El Gobierno pondrá en marcha, desde el viernes, un dólar diferencial para la liquidación divisas del turismo extranjero que realicen gastos en la Argentina a través de pagos electrónicos, con la convalidación del cambio en el Mercado Electrónico de Pagos (MEP), que cotiza en torno a los 300 pesos. El nuevo tipo de cambio, que se suma a una veintena de dólares informales, lo impulsó Sergio Massa junto con el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el ministro de Turismo, Matías Lammens, busca recuperar en el sistema formal unos 250 millones de dólares, que en gran parte operan en la informalidad.
Massa, que coordinó la medida con las cámaras empresarias del sector turístico, intenta compensar la sangría de reservas que el Central tendrá en la última parte del año como resultado de la menor liquidación de divisas del campo, afectada por el boom del dólar soja y la caída de la productividad por la sequía que afecta a las zonas agrícolas. Según un cálculo inicial, en los próximos tres meses los ingresos podrían alcanzar los 1.100 millones de dólares, debido a que se formalizarían los gastos receptivos que ya están acordados de antemano.
Según fuentes de la cartera de Lammens, en la actualidad ingresan al BCRA apenas 30 millones de dólares por mes en concepto de turismo receptivo de los 250 millones de dólares que llegó a operar en la formalidad el sector. La baja acumulación de reservas es explicada por el gobierno de dos maneras: por un lado, por la baja de visitantes provenientes desde Europa, debido a las desventajas comerciales de operar con tarjetas de crédito y débito: y, por el otro, por la informalidad en el mercado cambiario, ante el uso de cuevas para vender a los dólares al blue.
El Directorio del BCRA convalidará este jueves una norma que permitirá a las tarjeteras liquidar en el MEP los dólares utilizados por los turistas extranjeros a través de medios electrónicos. Pero, desde el Banco Central aclararon que no podrán recibir los beneficios los argentinos con tarjeteras en el exterior que residan en el país.
Además, Massa les advirtió a los empresarios del sector que las empresas y comercios que aumenten los precios quedarán excluidos del programa. "No se trata de un plan para avivadas, sino como forma de generar mejores condiciones para la actividad", dijo una fuente cercana al jefe del Palacio de Hacienda. El temor era que el nuevo tipo de cambio, que promete incentivar el consumo, presionara sobre la inflación, en momentos en que el gobierno espera por un IPC por encima del 6% para octubre, aunque presiona por bajas las expectativas al alza.
"El turismo receptivo es uno de los sectores más atrasados en la recuperación. Esta medida va a cambiar este escenario, porque les das una imagen de mucha más seriedad a los turistas extranjeros de países desarrollados que suelen utilizar los plásticos. Los operadores del sector nos va a generar más rentabilidad y esperemos que este sendero continúe", afirmó el presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), Gustavo Hani, luego de participar de la reunión que mantuvo con Massa, Pesce y otros empresarios del sector.
La puesta en marcha del dólar para los turistas receptivos convivirá con la más de veintena de tipos de cambio que se establecieron en la actividad financiera del país. A diferencia del dólar-soja, no tendrá costo fiscal, porque la brecha de pesos entre el oficial y el MEP será aportada por los participantes del mercado bursátil, quienes convalidan el precio con el bono comprado el valor cercano al blue. "El BCRA dejará de percibir el monto -mínimo- que las tarjeteras hasta ahora vendían en el MULC. La ventaja es que los dólares que ingresen las tarjeteras para vender ahora en el mercado financiero engrosarán las reservas al quedar depositadas en las cuentas de los vendedores", destacaron fuentes oficiales.
Afuera de la operatoria quedarán los bancos, hoteles y comercios, que no deberán aplicar ninguna ecuación para recibir los beneficios, sino que serán las tarjeteras las que deberán liquidar, de manera optativa, en el mercado, y por dicha operación podrán cobrar una comisión. De ese modo, las transacciones serán competitivas en torno a la cotización paralela, pero tendrán la seguridad de evitar el uso de dinero físico para pagar en el país.
La crisis de las reservas llevó a poner en marcha este nuevo dólar, ante el "fracaso" del dólar turista que intentó implementar el exministro Martín Guzmán, cuando puso en marcha un plan para venderle a los extranjeros, vía declaración jurada, dólares en bancos y casas de cambio reconocidas oficialmente a un precio cercano al blue. Esa operatoria implicaba competir en el terreno del efectivo en donde se mueve la informalidad. Según destacaron fuentes gubernamentales.
