LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) La irrupción de Sergio Massa en el gabinete y las primeras medidas que anunció, entre las que se cuenta una fiscalización de los planes sociales, deja a la intemperie al Movimiento Evita de Emilio Pérsico. La tropa que lidera el dirigente social con despacho en el Gobierno ya hace el duelo, cree que terminó de morir la chance de una reelección de Alberto Fernández y espera el desenlace de un panorama aún “incierto”. Tiene, sí, una certeza: no sacará los pies del plato. No hay adónde ir, la unidad del Frente de Todos (FdT) es la única opción, aunque -cree la dirigencia- la revisión del reparto de asistencia social planteada por el flamante ministro de Economía sea un guiño a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Para diferenciarse de otras organizaciones sociales que rechazaron los anuncios de Massa, Pérsico brindó un contundente apoyo al gobierno. “Vamos a acompañar a este gobierno hasta el último día”, aseguró en diversas apariciones en medios de comunicación y hasta apoyó el plan de Massa de llevar un ordenamiento a los planes sociales.
No obstante, en el espacio creen que el anuncio sobre el reordenamiento de los planes -la mayoría de los cuales maneja la organización- es en gran parte “humo” y responden a los lineamientos que la vicepresidenta ya expresó públicamente. Así surge de conversaciones que Letra P mantuvo en las últimas horas con referentes del espacio.
La relación entre el Evita y el Frente Renovador que lidera el tigrense nunca fue de cercanía, pero tampoco de conflicto. Un “vínculo distante”, resumió una fuente. Sin embargo, Massa y Pérsico mantuvieron conversaciones en el último tiempo y la relación personal es buena, aunque no siempre coincidente respecto de las políticas adecuadas a aplicar.
El Evita era el último reservorio de resistencia albertista. Fue el último en insistir con el proyecto reeleccionista de Fernández y hasta enfrentó a CFK cuando esta cuestionó la tercerización del manejo de la distribución de la ayuda social, apuntándoles directamente. Sin embargo, como adelantó Letra P, rápidamente se bajó del ring. Hoy reconocen que el proyecto reelección se terminó de derrumbar. “Ya fue, Alberto está knock out, ahora hay que mantener la unidad y esperar a ver cómo evoluciona”, afirmó a Letra P un dirigente de peso del espacio con asiento en el conurbano bonaerense Aunque hay quienes todavía mantienen una esperanza: “Hay que esperar, es todo muy dinámico; en dos meses pasa cualquier cosa”, dijo otro referente de diálogo constante con Pérsico.
En la misma línea, una fuente con peso territorial y asiento en la Tercera sección consultada por este medio sobre la postura de Juan Grabois, quien convocó a su espacio a evaluar una salida con el Frente de Todos, consideró que lo del dirigente social es “un error”. “¿Para ir a dónde?”, se preguntó al tiempo que destacó: “Para nosotros, es lo mismo. Hay que quedarse acá, bancar la unidad y ver cómo sigue. El panorama es aún demasiado incierto”.
“El convenio con las universidades es de hace un mes. Lo que hizo Sergio fue un gesto para Cristina, para algunos medios y para un sector de la sociedad; fue más duro con nosotros que con los que adulteran importaciones”, dijo a este medio alguien de la organización. Massa escuchó la queja de boca de la dirigencia social, según pudo saber este medio. En el Evita dicen no temer a los controles; ya se hacen, afirman y disparan: “Si encuentran gente que no trabaja será mayoritariamente quienes tienen a cargo los intendentes”. Teléfono para los jefes territoriales de todos los colores políticos, quienes reclaman el manejo de la ayuda social.
En sus anuncios de este miércoles, Massa afirmó que el próximo 15 de agosto comenzará una “auditoría” de planes sociales a cargo de universidades y que “quien no la cumpla, recibirá la suspensión del plan”. Al mismo tiempo, dijo que se cruzará la información con la base de datos de la ANSES. El segundo anuncio al respecto fue un plan para transformar planes sociales en trabajo formal.
El Evita no cree que estos anuncios cambien la ecuación actual. Por un lado, destacan que la resolución por la que se establecieron los acuerdos con las universidades es algo que ya está en marcha y que se trata de una recopilación de información que difícilmente pueda llamarse “auditoría”. Recuerdan, además, que la potestad de dar de baja planes está a cargo de la secretaría de Economía Social que conducen y que ya hay mecanismos por los cuales si alguien no está trabajando en una unidad productiva se da de baja el beneficio. “Hay una intención de sacarle la lapicera a Emilio (Pérsico), de que el Evita tenga menos manejo”, insisten en la organización.
Tampoco tienen mucha fe en el proyecto para transformar los planes en trabajo formal. “Eso ya lo quiso hacer el macrismo, no funciona”, afirmó un funcionario con cargo en el Ministerio de Desarrollo Social que conduce Juan Zabaleta. “No es tan fácil, los empresarios tienen dudas, es gente que sabe, ya está organizada… además, hay otro universo enorme de gente que no tiene trabajo registrado para salir a buscar”, agrega una fuente.
Pese a todas las diferencias y la tensión latente, la comandancia del Evita considera que –“al menos hoy”– se necesita mantener la unidad de todas las tribus que confluyen en el oficialismo para tener chances de éxito en 2023. Por eso, en primer término, la estrategia es esperar, resistir puertas adentro los posibles embates y seguir marcando una agenda social por fuera de la lógica del mercado. Este sábado, las organizaciones sociales nucleadas en la UTEP darán una nueva muestra de fuerza en una movilización popular por San Cayetano, bajo el lema “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”.