CORRESPONSALÍA (Córdoba) Durante su estadía en Córdoba, María Eugenia Vidal no eludió el tema que más inquieta a quienes gestionan el armado local de Juntos por el Cambio (JxC): la incorporación de Juan Schiaretti a la alianza opositora. En distintos contactos con la prensa, la diputada nacional habló de fin de ciclo para el gobernador, a quien imputó 24 años de mandato sin alternancia. Además, auguró un gobierno de la coalición para la provincia a partir de 2023 y trazó una definición sobre el mandatario cordobesista: “No es parte de nuestro espacio”.
Aunque las expresiones no tuvieron aire categórico, respondieron a las expectativas de gran parte de la dirigencia que desde comienzos de año ha sostenido una demanda: “Nosotros queremos ganarle a Schiaretti. Que las figuras del partido digan si quieren lo mismo y que lo digan claramente”.
La exigencia, que tuvo a Luis Juez como temprano expositor pero fue adoptando resonancia coral, resume desconfianzas al interior de la alianza y remonta a la experiencia de 2019. La división opositora, que facilitó un rotundo triunfo cordobesista, es aún interpretada como evidencia de un pacto entre el expresidente Mauricio Macri y el gobernador. Por extensión, el PRO y Hacemos por Córdoba.
Tres años después, Vidal es la primera figura nacional ubicada entre las palomas de la interna amarilla en ubicar explícitamente al “Gringo” como adversario y apostar por una fórmula propia. El antecedente inmediato corresponde a la jefa de los halcones. En febrero, también de paso por Córdoba, Patricia Bullrich había manifestado que el schiarettismo había cumplido un ciclo.
A nadie escapa que las palabras de Vidal llegaran horas después de la foto que mostró a toda la dirigencia cambiemista amuchada, durante la celebración del 1 de mayo, en un club de la ciudad de Córdoba. Una muestra de unidad y fortaleza para concluir una semana convulsionada por las discusiones en torno al sobrevuelo de Javier Milei.
Aunque todo indica que elecciones nacionales y provinciales tendrán fecha diferente, lo cual amplía la posibilidad de maniobras y relativiza cualquier exclusión, quienes apuestan por profundizar las diferencias con el peronismo cordobés se sienten fortalecidos tras el paso de la potencial candidata a presidenta. Juez, en el centro de aquella foto, el primero entre ellos.
“Fue una buena definición, toda vez que Schiaretti era siempre la primera opción para muchos dirigentes porteños de JxC”, dicen en su entorno a Letra P.
También los propios halcones del PRO, a quienes algunos acusan de haber impelido a Vidal a expresarse sobre un tema que no es urgente. “Lo que dijo es lo que está sosteniendo JxC: nosotros no vamos a sumar nadie que no tenga absoluto consenso. En Córdoba no hay consenso para hacer un acuerdo con Schiaretti”, afirma Laura Rodríguez Machado.
“Cada vez que viene un personaje de alto nivel, nosotros le pedimos que deje claro que quieren ganar Córdoba, ante tantas suspicacias y picardías que están dando vueltas constantemente, entre algunos personajes de nuestro espacio y algunos periodistas”, expresan en la cúpula del PRO mediterráneo.
“El juego nuestro es ese. Lo dijo María Eugenia y antes lo habían dicho, a su forma, Macri, Horacio (Rodríguez Larreta) y Patricia. Cada vez que viene alguien del partido tratamos de coordinar para que quede claro, cosa que no han hecho Facundo Manes o Gerardo Morales. La decisión de Buenos Aires es que queremos ganar Córdoba. Hay un fin de ciclo”, remarca la fuente.
En la UCR mediterránea no evaden el golpe pero rubrican que no tienen al gobernador en su radar de alianzas. "Las visitas de Morales y Manes tuvieron que ver con cuestiones de gobernabilidad. Schiaretti no está en nuestro espacio. Él no ha dicho que vaya a venir o que quiera venir. Tampoco lo necesitamos. En Córdoba queremos ganarle", indica Marcos Carasso, presidente del comité provincia, en diálogo con este portal.
"La apuraron"
Previsiblemente, quienes ya han expresado la conveniencia de un acople con el peronismo federal relativizan el peso de las expresiones de la exgobernadora bonaerense. "Lo que dijo se ajusta al proceso y al momento de la coalición. Lo dijo en una reunión partidaria, en la que la apuraron, no tenía margen para otra cosa. Le pidieron que sea más excluyente con Schiaretti, con una definición más tajante. En otro momento, dijo que no cerraba puertas a nadie. El mensaje apunta a engordar lo propio", interpretan en la vertiente macrista de la coalición cordobesa.
Cuidadosos, los restantes socios del partido amarillo prefieren evitar afirmaciones taxativas. Aunque aseguran que no es momento de hablar de candidaturas o nombres, vuelven el almanaque tres años y señalan fotos de las figuras de aquel Cambiemos y el actual gobernador. "¿Pueden los mismos nombres hacer algo distinto? Cuesta creer", desconfían.
"Que quede claro: no necesitamos a Schiaretti. Acá le vamos a ganar y en la Nación, no tiene peso. Es un pasado que debemos dejar atrás", se envalentonan.