Seis votos en contra. Seis voluntades inamovibles que de ningún modo votarían a favor del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI): cuatro de la izquierda trotskista y dos de la derecha rabiosa. Hay quienes esperarán los detalles del proyecto que envíe el Poder Ejecutivo al Congreso. En Juntos por el Cambio (JxC) depusieron armas y buscarán avanzar esta semana en una postura común. Ni el halcón más arisco anticipa su voto a favor ni en contra porque prefiere dar el debate y decidir después.
La postura de Máximo Kirchner y de La Cámpora también va a influir a la hora de tomar una decisión. "Si ellos se abstienen o votan en contra, ¿nosotros vamos a ser quienes avalemos el acuerdo?", se preguntan en la oposición. También, están quienes creen que debería conformar una mayoría "responsable". Esa postura, analizan varios diputados y varias diputadas nacionales, dejaría caminando "por el costado" a los sectores más radicalizados.
Tras la reunión entre Alberto Fernández y Sergio Massa en la Casa Rosada, Diputados espera recibir el proyecto que enviará el Ejecutivo. El presidente de la Cámara baja tendrá a su cargo las conversaciones con las fuerzas opositoras, mientras que Germán Martínez tratará de contener a la tropa propia. Si La Cámpora votase en contra del acuerdo, abriría en el frente gobernante una grieta insalvable. La abstención o alguna ausencia podría ser una solución incómoda, pero políticamente menos rupturista.
En el PRO hay posturas diferenciadas. Luego de la cumbre de legisladores y legisladoras radicales realizada en Santa Fe, la bancada que comanda Cristian Ritondo tendrá este miércoles reunión para discutir su postura. Por eso, hasta las huestes cercanas a Patricia Bullrich se llamaron a prudente silencio. El diputado Luciano Laspina se muestra como el más opositor al acuerdo. Considera que el pacto con el organismo crediticio será "una trampa para el próximo gobierno". El santafesino, que leyó de primera mano el documento acordado entre el Gobierno y el FMI, intentará convencer a sus pares de bancada sobre los riesgos que implica respaldar la iniciativa.
Puertas adentro, el economista ya dijo que la principal responsabilidad de JxC es ser oposición al Gobierno y que no se puede pasar de denunciar "el totalitarismo del kirchnerismo" a ser "dadores voluntarios de gobernabilidad para que no se quiebre el frente interno del pero-kirchnerismo". Además, hizo un planteo más técnico que político y alertó que el acuerdo es un puente a 2023 con cierto orden fiscal y monetario, pero que posterga los problemas por dos años más. Entonces, frente a un eventual triunfo de JxC, las reformas estructurales les serían exigidas por el FMI desde el primer día en que asumiera el nuevo presidente.
Hasta este lunes, el oficialismo punteaba en contra el voto de Ricardo López Murphy. Nadie tenía dudas respecto a la postura del Bulldog. "Yo no voy a votar la carta de intención ni el programa porque la política económica, en un régimen presidencial, es facultad del Poder Ejecutivo", dijo el exministro de Economía. Sus voceros aclararon que su planteo no es en contra del acuerdo, sino respecto a qué debe votar el Congreso y qué no. "¿Lo dieron vuelta?", repreguntó un oficialista. Habrá que esperar el debate parlamentario para conocer finalmente su decisión. Lo mismo ocurrirá con Laspina, que se ve tironeado entre sus convicciones y el planteo de unidad que busca alcanzar la coalición opositora.
La izquierda, en sus distintas vertientes, lleva como bandera ideológica el no pago de la deuda. Son cuatro votos en contra siempre seguros: Romina del Plá (PO-Frente de Izquierda) y Nicolás del Caño, Myriam Bregman y Alejandro Vilca (PTS-Frente de Izquierda).
Por su parte el libertario Javier Milei y su compañera Victoria Villarruel ya definieron la posición del bloque La Libertad Avanza. "Votamos en contra porque nos oponemos a que sea el sector privado quien haga el ajuste, mientras los políticos aumentan el gasto público en términos reales", repitió el economista a Letra P. Recién llegado de Córdoba, dijo que Argentina está "al borde del abismo". En contra de todos los resquemores K, insiste en que "se requiere ajustar y los políticos aumentan el gasto público real para su propio beneficio e imponen un aún mayor ajuste sobre el sector privado".
Una vez más, el economista se diferencia de Avanza Libertad, el bloque de José Luis Espert y Carolina Píparo, quienes esperaran a conocer la letra chica del entendimiento antes de tomar una postura. "No conocemos nada", repiten cada vez que les preguntan. Este lunes, ambos se juntaron con Domingo Cavallo, exministro de Economía, que reapareció en la agenda pública. Lejos de viejas peleas, Espert le agradeció compartir su "sabiduría" y su "riquísima experiencia personal y política".