FASE M

Agosto, la temporada primavera-verano o un invierno ardiente

Con el mes se inicia la era de Súper-Massa en el poder. Altas expectativas para un escenario delicado con alto potencial de conflictividad.

La noticia del superministerio, del superministro Sergio Massa y de los supertítulos quedaron atrás y lo que se avecina es una superagenda que deberá enfrentar el Gobierno para saber si adelantó la primavera o el invierno sólo le regaló un par de jornadas de bonanza en las expectativas económicas, financieras y sociales.

 

Este martes, Massa dejará su banca en el Congreso para certificar que su paso por el nuevo Palacio de Hacienda hiperinflado no será un globo de ensayo, como pareció ser la suerte de Silvina Batakis luego de pasar apenas tres semanas en Economía. Acaso el mercado y los empresarios tenían información de privilegio, porque, ante la misma receta de ajuste, la bienvenida fue muy distinta: con la exministra la brecha se disparó a nivel pánico, mientras que el sólo anuncio de la incorporación del tigrense al gabinete planchó a todas las variantes de los dólares.

 

“El viernes llega Massa”, repetía desde inicios de la semana pasada el Círculo Rojo, donde creen que el saliente presidente de la Cámara de Diputados podrá generar confianza para ordenar la economía, aun cuando admiten que el propio Massa “no es confiable”.

 

Inflación y después

Este domingo terminó el peor mes de 2022 en términos inflacionarios y será la agenda más urgente para el nuevo ministro. Según las consultoras, el número de julio estará más cerca del 8 que del 7, en mediciones porcentuales. En las calles conviven sensaciones contradictorias. Hacía tiempo que un recambio de gabinete no generaba tanto entusiasmo por saber si se trata del inicio del fin o del inicio de una nueva etapa de gobierno. La que quedó clara es la delgada línea de la crisis socioeconómica. La noticia de intentos de saqueos en San Juan, con detenidos y acusaciones de una organización para aflorar un desmadre en las calles disparado por el hambre alertó por el adelantamiento del verano, cuando en diciembre se huele a fiesta o conflicto, dependiendo del clima social.

 

Hablando de conflicto, dos décadas después, José Ignacio De Mendiguren vuelvería, según Clarín, a comandar la política industrial desde un lugar en el Gobierno. Su llegada a la Secretaría de Desarrollo Productivo, área que perdió rango ministerial con el ingreso de Massa, tiene como prioridad liberar los dólares para que la industria no sufra una "recesión inevitable", según el cálculo que hacen algunos empresarios que remiten en la Unión Industrial Argentina (UIA), casa de la que El Vasco es miembro activo. “No hay que enfriar la economía, hay que recalentar la inversión”, le dijo una vez Mendiguren a Cristina Fernández de Kirchner durante su segundo mandato y la conquistó. Al menos, por esa época.

 

La confirmación de la llegada del actual presidente del BICE se convertiría en el primer nombre formal del equipo que diseña Massa para su mandato y dejaría en claro que el modelo industrialista se mantendría a salvo. Lo que resta saber es si ese diseño profundizará el modelo desarrollista de concentración de poder económico en las empresas o habrá nuevas medidas para comenzar a generar redistribución de los ingresos y beneficiar a los trabajadores ¿Será Massa el supeministro de los alivios?

 

Mercado-friendly

Después de haber dado un golpe de furia contra el peso, en busca de una devaluación que nunca llegó, y contra los precios, con una inflación que sobreabundó, el cierre de julio fue eufórico en los mercados. Los dólares financieros cerraron con bajas contundentes: el MEP, que se obtiene por medio del bono GD30, finalizó con un descenso de 7,2%, cotizando 276,71 pesos y el CCL en torno a los 288 pesos, una baja de 8,2%. Ambos finalizan el acumulado mensual con contundentes ascensos, pero con un recorte en las últimas ruedas de 11% aproximadamente.

 

Si bien no se puede detener la primavera, lo que sí puede el mercado es enfriarla. Por eso, esta semana será de expectativa ante los anuncios que el ministro Massa prometió para el miércoles, luego de la jura en la Casa Rosada. Se confirma la estabilidad, con menos margen para achicar la brecha, o retorna la tensión cambiaria.

 

Por lo pronto, el plan será esquivar una devaluación brusca del tipo de cambio, en línea con el planteo del Banco Central, donde su presidente, Miguel Ángel Pesce, resistió al temporal de cambios.

 

De hecho, el BCRA dejó claro que la variable, al menos en agosto, no será un salto en las cotizaciones del dólar oficial, porque la “fuerte intervención del Banco Central para contener la demanda en la última jornada” de julio dejó escaso margen para mayores intervenciones. “Una lectura importante que se hizo en la plaza local es que las ventas a futuro del Central se concentraron a fines de agosto. Esto significa que, en el mes que hoy comienza, el BCRA, con fuerte posición vendida, tendría un alto costo en devaluar”, destaca.

 

Hay dos vías para lograr ingreso de dólares rápidos, señala El Cronista: la propuesta de bancos europeos y estadounidenses para activar un título para ser recomprados, bajo el formato de Repo; y las inversiones que activaría Jorge Neme, ahora desde Economía, con su “buena relación con fondos del exterior”.

 

Con este escenario, la lupa está puesta en las reservas del BCRA. Según BAE Negocios, en la última semana del mes se aceleró la salida de depósitos en dólares, en línea con el clima de incertidumbre devaluatoria. En total, en julio todo fue de 823 millones de dólares. Una buena noticia para el Gobierno fue el efecto que logró cuando decidió postergar el pago de importaciones durante el primer semestre, cuando estaba en juego la disponibilidad de divisas para pagar la energía comprada en el mundo. Ámbito Financiero precisa que fueron 6.000 millones de dólares los que se patearon para la segunda parte del año y que, de ese total, 2.000 millones correspondieron a junio, lo que implica una ventana hasta diciembre para acumular reservas.

 

Go Max!

Con todo en marcha, Massa preparó una carrera diplomática por distintas partes del globo para domar al dólar. Buscará repetir la hazaña de este domingo de Max Verstappen en Hungría, donde el actual campeón del mundo salió desde la décima posición de la grilla para terminar con la victoria. Con ese objetivo, el ministro estará primero con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a tan sólo 15 días de que su antecesora visitara Washington para intentar calmar al mercado, sin éxito. Luego, irá al Club de París para trazar un panorama del repago de la deuda argentina ante ese organismo. Era la visita que Guzmán tenía en agenda, pero que se desactivó con su intempestiva renuncia. Por último, aterrizará en la mundialista Qatar, donde conversará con fondos soberanos de ese país “que están viendo de qué manera ayudar a la Argentina”.

 

A todo esto, tanto CFK como Máximo Kirchner  estarán en Buenos Aires, con posibilidades técnicas de estar en la Casa Rosada cuando Alberto Fernández le tome juramento a STM. Mientras Fernando Navarro suplica "dejarse de joder" dentro del oficialismo, la sociedad de socorros mutuos entre Massa y Axel Kicillof muestra, como contó Letra P, señales de sintonía fina para lograr que la política tome el mando de la economía y darle una posibilidad al FdT. ¿Habrá 2023?

 

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