La fractura expuesta que sufre la cúpula del Frente de Todos (FdT) puede tener su correlato en la provincia de Río Negro. Todo dependerá de la definición de Martín Doñate. El senador nacional camporista intenta construir desde hace dos años su candidatura a gobernador de la mano de un grupo de representantes en la Legislatura provincial y de quienes mandan en las intendencias con sello peronista, a quienes les sirve de vehículo para que las obras y aportes nacionales lleguen a la gestión municipal. Ahora, mientras se especula sobre el destino de su voto en la sesión de este jueves, en la que el Gobierno espera que el Senado convierta en ley el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el bloque legislativo y los municipios panperonistas presionan para que el senador respalde el proyecto de la Casa Rosada. Cualquiera fuere su postura, repercutirá tanto dentro como fuera de los límites rionegrinos.
El panperonismo patagónico tiene inconvenientes de arrastre desde la derrota sin atenuantes que sufrió en 2019 el actual ministro de Justicia, Martín Soria, en manos de la gobernadora Arabela Carreras. Visiblemente disminuido en su poder de fuego, con menor representación territorial y parlamentaria, atravesó las elecciones de 2021 con dificultades y no logró retener la banca que puso en juego en la Cámara de Diputados. En medio de un clima espeso, que desnudó las debilidades del armado provincial del Partido Justicialista (PJ), diversos sectores olvidaron las discusiones domésticas recientes para reclamar un voto positivo a quienes ocupan escaños rionegrinos en el Congreso. Ya lo lograron con Susana Graciela Landriscini y Pedro Dantas, dos espadas del kirchnerismo en la Cámara baja que preside Sergio Massa.
Como parte de esa jugada, según pudo saber Letra P, los intendentes y las intendentas del partido exigen a quienes ocupan las bancas en el Senado acompañen el proyecto. Presionan para que Doñate y Silvina García Larraburu, la otra representante peronista rionegrina en el recinto que representa a las provincias, se sumen al pedido de la dirigencia con responsabilidad de gestión. “Necesitamos que salga este acuerdo, que se respalde al Presidente”, le confesó a este medio un jefe local que prefirió reserva y se manifestó preocupado por las consecuencias que los votos no positivos pueden tener sobre las obras destinadas a los distritos.
Doñate, en su intento de avanzar en una candidatura, construyó relaciones con las intendencias como interlocutor de las carteras nacionales. Al estilo que forjó Miguel Ángel Pichetto en sus mejores días como senador por Río Negro, abrió las puertas de los ministerios para que las jefaturas locales justicialistas ganaran en interlocución y obras. Su influencia se expandió inclusive hasta los centros urbanos gobernados por Juntos Somos Río Negro (JSRN), sellada en fotos de rigor con su par Alberto Weretilneck cuando los beneficios aterrizaban en municipios gestionados por el oficialismo provincial.
Este esquema puede quedar condicionado por su voto este jueves. Como adelantó Letra P, en el poroteo previo, tanto Doñate como Larraburu entran en la cuenta de quienes no acompañarían el proyecto del Ejecutivo en la Cámara alta. Por ese motivo, se reaviva el pedido del bloque del FdT en la Legislatura. Según lo detalla el proyecto de declaración (138/22) que entre sus 13 firmas lleva la de la jefa de la bancada María Eugenia Martini, Luis Noale y los roquenses José Luis Berros e Ignacio Casamiquela, que responden a la intendenta María Emilia Soria, insta a quienes representan a la provincia en el Congreso a votar en favor del pacto. Para el bloque parlamentario, debe avanzar el respaldo “cumpliendo un mandato de responsabilidad con el pueblo argentino”, razón por la cual “es sumamente razonable que nuestros representantes rionegrinos ante el Poder Legislativo nacional acompañen de manera favorable el proyecto de ley que aprueba el acuerdo arribado con el FMI”.
Esta declaración conjunta está dirigida ahora a Doñate y Larraburu, pero impacta sobre todo en el senador camporista. Si su postura fuera no positiva, en algunos despachos legislativos rionegrinos, en estricta reserva, auguran una ebullición prolongada que podría costarle al oriundo de Luis Beltrán lo construido hasta hoy, sin importar el escenario cuesta arriba que se presenta en 2023 para el panperonismo local.
La pregunta que ronda a la dirigencia es, sea cual fuere el voto de Doñate, quién podrá ocupar el lugar de gestor si se empañan los vínculos con la Casa Rosada. Al instante, surgen los nombres de Weretilneck y Carreras, de notable sintonía con el Gobierno. El primero, defendiendo en la señal Todo Noticias del Grupo Clarín el acuerdo con el FMI y discutiendo con el halcón amarillo Fernando Iglesias. La segunda, de diálogo fluido con Fernández a través de interlocutores como Héctor Daer, el jefe albertista de los tres que tiene la CGT.
Weretilneck y Doñate, anunciando obras para Río Negro.
El voto de Doñate puede ser una decisión clave para su destino político: ir en contra de la organización que le dio un lugar en la vida pública o poner en juego el incipiente armado con el PJ rionegrino. La respuesta estará en la sesión de este jueves.