PROYECCIÓN '23

Los costos de ganar con Juez, el dilema del PRO de Córdoba

Un sector prioriza las encuestas y juega a ser cola de león. El macrismo puro insiste con Santos. ¿Partido de poder o negocio legislativo? El fernet, en BA.

Ni el triunfo de noviembre ni las encuestas que lo muestran como el precandidato con mayor intención de voto. Ni siquiera el encuentro con figurones. Nada parece suficiente para convencer al pleno del PRO de Córdoba de que Luis Juez debe ser el candidato a gobernador por Juntos por el Cambio (JxC). Todos saben que tal decisión podría promover quiebres o herir narcisismos al interior de una fuerza en la que sobran postulantes. Más difícil aún sería la digestión de tantos lances verbales, públicos y privados, en El Dorado macrista.

 

Hay quienes, con pragmatismo, miran encuestas y proponen encolumnarse detrás del exintendente. Priorizan la posibilidad de un triunfo que parece más cerca que nunca. A cambio, piden prioridad para armar la lista y completar los casilleros de segundas líneas. En otros casos, relativizan la vigencia de los números y advierten sobre operaciones tendientes a instalar como certezas lo que aún navega en interpretaciones. Reafirman, anteponiendo a ansiedades, la necesidad de respetar los mecanismos institucionales que involucran a todos los partidos que configuran la alianza.

 

Por encima, las figuras con alcance nacional se cuidan de confirmar preferencias de manera enfática. Ni siquiera se niegan a encuentros cada vez menos privados.

 

Visita, números y enojos

Las especulaciones reflotaron luego de que, el pasado lunes, el expresidente Mauricio Macri recibiera a Juez en Buenos Aires. El encuentro sorprendió a varios, considerando antecedentes. Entre ellos, las críticas del senador a los diputados del PRO que se levantaron del recinto cuando el presidente Alberto Fernández inauguraba el período ordinario de sesiones legislativas.

 

No hubo fotos. Sí una jugada: los organizadores acudieron con sondeos de opinión muy favorables al líder del Frente Cívico. La primera conclusión, deslizada a los medios, apuntó a la reacción positiva del líder amarillo.

 

“Hubo buena predisposición. Luis lo trató con el respeto que merece un expresidente, Macri devolvió con amabilidad. Sirvió para que ambos bajaran un poco las armas”, contó a Letra P uno de los mentores del cónclave, en alusión a cruces pasados, como el que se produjo cuando el exmandatario jugó a favor de la lista de Mario Negri y Gustavo Santos en la interna de JxC en las PASO.

 

Las mismas fuentes ubican lo ocurrido en un marco pragmático: las listas para las elecciones de 2023, tanto internas como provinciales, deben ser encabezadas por quienes mejor ponderen las encuestas. Poco importa, afirman, si son nombres amarillos. “No sirve de nada poner el candidato si no levanta. Hay que llevar la fórmula con más chances de ganar. Hoy es Juez-De Loredo. No estamos enamorados de ellos, pero el PRO es un partido de poder y tenemos que ganar la provincia. Debemos aprovechar una mayoría que quiere un cambio de gestión”, amplían.

 

“Juez no llega solo. No tiene estructura. Necesita un socio. Entonces, que encabece la lista y para abajo definimos nosotros. Llevamos legisladores para sustentar el proyecto. Así pasó en noviembre: la mayoría fueron nuestros. Muchos, que nos criticaron por puristas, hoy nos dan la razón”, razona la voz cordobesa.

 

De todos modos, el sector del PRO, que muchos ubican más cercano a Patricia Bullrich que a cualquier otra referencia, asegura que aceptará las reglas de juego institucionales que se definirán en la flamante Mesa Córdoba. “Queremos tener definido el reglamento y los procedimientos en julio, pero los candidatos no pueden definirse mucho más lejos. En noviembre empieza el Mundial y toda la atención estará allí. Puede que las elecciones sean en abril, lo que nos dejaría poco tiempo para la campaña”, razona el informante.

 

Urgencia y ansiedad

La opción por Juez excluye a una parte de la dirigencia que no parece dispuesta a resignarse. En ese sector está Santos, quien durante la semana ratificó su voluntad de convertirse en gobernador por el espacio. En su entorno recordaron que el exfuncionario de Unión por Córdoba había tenido su encuentro con Macri solo días antes y que el trato dispensado fue bien diferente al que recibió el exintendente.

 

“A Gustavo lo motivó, le dijo andá a la cancha. Está claro que hoy Santos mide menos, pero ir con una encuesta obvia para que se tome una definición, tiene más que ver con un momento de inseguridad, urgencia y ansiedad que quizás atraviese Juez, que con lo que pretende Mauricio”, afirman a Letra P.

 

En ese contexto, las voces macristas afirman que el líder del Frente Cívico parece “obsesionado” con el accionar del diputado nacional. Con la misma firmeza aseguran que los sectores que impulsan un candidato “no amarillo” carecen de una vocación real de poder. “Es un PRO que se autoboicotea como espacio, porque en las PASO el partido perdió y terminó absolutamente licuado, por más que haya ganado dos bancas. En la competencia con los otros sellos, el PRO quedó debilitado. Quieren repetir el esquema legislativo, pero no para gobernar”, fustigan.

 

“Lo que encarna Gustavo es la necesidad de gobernar, por sobre todas las cosas. Incluso como perdedor de la interna en las PASO terminó siendo el ganador en el PRO: hoy es el único que puede decir que tiene votos. Los otros no, porque en la otra boleta el PRO no encabezó nada”, amplía la fuente.

 

Lances aparte, de ambos lados reconocen que el PRO Córdoba opera como franquicia. Tarde o temprano, las definiciones que se tomen en Buenos Aires serán decisivas. Incluso pueden tallar actores ajenos a Juntos por el Cambio. “Por más que acá la coalición quiera simular independencia, el fernet se termina preparando allá. Mirar Córdoba sin el mapa nacional, sin considerar cómo va a jugar Juan Schiaretti, puede ser un error”, concluyen en el macrismo vernáculo.

 

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