El debut del tipo de cambio diferencial de 230 pesos para las exportaciones del complejo oleaginoso, el llamado "dólar soja 2", cumplió sobradamente con las expectativas: los exportadores liquidaron 292 millones de dólares y el Banco Central compró 192 millones, la mayor suma en dos meses. La cuenta se desluce algo cuando se tienen en cuenta también las erogaciones de la rueda en el Mercado Libre y Único de Cambios (MULC), pero no deja de resultar muy positiva.
El acuerdo entre el Gobierno y el sector apunta a sumar 3.000 millones de dólares hasta fin de año, lo que elevaría las reservas disponibles a 10.000 millones, dando cierta solidez al tipo de cambio oficial y aire a la autoridad monetaria para abastecer a la industria necesitada de importar insumos para no tener que operar a media máquina.
Mientras, el blue retrocedió dos pesos para finalizar a 318 y los tipos de cambio negociados en bolsa –los legales– también cotizaron en baja.
Fuente: infodolar.com.
Fue un día redondo para el Gobierno, que prácticamente se asegura el cumplimiento de dos de las metas negociadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la de acumulación de reservas y la fiscal, gracias a los recursos extra que aportarán las retenciones en el marco de este esquema.
Para hacer cuentas y asegurar el desembolso de 5.800 millones de dólares necesarios para hacer frente a los próximos vencimientos, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, viajó este lunes a Washington.
Sombras
Diciembre es normalmente un mes relativamente tranquilo en términos cambiarios debido a que muchas empresas necesitan deshacer posiciones en dólares para hacerse de pesos con los que afrontar el pago de aguinaldos y otros gastos. ¿Todo en orden, entonces? No necesariamente, incluso más allá de la opinión influyente de Máximo Kirchner, quien considera la medida como una genuflexión ante el sector agrícola. El posible problema es económico.
El dólar soja tiene un costado riesgoso y ya conocido: tarde o temprano, los pesos excedentes que el Banco Central libera para seducir a los exportadores pueden presionar sobre las cotizaciones paralelas. De hecho, eso es lo que ocurrió en septiembre, cuando Sergio Massa consideraba que el acuerdo con las cerealeras involucraba también una actitud prudente de estas en términos de dolarización. Las cosas no funcionaron así. Noviembre fue picante en lo que respecta a las cotizaciones, incluso la oficial, que no puede atrasarse más frente a una inflación que vuela.
Fuente: Rava Bursátil.
Sobre esa base, el riesgo se hace mayor. "El objetivo será adquirir 3.000 millones de dólares, que si los multiplicamos por 230 pesos, generarán una nueva megaemisión de 690.000 millones, más del 5% del stock de pesos actual solamente por este concepto", dijo el analista financiero Christian Buteler en una nota. "Parte de esta nueva montaña de pesos seguramente irá a presionar sobre el tipo de cambio", vaticinó.
La "segunda jugada" de este problema es el impacto de esa eventual suba del billete verde sobre la inflación, cuando Massa y todo el oficialismo esperan que esta inicie, por fin, un camino descendente que la lleve por debajo del 4% en abril, justo antes de que el oficialismo deba definir su candidatura presidencial.