Finalizados los paneles y disertaciones del congreso de la UCR bonaerense, la militancia abandonó la Facultad de Derecho platense para dirigirse al escenario montado a escasos 100 metros de allí, frente a la sede partidaria local, donde minutos después hablaría Facundo Manes. Al salir del edificio de Ciencias Jurídicas, hubo quienes detenían su paso para saludar a quien estaba parado a un costado del umbral de acceso charlando con otros de sus correligionarios: era Juan Manuel Casella, ministro de Trabajo durante la presidencia de Raúl Alfonsín que, en 1987, fue candidato a la gobernación bonaerense y cayó por alrededor de cinco puntos de diferencia ante el peronista Antonio Cafiero. “Pensar que Cachi fue el último radical que peleó mano a mano la provincia”, añoraba en las inmediaciones un dirigente que contemplaba la escena. Para 2023, el partido que en Buenos Aires revitalizó el neurólogo tiene ese gran desafío: encontrar un postulante competitivo para pelearle a sus socios amarillos la candidatura a gobernador.
En efecto, desde aquel entonces, el radicalismo bonaerense no ofrece una figura pura que se posicione con expectativas concretas de acceder al sillón de Dardo Rocha. Por lo pronto, en la conducción boina blanca evitan hablar de nombres propios, pero sí trazan objetivos y mecanismos para la pelea provincial.
Una de las claves para alcanzar el objetivo es ganar terreno en el conurbano, territorio determinante para inclinar la balanza en la madre de todas las batallas y, por ende, en la compulsa nacional, donde al radicalismo camina cuesta arriba. De ese objetivo habló concretamente Manes días atrás frente a la platea radical bonaerense que empuja su candidatura presidencial para robustecer su propia construcción provincial: “El conurbano necesita ser inspirado”, clamó.
Este martes 22 de marzo se presentará la Fundación Poder Buenos Aires, un think tank con el cual la UCR bonaerense buscará sembrar proyectos e instalar temas de debate en la agenda opositora que disputa con el PRO. “Un partido de poder tiene que tener propuestas, programas, políticas públicas, cortadas transversalmente por perspectiva de género, un partido que va a construir un programa para la provincia de Buenos Aires”, dijo a Letra P el presidente de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad.
Acerca de los lineamientos de esta usina de ideas, la diputada provincial y exvice del Comité Nacional Alejandra Lordén detalló a este medio: “Uno de los objetivos de la fundación es darles el sostén a los intendentes y el expertise de distintas áreas; segundo, mostrar los cuadros técnicos que tiene y que puede importar el radicalismo y, tercero, tener una hoja de ruta para nuestros candidatos a la gobernación en la provincia, que puedan decir en los ejes principales qué es lo que se debe hacer en los primeros seis meses de gobierno”.
La Fundación Poder aspira a contemplar una docena de ejes temáticos: seguridad, trabajo, educación, salud, ciencia y tecnología, infraestructura y servicios públicos, agroindustria, desarrollo territorial, género, justicia, ambiente y desarrollo social. “El radicalismo es un partido de poder y va a ir a buscar el poder”, resumió Abad, quien aclaró que en el último congreso el partido no discutió “nombres propios ni candidaturas, sino ideas y propuestas”.
Tampoco da nombres Lordén, pero sí asegura que el partido tendrá “una candidatura a gobernador o gobernadora -aclara- en la provincia de Buenos Aires”. En los pasillos del partido, hay quienes le atribuyen aspiraciones a la legisladora.
Por su parte, en diálogo con Letra P, el convencional Gastón Manes observó: “El radicalismo tiene más de 30 intendentes en la provincia. Cualquiera de esos intendentes está capacitado para presentarse como candidato a gobernador. Hay autoridades partidarias, legisladores, hay una serie de personas que pueden candidatearse a la gobernación y estamos trabajando para obtener la mejor postulación”.
“Hay muchos hombres y mujeres” que “tienen experiencia de gestión en la provincia”, enfatizó a Letra P el jefe comunal de Chacabuco, Víctor Aiola, que, en tiempos de Cambiemos en el poder, recorrió el conurbano para apuntalar la presencia de la dirigencia boinablanca en esa jurisdicción.
En otro rincón del variopinto paisaje interno del radicalismo bonaerense, Evolución también enfoca con especial interés en la construcción de una candidatura a la gobernación: “Si este partido no se anima a ser gobierno en la provincia de Buenos Aires, mejor que vaya pensando en dedicarse a otra cosa”, arremetió semanas atrás el senador Martín Lousteau, en el marco del plenario bonaerense del espacio que lidera a nivel nacional, donde puso en cancha provincial al diputado Martín Tetaz (electo el año pasado por la jurisdicción porteña).
“Nuestro partido no puede tenerle miedo a la provincia de Buenos Aires y al conurbano”, recalcó Lousteau en tono desafiante hacia la conducción radical, a la vez que prometió que “Evolución va a tener unos candidatos de la puta madre en la provincia”. Por lo pronto, Tetaz ya realizó recorridas por el GBA y, en breve, tiene planificado desembarcos en más centros urbanos bonaerenses. Bajo ese clima, el radicalismo trabaja para parir a una figura que puede medirse con Santilli primero y luego, con el gobernador Axel Kicillof, quien ya avisó que va por la reelección.