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La trama subterránea de la corrida de los bonos que descolocó a Guzmán

El derrumbe de los papeles hundirá el financiamiento del Estado en el mercado. En el gobierno hablan de mala praxis, pero identifican una mano negra de Lacunza.

La corrida de los bonos del Estado ajustados por tasas atadas a la inflación a través del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) disparó una crisis financiera fuera de los planes del Ministerio de Economía. En el gobierno de Alberto Fernández creen que la situación se gatilló a partir de una mala praxis en una mesa de dinero, que vendió esos títulos públicos sin avisar en el mercado que la razón del desprendimiento era la necesidad de liquidez de una empresa del Estado para pagar importaciones. Pero fue Martín Guzmán quien alertó la intervención del exministro de Cambiemos Hernán Lacunza como "operador" de una premisa post-2023 de necesidad de reperfilamiento de esos instrumentos que generó incertidumbre en la plaza y envalentonó la salida.

 

Según fuentes consultadas por Letra P, de una serie de reuniones que mantuvo el último ministro de Economía de Mauricio Macri con banqueros locales surgió el rumor de una necesidad de volver a poner en marcha el reperfilamiento de bonos de corto y mediano plazo, que el propio Lacunza utilizó en 2019, en plena recesión y luego de la derrota de Cambiemos en las elecciones primarias de ese año. A partir de esa instalación, solamente quedó interpretar algún mensaje financiero que sostuviera la incertidumbre de los instrumentos que utiliza el Palacio de Hacienda conseguir financiamiento propio y evitar pedirle asistencia monetaria al Banco Central.

 

Consultado por este medio, el exministro negó las acusaciones. "Me dicen que me atribuyen conjeturas sobre el tratamiento de la deuda en pesos en un eventual futuro gobierno. Falsas. Porque a un año y medio se desconoce la herencia y la solvencia fiscal y financiera depende de lo que haga el Gobierno en funciones, no el anterior ni el próximo", había salido al cruce a las versiones el propio Lacunza en su cuenta de Twitter el viernes. 

 

"Guzmán y (el presidente del Banco Central, Miguel Ángel) Pesce han estado en contacto permanente con sus respectivos equipos para comprender de dónde viene este ataque especulativo", admitió a Letra P una fuente cercana al ministro de Economía, quien está convencido de la existencia de la mano negra de su antecesor y, además, que esas movidas financieras "van a hacerles perder más de lo que piensan ganar". Que los economistas del gobierno anterior o de la oposición digan qué harían con la deuda pública en pesos, que lo digan en público", disparó Guzmán en una entrevista a Radio Nacional, horas después del inicio de la corrida de los bonos.

 

¿Cuál fue el origen de la corrida?

Según la consultora Equilibria, un mix de factores explican el derrumbe de los bonos de título público atados al CER, que hizo que los fondos comunes de inversión perdieran más de 13.000 millones de pesos. Uno fue la toma de ganancias del carry-trade; el segundo, la necesidad de liquidez para afrontar pagos impositivos/aguinaldos; y el tercero, la percepción de un mayor riesgo de reperfilamiento de la deuda en Pesos. Pero, según pudo saber Letra P, el origen fue en la necesidad de la empresa estatal Energía Argentina, ex IEASA, necesitaba liquidez para afrontar los pagos por la importación de Gas Natural Licuado (GNL) que deben llegar al país para atender la demanda en el período invernal. Por eso acudió a los depósitos que tiene en el fondo común de inversión Pellegrini.

 

Siempre según distintas fuentes consultadas por este medio, tanto del sector público como del mercado financiero, la mesa de dinero del Pellegrini salió vender en la plaza, sin dar aviso de esa jugada al resto de las mesas. La elección de los bonos ajustados por CER, que tenían una demanda baja en el mercado, generó "histeria" en los jugadores financieros, que cruzaron esa acción con las advertencias de Lacunza. "Esos bonos tenías una tasa de interés negativa. Economía los colocaba por abajo de la par. Eso nunca le gustó al mercado y solo los compra en la licitación primaria, pero no los busca en el secundario", explicó un conocedor del movimiento de la bolsa local.

 

Con la oferta de venta en la calle y sin compradores avisados, el bono empezó a ofrecerse con precios a la baja y, en ese contexto, salió el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses a vender también bonos CER por unos 2.000 millones de pesos, lo que sobreofertó y terminó desplomadno el precio. "Se activaron las cláusulas de cualquier fondo de inversión, que tiene que vender si un activo registra una fuerte pérdida. Y cuando las empiezan corridas, nadie más razona y todos retroalimentan", analizó otra de las fuentes gubernamentales consultadas por Letra P. Era tan inverosímil la posibilidad de anunciar un default de los bonos públicos ajustado por CER que el Central no venía siguiendo esos bonos, ni los tenía en cartera. "El BCRA mantiene la tasa de rendimiento positivo de los bonos a tasa fija. Los bonos CER tenían tasa negativa, así que el BCRA no intervenía", explicó un analista de mercado.

 

Allí comienza una gira compleja para el futuro del financiamiento público. Sucede que ante la caída del precio del bono, se incrementa la tasa de interés y pasa a ser positiva. Es por eso que el BCRA activó la aspiradora desde el miércoles. "Ahora los bonos CER tienen tasa positiva y el BCRA va a mantener ese valor, no va a permitir que siga el desplome, pero tampoco que vuelva a cotizar sobre la par", aclararon desde una oficina gubernamental, que sigue de cerca los movimientos del mercado.

 

Lo que sí queda claro es que habrá una consecuencia muy negativa: "Esta corrida le generará a Economía tener que enfrentar muchos problemas para colocar deuda nueva", dijo una fuente consultada. Según el informe de Equilibria, "el mercado tiene dudas acerca de la posibilidad de Finanzas de renovar sus vencimientos de deuda en Pesos". Lo que viene es complejo, porque Guzmán deberá enfrentar entre junio y septiembre, vencimientos por $ 2,7 billones de pesos, "de los cuales más del 70% corresponde a deuda CER y cuyos tenedores exigirán emisiones de deuda similares para renovarlos", destacó la consultora.

 

La inflación porteña de enero fue del 3,1%
Javier Milei con la titular del FMI

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