Cuando Alberto Fernández se suba al vuelo chárter de Aerolíneas Argentinas para regresar a Buenos Aires, podrá sonreír al ver el cuerpo sin heridas luego de haber caminado por la doble cornisa a la que lo expuso la IX Cumbre de las Américas. Con la promesa cumplida de expresar su rechazo hacia la política exterior de la Casa Blanca para la región sin generar el malestar de la administración del demócrata Joe Biden y con el reconocimiento de los aliados del Sur, el Presidente se prepara para los nuevos desafíos que representan sus próximos compromisos internacionales.
En la previa, la jugada que Fernández desplegó en Los Ángeles no estaba exenta de problemas, los mismos que, para gracia de la Casa Rosada, no se materializaron. “Fue una jornada valiosa”, aseguró el jefe de Estado horas antes de emprender su regreso. La cita internacional le sirvió para desplegar su rol como presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) al manifestar su rechazo a la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela del encuentro y al representar la voz de aquellos países que no viajaron como forma de protesta, como México, Bolivia y Honduras, entre otros.
A pesar de que el propio Biden dijo, minutos después de que Fernández hablara ante el pleno de la Cumbre, que la jornada había comenzado “fuerte” por las críticas argentinas a la Casa Blanca, este viernes, el mandatario argentino aseguró que no tuvo “ninguna reacción en contra” a su discurso y relató que mantuvo “un intercambio de palabras buenas” con el norteamericano, con quien prometió que va a seguir trabajando. “Antes de venir tuve demasiadas charlas con los funcionarios de Estados Unidos y sabían lo que iba a decir”, explicó. De esta manera, la lectura de su discurso y la falta de improvisación -algo que en el pasado le costó más de un dolor de cabeza- dieron sus frutos y la cita bilateral con Biden sigue en agenda para el 25 de julio.
Las buenas repercusiones no llegaron solo del Norte. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, país que le generó más de una crisis al FdT, le agradeció su crítica al bloqueo económico que pesa desde hace más de cinco años sobre Caracas. “Ha hecho un discurso firme, claro, valiente y puso todo en su lugar”, afirmó durante una gira que realiza por Irán, donde destacó el accionar de Fernández. “Le puso la guinda a la torta”, graficó. El líder bolivariano también resaltó que el mandatario argentino invitó a Biden a la próxima cumbre de la CELAC, una idea que le esbozó en la previa a Fernández.
El presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, también respaldó el accionar de Fernández al elogiar la denuncia que realizó contra la Organización de los Estados Americanos (OEA), a la que calificó como “un gendarme que facilitó” el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019. El líder de Movimiento Al Socialismo (MAS) no viajó hasta California en solidaridad con los países excluidos, pero replicó el discurso del argentino a través de su cuenta de Twitter, donde denunció que la Cumbre de las Américas “es testigo de la injerencia de algunos organismos en la soberanía de nuestros pueblos”.
Sin generar la molestia de Washington y sin olvidar las demandas del Sur, Fernández regresará de Los Ángeles dispuesto a sacarse -por unos días- el traje de representante regional que apuesta por el multilateralismo como herramienta para superar las diferencias políticas y por la distribución de la riqueza como herramienta fundamental para atender las demandas de la región más desigual del planeta.
La IX Cumbre de las Américas representó una incómoda prueba de la cual salió con la ropa limpia para volver a utilizarla el 24 de junio en la Cumbre de los BRICS, el organismo que reúne a Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, y el 27 de este mes en Alemania, cuando sea invitado del G7, el selecto grupo que agrupa a los más fuertes del mundo.