SAN PABLO (Enviado especial) Para conseguir su victoria electoral contra el presidente Jair Bolsonaro, el líder del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, formó una coalición de gobierno de más de diez partidos que incluyó figuras con las que antes se enfrentó. Una de ellas es su exministra de Medio Ambiente Marina Silva, quien se convirtió en una de las mujeres más importantes del escenario nacional a partir de su lucha contra la deforestación de la Amazonía. En diálogo con Letra P, la diputada electa consideró que “era necesario apoyar a Lula porque Brasil no soportaba cuatro años más de Bolsonaro” y, de cara al mandato que se avecina, anticipó: “No va a ser un gobierno del PT, sino del frente amplio”.
“Las diferencias del frente no son antagónicas”, analizó la líder de Red de Sostenibilidad y adelantó que el futuro gabinete, del cual no descartó participar, no está compuesto porque durante la campaña la oposición habló “de propuestas y no de cargos”.
Luego de que Bolsonaro desistiera de su intento golpista con un discurso en el que no reconoció la derrota, Silva consideró que el jefe de Estado “tiene una actitud mezquina” y que no se sabe “cómo se va a comportar en el futuro” mientras sea oposición. “Tenemos el gran desafío de volver a crecer”, agregó.
-¿Cómo observa el escenario nacional con la victoria de Lula y la respuesta de Bolsonaro?
-Hubo una decisión de la sociedad de mantener y ampliar nuestra democracia. Lula gana con un margen apretado, lo que muestra que hay un país dividido, pero las instituciones resistieron.
-¿Cuáles serán los principales desafíos del nuevo gobierno?
-Combinar una agenda política de frente amplio para conseguir que no se profundice esta polarización y, a la vez, una agenda económica y social para enfrentar los grandes problemas de la pobreza. Tenemos 33 millones de personas pasando hambre, personas muy vulnerables y mucha violencia contra los pueblos indígenas. Además, tenemos el gran desafío de volver a crecer.
-¿Cómo toma las protestas del bolsonarismo contra la victoria electoral del PT?
-No van a prosperar porque la sociedad no va a apoyar un intento golpista; no hay espacio en la coyuntura internacional para que un país como Brasil tenga un golpe autoritario. La democracia, los derechos humanos y la soberanía de los pueblos son valores que no pueden ser relativizados.
¿Por qué ganó Lula?
-Por su liderazgo, su capacidad de resiliencia y la vitalidad de los partidos, pero no es una victoria de Lula, es una victoria de un frente amplio para defender la democracia. Era necesario apoyar a Lula porque Brasil no soportaba cuatro años más de Bolsonaro.
-¿Cómo será este gobierno de frente amplio teniendo en cuenta las diferencias que existen entre los distintos partidos?
-Se formó entre diferencias, pero que no son antagónicas. Todos apoyamos a Lula. El aprendizaje es que, cuando la gente está en una situación de riesgo, se precisa a todo el mundo para defender la democracia y que, cuando hay estabilidad, la diversidad política es democrática y que la gente no necesita una mirada exclusiva y excluyente. Lula está muy fuerte liderando este proceso. Él mismo dice que no va a hacer un gobierno del PT, sino del frente amplio.
-¿Piensa en ser nuevamente ministra de Lula?
-El presidente va a tener toda la tranquilidad para elegir a su equipo. Durante la campaña decidimos no hablar de cargos, sino de propuestas y proyectos. En ningún momento condicioné mi apoyo a un cargo en el gobierno.
-¿Qué oposición espera de Bolsonaro y del bolsonarismo?
-Bolsonaro tiene una actitud mezquina de no reconocer la derrota y no de felicitar a Lula mientras los camioneros buscaban generar caos político. Como las instituciones estuvieron a la altura y la sociedad no le dio guarida a sus intentos de desestabilización, tuvo que hacer un reconocimiento vergonzoso. No sabemos cómo se va a comportar, pero importantes dirigentes del bolsonarismo fueron los primeros en reconocer la victoria de Lula, por lo que Bolsonaro cada vez está más aislado. No tiene apoyos de ningún lugar porque no hay lugar para querer transformar a Brasil en un país autoritario; es un país que quiere democracia y alternancia de poder. Esta elección nos enseña que no queremos cambiar de gobierno, sino que queremos cambiar de realidad para que Brasil entre en un nuevo ciclo de prosperidad.