LA ECONOMÍA Y LA INTERNA

Golpe de mercado y 24 horas de atronador silencio de Todos: nadie en el Frente

No dijo nada CFK, denunciadora serial de desestabilizaciones. No habló Kicillof, experto en corridas. Massa, menos. ¿Y el gabinete propio? Peronismo invisible.

Al cierre de esta nota, se cumplían 24 horas -un día entero- desde que Alberto Fernández formulara una denuncia gravísima: en el prime time de la televisión, el presidente de la Nación aseguró que el Gobierno había logrado frenar el tercer intento de golpe de mercado, es decir, maniobras financieras especulativas tendientes a producir zozobra en una economía de por sí extremadamente inestable y, de esa manera, debilitar -más aun- a una administración de por sí dramáticamente débil por los magros resultados de la gestión y las tensiones internas que fracturaron la coalición gobernante -cuáles son el huevo y cuáles la gallina, a gusto de quien lee-. En ese lapso que se extendió entre las declaraciones presidenciales y el momento en el que se escriben estas líneas, en el oficialismo atronó el silencio. De Todos, nadie estuvo en el Frente.

 

 

“Es la tercera vez que nos pasa desde que asumimos el Gobierno", se quejó el mandatario, aceptando el término "golpe de mercado" que el periodista Gustavo Sylvestre le sirvió en bandeja en el arranque mismo de la extensa entrevista que el jefe de Estado brindó este miércoles por la noche en la señal C5N, su segundo hogar. "¿Cómo piensan que nosotros paramos la tercera corrida que nos quisieron hacer si no es con dureza?", amplió y de paso golpeó un poco la mesa. 

 

Al día siguiente, por la mañana, en su habitual conferencia de prensa de los jueves, la portavoz de la Presidencia -técnicamente, el jefe de Estado-, Gabriela Cerruti, le bajó un poco el precio a la presunta maniobra de desestabilización: la llamó "minicorrida o principio de corrida cambiaria", pero ratificó la denuncia de su jefe. "El Presidente se refirió en general a lo que todos vimos, que fue una suerte de minicorrida o inicio de corrida cambiaria", indicó y señaló a "actores concretos, nacionales e internacionales, que pujan para que las riquezas queden siempre en manos de los mismos".

 

Si Cerruti le había bajado un poquito el tono a la denuncia presidencial; si cabía sospechar que, como ya ha hecho en tantas oportunidades, el mandatario se había ido de boca; el propio Fernández se encargaría de ratificarse a sí mismo en un acto que encabezó por la tarde en La Rioja. “Esos personajes que declararon el default en pesos argentinos estuvieron generando miedo toda la semana, tratando de generar una corrida que lastimase a la Argentina", descargó. A buen entendedor, pocos nombres: amplió la denuncia para involucrar en la jugada a la oposición que fue gobierno justo antes que él. 

 

Todo eso hizo el Presidente entre las ocho y pico de la noche del miércoles y las cuatro de la tarde del jueves. Todo eso dijo, él mismo o a través de su vocera. Al cierre de esta nota, su voz seguís resonando en el vacío.

 

No dijo nada de nada la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, denunciadora histórica serial de maniobras desestabilizadoras cuando era ella la titular del Poder Ejecutivo. Según pudo saber Letra P, no lo hará tampoco el sábado, cuando se presente en Ensenada en una nueva fecha de la gira que, como adelantó este portal que haría, inició para decir sinceramente sus verdades.  

 

No dijo nada de nada la tropa cristinista, a pesar de que le reclama al Presidente que dé las batallas que tiene que dar contra el poder económico bajo la Teoría CFK de los cuatro vivos. Justamente en la mañana de este jueves, el lanzallamas designado del kirchnerismo, Andrés Larroque, habló por radio sobre esos demonios. Dijo que gobernar es "ordenar al poder económico", pero aclaró que, en la Argentina, la única capaz de hacerlo es Cristina

 

No dijo nada el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, que es la misma persona que en 2014, cuando ejercía como ministro de Economía, tuvo que hamacarse y devaluar en medio de una... ¡malditas coincidencias! corrida bancaria. Ante la consulta de Letra P, fuentes de su entorno inmediato indicaron que el mandatario no pensaba opinar sobre el tema. En la misma línea respondieron colaboradores de dos ministros, cada uno de ellos ubicados en tribus diferentes que conviven en el gobierno, uno alienado al sector del intendentismo asociado a La Cámpora y otro, del riñón kicillofista. En todos los casos, la respuesta fue el silencio. Las fuentes afirmaron, además, que "no se tocó ese tema" en la reunión de gabinete que este jueves encabezó Kicillof.

 

No dijo nada, tampoco, el tercer socio grande del Frente de Todos, Sergio Massa. Se sabe: el presidente de la Cámara de Diputados elige sus batallas con precisión quirúrgica.

 

No obstante, llama poderosamente la atención, sobre todo, que no dijera nada el gabinete nacional: ni un ministro pisó el ring para bancar al Presidente en esta pelea tan desigual. Ni Aníbal Fernández, que solía quejarse de que en este gobierno nadie pide la pelota.

 

Al cierre de esta nota, en definitiva, el jefe del Estado cumplía 24 horas -un día entero- guerreando en soledad contra la poderosa mano del mercado, tan invisible como el peronismo en esta etapa tan curiosa de su historia. 

 

Javier Milei.
Toto Caputo.

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