no hubo reacción tardía ni negligencia de la fuerza de seguridad.
“Al lugar llegaron los efectivos, estaban todos los superintendentes (de la PF), se armó la carpa, se trabajó paso a paso, se desnudó a esta persona, se trabajó con la medicina legal como corresponde y después se envió ese teléfono en una bolsa de Faraday al juzgado”, señaló.