El espiral descendente que sumergió al Partido Justicialista (PJ) de Río Negro desde 2015 hasta estos días, con las derrotas de Miguel Ángel Pichetto y Martín Soria en la pelea por la gobernación y el fracaso de no lograr retener la banca en la Cámara de Diputados que puso en juego las últimas elecciones, instaló la posibilidad de un acuerdo electoral con Juntos Somos Río Negro (JSRN) para tener competitividad en 2023. La idea, patrocinada por un grupo de la dirigencia que responde al senador nacional Martín Doñate, dejó en carne viva las diferencias del peronismo rionegrino. Sin embargo, para que esa idea se concrete de forma orgánica, deberá avanzar sobre el congreso partidario que hoy encabeza el ministro de Justicia y Derechos Humanos, histórico rival de Alberto Weretilneck tras la muerte de su padre. Según advierten fuentes del espacio, el ala kirchnerista deberá salir a buscar los votos para suscribir en la justicia electoral esa alianza.
Weretilneck-Doñate, una relación que se afianza para Río Negro.
Desde el último proceso electoral, la relación entre el kirchnerismo y Weretilneck se fortaleció. Fueron varias las fotos entre el exgobernador y Doñate, un exponente del justicialismo K sin tierra. Con la gestión de obras como puntal, la voz y ojos de La Cámpora rionegrina expuso la relación de la superestructura con el mentor de JSRN. En Río Negro son vox populi los acuerdos entre Weretilneck y el kirchnerismo, posteriormente ratificados en el Senado. El último resonante se manifestó en el proyecto para reformar la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que tuvo el visto bueno de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El problema es que este entendimiento incide en la base del peronismo local. Eso advierten las diversas voces justicialistas consultadas por Letra P. Aunque la mayoría prefiera reserva, coinciden en un punto: aceptar un acuerdo con Weretilneck sería el final del sueño de ir por la gobernación a mediano y largo plazo.
Las que sí arengan en favor del pacto son las cabezas de algunas intendencias. Héctor Leineker (General Conesa-PJ), Sergio Hernández (Lamarque-PJ) y Liliana Alvarado (Cinco Saltos-Frente Grande) pidieron acercar posiciones para “frenar al neoliberalismo” encarnado en la figura de Aníbal Tortoriello, el candidato PRO recientemente bendecido por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en San Carlos de Bariloche. “No puede ser que gane la derecha”, declaró Leineker en un claro gesto para negociar con JSRN. Alvarado y Hernández se sumaron al pedido que concrete la alianza para contener al PRO.
Similar planteo hizo el mandamás de Sierra Grande, Renzo Tamburrini. Consultado por este medio, repitió lo dicho a principios de año: el peronismo “debe ser una opción”, pero no le cerró las puertas –si es conveniente– a una alianza con el partido patagónico. “El PJ tiene candidatos, proyecto político, presentación institucional. Hay estructura, unidades básicas y militancia. Eso debe generar alternativa electoral, en un escenario de tercios que nos da posibilidades”, entendió el serrano; aunque advirtió: “Primero hay que armar nuestro frente y, más tarde, analizar ir consustanciado con JSRN. El camino de un acuerdo, no lo veo malo, pero eso se debe discutir en el Congreso del PJ”.
Sin importar las manifestaciones en los municipios, las señales de un entendimiento sobrepasan el poder de los jefes y las jefas locales. De eso se habla en General Roca, el último bastión y localidad importante gobernada por el peronismo en la provincia. Bajo el gobierno de la familia Soria, lleva casi 20 años apuntalada en el sello del PJ, en una provincia pintada de verde. Actualmente, JSRN maneja Bariloche, Cipolletti, Viedma y Villa Regina, entre otros importantes centros urbanos. Solo Roca quedó para la oposición, que no encuentra la forma de convertirse en una opción atractiva para el electorado.
¿Y el bloque?
La idea de ir con JSRN en 2023 también genera zozobra entre las espadas legislativas peronistas. Con esa carga, fue la jefa de la bancada María Eugenia Martini quien rechazó cualquier pacto y demostró el enojo que existe con Doñate. Eso, deslizan en el parlamento, significaría el final de cualquier posibilidad para el Frente de Todos (FdT) de abultar su número de representantes en la Legislatura. “El PJ debe ser la columna vertebral de un proyecto político y no el furgón de cola de JSRN”, dijo Martini, al manifestar el malestar que se expande entre la dirigencia.
En ese bullicioso cuadro, según pudo saber Letra P, llegaron al despacho de la presidenta del PJ local, Alejandra Mas, reclamos para que se convoque al congreso partidario para antes de agosto. El órgano es presidido por Soria, hoy abocado a sus tareas fueras de la provincia. De lo que hace en términos políticos en Río Negro, poco se sabe, pero sus alfiles legislativos José Luis Berros e Ignacio Casamiquela ya manifestaron que no acompañarán ningún pacto con JSRN.
Aunque se espera que ni bien se celebre la reunión partidaria buscarán llevar la propuesta, hoy Doñate no tendría los números para el acuerdo. El avance del año y las encuestas precisarán el rumbo. Hoy, todo escenario es posible.