El Presidente no tiene paz. Le urge cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar el vencimiento de la deuda que lo empuja al default y no puede convencer a su propia tropa en el Congreso, no encuentra la fórmula para frenar la inflación que ahoga, sufre como nadie la interna del Frente de Todos y tras su visita a China y a Rusia lo acusan de querer instaurar un régimen comunista en Argentina. En medio de la tempestad, este jueves Alberto Fernández tuvo su recreo en la costa bonaerense, donde se animó a patear la pelota con unos niños en la arena, comió asado, tocó el piano y fue arropado por el buen humor empresarial que genera la temporada récord.
El mandatario inició su viaje por la mañana con destino al Partido de La Costa. Estuvo en la playa de Mar de Ajó, participó de una reunión con empresarios y empresarias del sector turístico y comió un asado con intendentes de la Quinta sección electoral. Según relataron a Letra P fuentes que participaron de las actividades, Fernández estuvo relajado, repartió besos a quienes se acercaron a saludarlo, jugó al fútbol y hasta tocó el piano. Subido al éxito de la temporada turística en toda Buenos Aires, pero principalmente en los destinos de la Costa Atlántica, estuvo acompañado por la diputada nacional Victoria Tolosa Paz y se mostró con el gobernador Axel Kicillof y el intendente de La Costa, Cristian Cardozo.
La vista se gestó en enero, durante el encuentro que Cardozo y el diputado Juan Pablo de Jesús tuvieron con el Presidente en la Casa Rosada. Allí, el jefe comunal lo invitó a su distrito. La actividad estaba prevista para antes del viaje de Fernández a Rusia, China y Barbados, pero por cuestiones de agenda se pospuso y terminó por concretarse este jueves.
Fernández fue recibido por el intendente y por Kicillof, el primero en llegar a destino. Luego, se sumó Tolosa Paz. La primera parada fue el Centro de Deportes de Playa en Mar de Ajó, donde a fines de mayo se van a hacer los juegos universitarios de playa y los torneos nacionales Evita. Según relató un funcionario municipal a Letra P, allí el clima fue “excelente”, con una importante cantidad de gente que se acercó para saludar al Presidente. Entre besos, choque de puños y abrazos, Fernández se animó a patearle algunos penales a un grupo de chicos que jugaba en la playa y también intentó atajar.
Luego, la comitiva se trasladó al Centro Cultural de Mar de Ajó, donde se reunieron con representantes de la industria turística. “La reunión fue muy buena, Alberto estaba muy interesado. Hablaron cuatro o cinco personas de la veintena que había”. Allí, Fernández destacó principalmente programa de PreViaje, que fue celebrado por los presentes. Además, se mostró interesado en el planteo de una empresaria hotelera de volver a unir el Partido de La Costa con General Lavalle, divididos por un decreto de la dictadura militar.
El dato de color fue el momento en que Fernández se sentó a tocar el piano. El municipio había montado un show que incluía la presentación de Gustavo Romagnoli, director de Cultura local. El Presidente se sentó y tocó algunas melodías.
La jornada cerró con un asado en el restaurante El Quincho, en la localidad de San Bernardo, del que participaron intendentes de la Quinta sección, los ministros provinciales Augusto Costa y Carlos Bianco, la ministra Jesica Rey y Tolosa Paz, entre otros. Comieron empanadas y asado. El almuerzo, que transcurrió en clima relajado y durante el cual se evitó hablar del PJ y de las internas en el Frente de Todos, duró más de dos horas. Kicillof se fue antes. Fernández decidió quedarse un rato más, tomar café y salir luego a saludar a unas doscientas personas que lo esperaban en la puerta. Un buen día para el Presidente.