El gobernador Gildo Insfrán cumplió su sueño de juventud al lograr imponer su proyecto para crear la Universidad Provincial de Formosa (UPF) en Laguna Blanca, su ciudad natal, y conseguir que la Legislatura formoseña lo apruebe en general por unanimidad, aunque rechazando en particular el artículo referido al plazo de designación del rector organizador; todo en medio de una situación tensa por la gestión de Augusto Parmetler, quien asumió su segundo mandato al frente de la universidad nacional, la UNaF, tras un proceso electoral denunciado por irregular.
El proyecto educativo de Laguna Blanca lleva más de 20 años y tiene una historia con raíces en la adolescencia del gobernador. Hijo de una familia de inmigrantes paraguayos, Gildo es el menor de tres hermanos. El mayor, de nombre Miguel, fue quien se hizo cargo de la economía familiar tras la muerte de su padre y quien después bancó los estudios universitarios del cacique formoseño en la provincia de Corrientes, donde se graduó como médico veterinario e inició su militancia política.
Hasta la década del 60, las escuelas secundarias en Formosa estaban concentradas en la capital, El Colorado y Clorinda. Justamente a esta última ciudad tuvo Insfrán que trasladarse a los 12 años para seguir estudiando; dejando atrás su pueblo natal, ubicado a 140 kilómetros del ejido capitalino y que debe su nombre al espejo de aguas claras, que forma la Laguna Blanca, que se encuentra dentro del Parque Nacional "Río Pilcomayo". Seis décadas después de ese viaje obligado, el impenetrable formoseño que gobierna la provincia desde 1995 empezó a saldar una vieja deuda.
La aprobación de la iniciativa no era un mero trámite para Insfrán, que cuenta con una oposición parlamentaria que no suele votar sus propuestas. La Legislatura está compuesta por 30 bancas: 21 pertenecen al bloque oficialista, dos son peronistas pero abandonaron ese bloque, seis referencian a la Unión Cívica Radical y una representa al PRO. Esta vez, la totalidad votó favorablemente la creación de la nueva institución universitaria provincial.
No ocurrió lo mismo con el artículo referido al plazo para la designación de Enrique Morales como rector normalizador, que encontró la negativa tanto del radicalismo como del macrismo. Morales, quien asumió hace un mes, se dedica a la Abogacía, es escribano y desempeña la docencia en las universidades nacionales del Nordeste (UNNE) y de la UNaF, donde dicta clases en la Facultad de Economía y Negocios. A su vez, es hijo de Pedro Morales, exministro de Cultura y Educación de la provincia.
La oposición radical y macrista formoseña objetó que Morales permanezca como rector organizador de la UPF por cuatro años, y tenga la posibilidad de una prórroga máxima por otros dos años; cuando su responsabilidad debería extenderse hasta tanto dure el proceso de institucionalización que implica la validez de títulos y carreras ante la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau), que en la mayoría de los casos es menor a ese plazo. Sin embargo, quienes trabajaron el proyecto de ley desestimaron la queja opositora sobre la base de otras experiencias de normalización que demandaron un cuatrienio hasta poder llamar a elecciones y votar a las nuevas autoridades.
En el entorno de Insfrán niegan que la apuesta del gobernador al desarrollo de UPF, organizada sobre la base del Instituto Universitario de Formosa (IUF), tenga que ver con la crisis que atraviesa la UNaF y aseguran que el mandatario ha mantenido siempre una relación “institucional” con las autoridades de la casa de altos estudios nacional y que no ha cambiado en el actual contexto. Al menos dos decisiones recientes echarían por tierra esa idea de que no hay choque de intereses entre una y otra universidad, y que no existe cierta tensión entre el gobernador y el rector Parmetler.

La militancia celebra la creación de la Universidad Provincial de Formosa
Una es que la primera carrera de Medicina en la provincia no se dictará en la universidad nacional sino en la flamante institución provincial de la ciudad natal de Insfrán, la que tuvo que dejar de adolescente ante la escasez de propuestas educativas cuando debía ingresar a la escuela secundaria. La otra, que el gobernador no asistió a la asunción de Parmetler por un segundo período en la UNaF, tras un proceso electoral anticipado y cuestionado en la justicia, y envió como su representante a Morales, ya en funciones de rector organizador de la UPF. En la primera asunción, y con otro escenario, Insfrán había participado.
La creación de la UPF no solo facilitará el acceso a la educación superior de quienes viven en la tierra natal de Insfrán, sino que también concretará un objetivo que el mandatario persigue desde que llegó al poder en 1985: hacer que quienes egresen de las facultades de Medicina y Enfermería suplan la falta de personal en el sistema sanitario provincial, al que define en “pleno desarrollo” con más de 200 centros de salud y hospitales, incluido un centro de salud de alta complejidad y otro próximo a crearse de Medicina Nuclear, único en el norte del país.
A Insfrán le gusta destacar otras dos reivindicaciones de la concreción de este proyecto universitario. Una, que las mujeres –muchas veces relegadas por la concentración de las ofertas de enseñanza en la capital, Clorinda y El Colorado- son mayoría en el sistema educativo provincial y en el instituto de Laguna Blanca que se transformará en universidad. La otra, que el 90% del estudiantado del IUF son la primera generación de universitarias y universitarios de sus familias.