Entre fines de 2018 y principios de 2019, con la economía prendida fuego, María Eugenia Vidal intentó soltar lastre para no hundirse en el naufragio de Mauricio Macri. En medio de operaciones para posicionarla como muleto para las presidenciales, quiso desenganchar las elecciones bonaerenses de las nacionales. Marcos Peña no la dejó y el barco se fue a pique. ¿El kichnerismo tiene ahora su propio Plan V? Nadie lo confirma, nadie lo niega, nadie le da mucho crédito al rumor, pero de eso se habla por estas horas. En el entorno del gobernador, Axel Kicillof, dicen que las urnas están muy lejos. "No estamos en eso", juran, pero no descartan el plan ni lo tildan de disparate. O sea: las brujas no existen, pero no sería prudente descartar que las hubiera.
Desde hace algunos días, el tema está en boca de la dirigencia de la provincia de Buenos Aires, tanto oficialista y opositora. La teoría que rueda es que, al igual que Vidal, el kirchnerismo duro evalúa la posibilidad de desdoblar las elecciones en la madre de todas las batallas para evitar que una derrota electoral del Frente de Todos a nivel nacional arrastre al gran bastión peronista. Eso significaría, además, el divorcio definitivo de los Fernández y el certificado de defunción del albertismo: ¿cómo haría el Presidente para enfrentar las urnas en un hipotético intento de reelección sin la tracción bonaerense? Sería la primera vez que un candidato del peronismo a la Casa Rosasa buscara un triunfo sin el poder militante de la provincia de Buenos Aires.
Las teorías y charlas cruzadas que se dan a lo largo y a lo ancho del territorio bonaerense no permiten determinar si efectivamente el plan es analizado seriamente en algún rincón del kirchnerismo, pero no habría espacio para esas conjeturas sin un contecto -el de la crisis de la coalición oficialista- que les diera un piso de verosimilitud. Todos y Todas creen que, en mayor o menor medida, es una posibilidad que amerita, al menos, la discusión. Las fuentes consultadas por este medio se preguntan de dónde salió la versión o, en todo caso, por qué la hicieron correr o si se trata sólo de un globo de ensayo. Una fuente del Frente Renovador le dijo a este medio que la posibilidad del desdoblamiento de las elecciones es un tema de conversación entre Sergio Massa y Máximo Kirchner. Ahí podría estar la punta del ovillo. Esta semana, como contó Letra P, La Cámpora le vació al Presidente un acto en La Plata y al kirchnerismo acusa la Casa Rosada de filtrar a medios amigos un borrador del acuerdo con el Fondo que no tenía que salir a la luz. A ese nivel se desarrolla la guerra (no tan) fría al interior del Frente de Todos.
La postura de la gobernación tampoco es contundente. Ante la consulta de este portal, voceros de La Plata se limitaron a señalar que “es un tema lejano” y que no están en eso. Sin embargo, legisladores de Frente de Todos y de Juntos ya debaten en charlas cruzadas si, de existir la iniciativa, tendría que pasar o no por la Legislatura. Hay quienes consideran que lo único que se debería hacer sería adelantar las elecciones y otros consideran que, por ley, hay que desenganchar las PASO, que están atadas a la primaria nacional.
Un exsenador del oficialismo, de rosca permanente, reconoció ante Letra P que del tema se habla y está sobre la mesa en las charlas informales, pero que lo ve “con pocas chances” de concretarse. Al mismo tiempo, desde un despacho del conurbano bonaerense aseguraron: “Es difícil, pero, ante la volatilidad política que hay hoy en el frente, no podemos descartar nada... es una posibilidad”.
También algunas fuentes de la oposición se lo tomaron con cierta seriedad. Según pudo saber este medio, incluso el diputado nacional y excandidato bonaerense Diego Santilli, en cafés con legisladores e intendentes, planteó como posible que el kirchnerismo quiera impulsar esa estrategia y analizó los posibles escenarios. Tal es así, que entre la dirigencia de Juntos ya hay diferentes miradas. Aunque mayoritariamente considera que un desdoblamiento perjudicaría a la oposición, hay quienes ven sus bondades. “Nos sacaríamos de encima, por ejemplo, el quilombo Milei”, desliza un dirigente radical, al tiempo que sostiene que, para un mejor análisis, hacen falta “encuestas y mediciones”.
Rumor, globo de ensayo, estrategia política o bleff, la instalación del tema y su debate en el corazón del peronismo exhibe una vez más las fisuras de la coalición de gobierno, acrecentadas en las últimas semanas por las diferencias en torno al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que derivó en la salida de Kirchner de la jefatura de bloque en Diputados.