Fase B

No prende el dólar-soja en el campo bonaerense

Furia chacarera en la FAA: “Favorece la especulación a gran escala”. Para Carbap es un “parche” y vaticinan: “No alentará la venta”. Los pesos pesados. Números.

LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) Antipatía, malos augurios y reproches. Es magra la cosecha de adhesiones que registra dentro del sector agropecuario bonaerense la herramienta implementada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para incentivar la liquidación de la cosecha de soja. La mayor porción de malestar radica en los productores y las productoras de baja escala enrolados en la Federación Agraria Argentina (FAA), que a esta altura ya liquidaron buena parte de su cosecha para afrontar compromisos, por lo que evalúan que la medida cultivada por la administración de Alberto Fernández redunda en un premio a los grandes especuladores.  

 

En Junín, uno de los bastiones sojeros bonaerenses, la titular de la filial local de la FAA, Rosana Franco, subrayó a Letra P que, en su zona, han cosechado en esta campaña “un 50% de soja menos por la sequía” y que, en el caso de los chacareros y las chacareras, “más de la mitad de la soja está vendida, entregada al acopio, al exportador para cancelar sus deudas”, entre las que enumeró alquiler, impuesto a las ganancias, créditos bancarios e insumos.

 

Así, la dirigente federada detalló que, a esta altura del año, “lo poco que le queda al productor lo tiene para vivir y como moneda de cambio para esperar hasta la campaña siguiente, no lo hace por especulación”. Franmco contrapuso ese cuadro a lo que sucede con los grandes pooles de siembra e inversores. “Puede haber algún productor grande o exportador que tome esta posibilidad. Esto favorece a la especulación a gran escala”, señaló.

 

Franco también sostuvo que lo liquidado en 2022 es similar al mismo periodo de 2021. “Se vendieron -indicó- casi USD 19 mil millones. El problema está en que el Gobierno tiene que administrar bien los dólares, tratar de solucionar la inflación y no siempre echarle la culpa al productor y menos a baja escala, un productor que se queda en el país, que siembra y lucha con el clima y con estas cuestiones”.

 

Fundadas en esas razones, en otras regiones de la provincia donde la FAA registra una estrecha relación con el gobierno de Axel Kicillof, fuentes consultadas por este medio también expresaron desagrado por la herramienta promovida por el Gobierno para captar dólares. “Cometen el grave error de meter a todos en la misma bolsa y ganan los que especularon”, deslizó una voz dirigencial que se encarga de marcar gruesas diferencias entre medidas de este calibre emitidas por la Nación y las políticas del Ejecutivo bonaerense, que –ponderan- “promueve distintos programas de acuerdo a las producciones”.

 

Por su parte, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Horacio Salaverri, consideró que el impulso de este instrumento supone “no comprender mucho la dinámica del productor, que es conservar su grano hasta la época de siembra, que le permite canjear su producto por insumos”. Por lo tanto, diagnosticó: “Esta situación no va a alentar la venta del producto”.

 

Al igual que lo manifestado por la referente juninense de la FAA, en Carbap enfatizan que el ingreso de divisas por parte del sector agropecuario rondó los 19.700 millones de dólares. “La liquidación fue altísima por parte del productor, mucho más que años anteriores”, destacó Salaverri y aseguró que “la especulación no se da en este caso. Lo que se da es reserva de valores. Cuando uno tiene los insumos atados al dólar, más otras cuestiones internas que se dan en nuestro país, lo que hace es mantenerse en grano, que es lo que le permite canjear y acceder a una cantidad de insumos que necesita para la siembra”.

 

Consultado sobre las medidas que considera que el Gobierno debería tomar para que se materialice la liquidación de granos, el dirigente ruralista estimó nodal “nivelar la cuestión política” y argumentó: “No puede haber medidas aisladas como esta o de cualquier otra índole que no sean productos de un acuerdo político de la alianza gobernante, porque, si no tiene un acuerdo propio que le dé sustentabilidad a las medidas económicas a tomar, ninguna será exitosa y todo el mundo va a seguir en esta nebulosa que existe sobre el futuro. Después, presentar un plan de transición, por lo menos de un año y medio, de estabilización macroeconómica. Si no se da eso, con parches no se va a lograr absolutamente nada”.  

 

Para Salaverri, la foto actual del oficialismo exhibe lo contrario. “Asume una ministra de Economía y en la primera reunión de gabinete no estaba ni el Presidente; por otro lado, los otros actores de la propia alianza no se manifiestan en apoyo”, apuntó. A ese factor político, el titular de Carbap adosó “el contexto de país” con “una economía sin precio porque no hay un rumbo que dé certezas. Muchas cuestiones importadas sin precio. En esa inestabilidad es muy difícil que alguien se deshaga de lo que tiene como resguardo de valor”.

 

Puertos, números y grandes jugadores

En el Puerto Bahía Blanca, fue drástica la caída del volumen exportado de soja. Mientras que en el primer semestre de 2021 se giraron al exterior 481.259 toneladas de poroto de soja, en el primer semestre de este año solo se exportaron 73.690, lo que representa un descenso del 84,7%. En ese ritmo, los envíos de pellets de soja disminuyeron desde la terminal bahiense un 60%, mientras que la caída fue del 54% para el aceite de soja.

 

Buena parte de la producción bonaerense a baja escala continúa su circuito en acopio privado o cooperativas “con buen respaldo”, algunas que trabajan, según la región, con Agricultores Federados Argentinos (AFA), emanada de FAA –con cooperativas fuertes en la zona núcleo provincial- o la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), uno de los más importantes operadores de granos, con una participación del 19% sobre el total de granos producidos en el país, exportando el 30% de los cereales y oleaginosas. Una de las bocas de salida se emplaza en Quequén (Buenos Aires). Sin embargo, en lo que va de 2022, el registro estadístico de esa terminal portuaria no exhibe exportaciones de soja y derivados por parte de ACA.
 

 


 

En la operatoria del total de las exportadoras en ese puerto, el volumen de soja durante el primer semestre de 2022 fue similar al mismo periodo de 2021, en el orden de las 320 mil toneladas. El destino mayoritario fue China. El principal exportador fue otro peso pesado, CHS Argentina, subsidiaria de la cooperativa agrícola más grande de EE.UU. Durante 2022, en Quequén, exportó 30 mil toneladas Los Grobo, otro de los tanques de este negocio que, además de Buenos Aires, su “diversificación geográfica productiva” aborda diez provincias.

 

Además de las mencionadas, entre los tanques de este negocio también operan fuerte en terreno bonaerense firmas como MSU (Manuel Santos Uribelarrea), que inició operaciones con sello familiar en 1860 en el interior provincial y se robusteció en el segundo menemato al desarrollar fuertemente la producción agrícola extensiva en campos arrendados. De ahí, pasó a crear un fondo de inversión internacional, llegó al mercado de capitales y hoy maneja 165.000 hectáreas sembradas en distintas provincias. También opera en Brasil, Paraguay y Uruguay. Otra jugadora es Lartirigoyen, con 23 locaciones en la provincia de Buenos Aires y más de 150.000 hectáreas bajo su órbita.

 

Alex Wahnish, el rabino de Javier Milei. 
Pullaro, el ministro Cococcioni y la secretaria de Asuntos Penitenciarios. Con más de 1.800 celulares incautados en requisas en las unidades penitenciarias santafesinas.   

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