JUNTOS EN EL BARRO

La UCR pampeana cierra filas y apura al PRO para una lista de unidad

La Pampa vota el 14 de mayo y se aceleran las definiciones. Kroneberger se prueba el traje de candidato del consenso. Mano a mano con el larretista Maquieyra.

SANTA ROSA (Corresponsalía Patagonia) El radicalismo pampeano cierra filas y, con la certeza de que su estructura es la única potente de Juntos por el Cambio (JxC) en la provincia, mete presión para que el PRO se avenga a una lista de consenso que evite las internas. El candidato a la gobernación que se prueba el traje de la unidad es el senador Daniel Kroneberger, que el año pasado logró quebrar la leyenda del peronismo que nunca pierde en el distrito.

 

“El Ruso” Kroneberger nació en General Pico pero fue intendente de la norteña localidad de Colonia Barón entre el ’95 y 2005. En la última de esas elecciones superó el 70% de los votos. De ahí saltó a los cargos nacionales. En 2019 perdió la pelea por la gobernación contra el peronista Sergio Ziliotto. Ahora busca la revancha. En otros comicios, Kroneberger ha demostrado que capta en algún porcentaje el voto históricamente peronista.

 

 

La definición en La Pampa también se cocina en esas grandes ligas: tarde o temprano será motivo de conversaciones entre el alcalde porteño y la dirigencia radical que se le arrima, como el titular de la UCR, Gerardo Morales, que tiene la mejor de las relaciones con Kroneberger. La puja nacional entre halcones y palomas fuerza a Rodríguez Larreta a gestar y potenciar liderazgos provinciales. Maquieyra, de 34 años, es su apadrinado y todavía lo propicia como precandidato a gobernador, pese a que no es simple que el electorado pampeano elija para ese puesto a un dirigente sin experiencia en algún Ejecutivo.

 

Maquieyra sí es todo un fenómeno en su General Pico natal, donde sucesivamente cosechó victorias legislativas de manera contundente y amenaza con ser un hueso duro de roer para el oficialismo, si se juega por la Intendencia. No hay sector interno de Juntos por el Cambio que ignore que en Pico es el muchachito de la película y que, con él como postulante, en ese territorio la alianza puede volverse competitiva en toda la provincia.

 

Sobre halcones y palomas

En La Pampa hay sectores del PRO que dan el visto bueno a una unidad. El exfutbolista Carlos Javier Mac Allister, que ya no aparece en boletas electorales pero tiene incidencia en las mesas chicas de los distintos niveles, no quiere que haya internas. Las sufrió en carne propia cuando estaba en la cresta de la ola de su buena imagen: en 2015, el radicalismo lo pisó electoralmente, unificado detrás de Juan Carlos Marino; en 2019 le ocurrió lo mismo contra Kroneberger por la gobernación (65% a 35%).

 

La UCR tiene una fuerte estructura en la provincia: gobierna decenas de municipios y conserva su poderío como espacio opositor de una tradición bipartidista. La única vez que perdió en una interna con el PRO, en 2017, fue porque dos de sus principales dirigentes dividieron los votos de la base clásica del radicalismo. El año pasado la interna fue transversal, con cinco listas, y la alianza Kroneberger-Maquieyra pisó fuerte.

 

Kroneberger y Maquieyra celebrando en 2021. ¿Habrá acuerdo para 2023?

Ahora Kroneberger pretende que los planetas queden alineados con la hermana de “El Colo”, María Alejandra Mac Allister, como candidata a vicegobernadora de la unidad opositora. Ella no cerró las puertas a la idea, pero es la presidenta del Tribunal de Cuentas pampeano, que no es un cargo fácil de resignar.

 

En la pelea entre duros y no tanto, el alfil pampeano de Patricia Bullrich queda por ahora fuera de juego: después de que le cerraran la tranquera y le impidieran su ingreso a la coalición, Juan Carlos Tierno anunció que será candidato a gobernador por una tercera fuerza, con el sello de Comunidad Organizada. Con todo, todavía quedan espacios para nuevas movidas. En el PRO local hay primacía de “palomas”, aunque un bloque disidente sin gran representatividad cobró visibilidad y coquetea con las referencias locales de Javier Milei.

 

Rosca boina blanca

Mientras tanto, Kroneberger rosquea para atar el frente radical. El pronto lanzamiento de Marino como precandidato a gobernador no tuvo el eco que el exsenador esperaba. El senador aprovechó y retomó un diálogo que estaba roto hace tiempo. Marino agita desde entonces el mismo eslogan que el coloquio de IDEA: “ceder para crecer”. Una forma de ir blanqueando que está dispuesto a bajarse.

 

El diputado Martín Berhongaray -alineado con Martín Lousteau en Evolución- es otro de los que quedó “naturalmente” anotado entre los precandidatos a la gobernación, pero en los últimos meses y después de algunos problemas de salud tiene en el radar otros destinos, si bien promete a su grupo de la lista “Celeste” que defenderá sus espacios hasta la última palabra en las negociaciones internas.

 

El diputado provincial Francisco Torroba luce ahora más entusiasmado con dar un batacazo en la capital, Santa Rosa, que ya supo gobernar entre 2008 y 2011: fue intendente con votos peronistas y su gestión tuvo reconocimiento extendido, pero no alcanzó la reelección por unos 700 sufragios, cuando se lo llevó puesto el huracán Cristina del 54%. En todas las veredas tienen claro que Torroba es el candidato opositor que mejor mide.

 

Si Kroneberger logra que las charlas con esa dirigencia y espacios no se rompan ni se doblen, podrá hacer pesar en el cara a cara con Maquieyra la fortaleza estructural de su partido para enfilar hacia una lista de unidad con el foco puesto en el sueño, siempre difícil pero más posible que nunca, de terminar con el invicto del PJ pampeano en elecciones ejecutivas desde 1983.

 

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