FASE M

Stanley o Perón: en la era Embajada-friendly, se pica con el delegado de EE.UU.

A la reacción peronista contra los consejos norteños se subió la vocera del Gobierno y escaló el roce. Massa, atónito pero con backup. Alberto, acostumbrado.

Las redes sociales calentaron el ambiente. El consejo del inquieto, tan sociable embajador estadounidense, Marc Stanley, a la clase política argentina para que arme "ya" una buena coalición que gobierne el país desde ahora mismo, sin esperar las elecciones de 2023, irritó a la tribuna peronista digital, que tendió un puente histórico lógico con aquella vez en que el entonces delegado de la Casa Blanca en Argentina, el inefable Spruille Braden, agitó al antiperonismo naciente para que se reuniese en la Unión Democrática y frenara el avance de Juan Perón. Este viernes, la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, tomó esa bandera para llevarla al plano institucional -a la victoria, se verá-.

 

"Con (Donald) Trump no les está yendo tan bien allá, así que empecemos por casa para armar coaliciones", respondió la portavoz en declaraciones a Radio 10 y le pidió al diplomático/amigo de Joe Biden que tenga "más cuidado" cuando opine "sobre otros países". "Es muy fácil (hacerlo), pero la situación de cada país sabe uno cómo la maneja", abundó y destacó que el Gobierno busca acuerdos "en los grandes temas" y que lo hace en ámbitos institucionales como el Congreso y el Consejo Económico y Social.

 

La sugerencia que lanzó Stanley en la gala del Red Circle -en un tono imperativo muy a la Estados Unidos- fue un reflejo rápido ante la épica de la unidad nacional del precandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta, que había proclamado la necesidad de que el próximo sea un verdadero "gobierno de coalición". "La coalición del 70%", como la llamó Marcelo Falak en una nota publicada en la mañana de este jueves, en referencia a un combo que reuniera a Juntos por el Cambio y a los sectores blandos del Frente de Todos y dejara afuera, obvio, al maldito populismo liderado por esa mujer.

 

"Ante la audiencia friendly del Council –aunque no por ello demasiado confiada en su potencia actual frente a los halcones que vuelan a su alrededor–, Larreta sentó las bases programáticas de dicha entente: política exterior proestadounidense –expresada en el enfrentamiento con el "eje del mal" regional, énfasis en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo y "cooperación" en la seguridad de la Triple Frontera–; defensa irrestricta de la propiedad; equilibrio fiscal y menores impuestos, combo que viene con subtitulado: gasto público en baja y mayor conflictividad social. ¿Habrá en la Argentina un 70% para hacer eso?", se preguntó Falak, que identificó el proyecto como el Edén del Círculo Rojo.

 

En la Fase M del gobierno todista, marcada por la lapicera del superministro históricamente apuntado por sus vínculos superfluidos con La Embajada, de pronto se picó con La Embajada.

 

Por suerte, como contó Gabriela Pepe, Massa da muestras de que la de Estados Unidos es su embajada favorita, pero ya activó gestiones con China, rival de Washington en la pelea grande por la hegemonía global, para tener otra, si hiciera falta.

 

Mientras tanto, el equilibrista Alberto, en la previa de su visita a la Casa Blanca, que sería más o menos el mes que viene, no gana para sustos.

 

PD: después del cierre de esta nota, El Cuervo mostró las garras que tenía en remojo desde la firma de la pax massista en el Frente de Todos: desde afuera del 70%, Andrés Larroque, lanzallamas designado de Cristina Fernández, le pidió calma al embajador.   

 

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