Durante el viaje en el helicóptero que volaba hacia Cañuelas, escenario del acto presidencial, tuvieron un tiempo para conversar Alberto Fernández, Sergio Massa y Gabriel Katopodis. Iban a relanzar una obra en la Ruta 3, paralizada tras el fallido sistema Participación Público Privada (PPP). El motivo era la excusa perfecta para que el trío, de discursos pasados contra Mauricio Macri, arremetiera unido contra el fundador del PRO. "Este esquema estaba concentrado en seis corredores con 70 obras y era un enorme problema porque era un contrato leonino en perjuicio del Estado”, acusó el Presidente en su fragmento diplomático. Después agregaría la acusación de "ladrones de guante blanco".
El reproche al PPO también se explica por el lugar: la anfitriona fue la intendenta Marisa Fassi, esposa del actual titular de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta, que tiene sus quejas a la administración de Cambiemos. En la foto presidencial estuvo Axel Kicillof, otro que tiene alquilado al exmandatario en sus discursos.
El miedo a un regreso al poder del macrismo comenzó a ser esbozado hace semanas con renovada fuerza. El sábado, al encender la pipa de la paz en la interna todista, Fernández habló de "derecha maldita". Días antes, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, también había agitado el fantasma: "Si seguimos con esta dinámica de decir que todo está mal, en 2023 va a gobernar la derecha". Este martes se sumó el titular de Diputados al coro de críticas a Macri, también para exponer la idea de dos visiones distintas de país.
"Macri y (Javier) Milei forman parte de todas las conversaciones", contaron en un ministerio. Como novedad desde el mismo despacho apuntan que el reciente ataque al expresidente no está siendo "coordinado". Fluye solo: cerca de Fernández validan que no hubo orden presidencial de volver a subirlo a la marquesina, sino que es algo que se está dando de manera "natural". "Hay convicción de no distraernos de adversario", completaron.
Cerca de Massa trajeron a la memoria una crítica del Macri en la Casa Rosada para contextualizar el actual encono. "El primer encontronazo con él fue por Ganancias, por eso quizá le esté dando más ahora", recordaron. A fines de 2016, el entonces mandatario agradeció, con ironía, a "aquellos que inicialmente actuaron en forma irresponsable, pero después reflexionaron". Lo hizo al presentar un proyecto para modificar el piso del impuesto. El aludido era el líder del Frente Renovador y el episodio marcó el inicio de la ruptura del enamoramiento político inicial entre ambos.
Lo cierto es que, antes de que la interna del Frente de Todos estuviera a flor de piel, cada reaparición mediática de Macri era usada como recuerdo de la unidad que llevó a la construcción de la coalición, dejando atrás viejos rencores entre sus socios. Cristina Fernández de Kirchner sigue en silencio. Como contó Letra P, volvió el domingo desde Santa Cruz y se prepara para recibir el jueves en el Senado al jefe de Gabinete, Juan Manzur, que presentará su informe de gestión.
La figura Macri no sólo apela a una cuestión emotiva para contener a un convulsionado FdT. Es una cuestión de números, algunos de los cuales llegan a la Casa Rosada. Por ejemplo, la última encuesta de Managment&Fit, que circuló este domingo. Con 62,1% de imagen negativa, el expresidente encabeza el antirranking de votos en el Gran Buenos Aires y su positiva apenas llega al 10%. Unas cifras similares mantiene en el resto de la provincia. Es, por lejos, el peor valorado de la oposición. "Nos viene bien cada vez que aparece, porque nos da esperanzas", se entusiasmó un dirigente todista, al tanto de estos guarismos. El rojo de la vicepresidenta en el mismo segmento es del 41%. Una buena para Fernández: la suya sólo llega al 36,5%.
Por otro lado, el líder de PRO funciona, a ojos del oficialismo, como aglutinador del resto de las figuras opositoras, corridas por el factor Milei. "Ya no pueden disimular lo que quieren hacer en 2023 como hicieron en 2015. Ahora hablan abiertamente de reforma laboral y reforma previsional", reflexionaron en un despacho sin citar específicamente a Horacio Rodríguez Larreta, que habló de ambos temas en el bosquejo de su plan económico. De esta forma, las palomas quedan atadas a los halcones del PRO y a la leonera de La Libertad Avanza. "Lo que nos diferencia de ellos es la concepción del rol del Estado", añadió la misma fuente, pero lo que de verdad amalgama al FdT, completó, es ubicar en la otra vereda a Macri. Unidos por el espanto.