SEMANA SANTA FE

Ministro se busca

Récord de homicidios en Rosario con casi un mes por adelante. Rimoldi, en las sombras y con un internismo feroz sobre sus espaldas. La paz y el desorden.

ROSARIO (Corresponsalía Santa Fe) Tan solo cinco palabras pueden determinarte un futuro. Suena exagerado, pero se hace carne en la piel del gobernador Omar Perotti, que vendió en campaña el inolvidable “La paz y el orden” y en las últimas horas Rosario superó el récord histórico de homicidios que databa de 2013. Queda un mes casi entero por delante, por lo que se estima que la cifra trepará sin pausa. La situación gravísima, sobre todo en la ciudad más poblada, no deja de poner en tensión el diseño de la política de seguridad de la Casa Gris, ahora en la figura de un ministro, Rubén Rimoldi, que no asoma la trompa y vive envuelto en interminables rumores de salida.

 

La experiencia Marcelo Sain terminó mal por donde se la mire. Perotti confió a ciegas en el criminólogo, cuya experiencia finalizó con una salida escandalosa y la chance, si se confirma esta semana, que el exfuncionario sufra una pena de prisión efectiva en la investigación que lo identificó como jefe de una asociación ilícita.

 

Sain fue repelido por todo el gabinete de Perotti, que hace rato lo quería fuera. Dicha lógica de internismo permanente volvió a repetirse durante la estadía de Jorge Lagna al frente de la cartera más caliente de Santa Fe. Como Sain todavía había dejado material residual, su fracción se enfrentó a la del ministro entrante.

 

Ahora, a Rimoldi le ocurre algo similar. Excomisario, de pocas palabras, sin cintura política, el actual ministro es víctima del rumor de pasillo interminable. Que no da la talla, que afronta cuestiones de salud, que otro sector del perottismo quiere tomar el mando, que adentro del Ministerio lo quieren esmerilar. Ya se lo vio desdibujado y en pose de derrota frente a Ana Morel, la funcionaria de Seguridad que maneja la caja del Ministerio. La Legislatura entera lo divisó débil.

 

La persona más capacitada en la cartera es el secretario de Seguridad Claudio Brilloni, de extensa carrera en Gendarmería. Respetado por el intendente Pablo Javkin y también por el exministro radical Maximiliano Pullaro, Brilloni no asumió al frente del Ministerio porque no cumple con el requisito de al menos dos años de residencia en la provincia. De perfil bajo, el gendarme se aleja cada vez que huele internismo.

 

Quien viene acumulando ascendencia es Edgardo Glavinich, subsecretario de Seguridad quien entró de la mano de Rimoldi. “Es la persona que está encima de los temas, maneja la gestión del Ministerio”, le reveló a Letra P una persona de un ministerio vecino.

 

Ante escasos resultados y recambios, el Ministerio pareciera estar siempre en alquiler. El que se preparó para asumir es el viceministro de Desarrollo Social Ignacio Martínez Kerz, cercano a la ministra de Gobierno Celia Arena. “Se puso el traje y todo”, confirmó a este medio un funcionario que le sigue de cerca los pasos.

 

En el medio de tono este berenjenal, estremece la falta de una política de seguridad clara. Perotti pasó de un duro del progresismo que lo enfrentó con toda la política a un comisario retirado que sufrió internas desde el vamos. No sería extraño que el gobernador, que se guarda todas sus cartas, analice un cambio de figuritas, otro más. Porque el mandatario no comparte sus planes, pero alrededor suyo se abre un juego de especulaciones e interna palaciega de dimensiones. Todo esto en el medio de 266 homicidios al cierre de esta nota, una cifra récord que impacta por su violencia y le demanda a la política, y a la Casa Gris en particular, una reacción a la altura.

 

El ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona e Ignacio Yacobucci, nuevo titular de la UIF.
El ministro de Seguridad de Santa Fe, Pablo Cococcioni.

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