SANTA FE (Corresponsalía) La “casi asegurada” renovación del Radical Libre Leandro González -aliado del intendente Emilio Jatón- en la presidencia del Concejo de esta ciudad se convierte, en la previa al año electoral caliente, en uno de los últimos bastiones del Frente Progresista. Cuando a nivel provincial ya se discute un nuevo armado opositor, con cambio de nombre, el paraguas que durante 12 años contuvo a gran parte de la dirigencia no peronista resiste, por lo menos un año más en el parlamento local, donde es la primera minoría.
La conducción del recinto se renueva todos los años en la primera semana de diciembre. En las horas previas, la sesión preparatoria suele ser un momento de mucha rosca pero, cómo sucedió en los últimos años, González parece haber reunido apoyos de propios y ajenos sin contratiempos. Desde algunos sectores aclaran que aún es pronto para hilar fino en las definiciones porque aún hay temas legislativos que resolver, sin embargo, también confían a Letra P que a dos semanas de las definiciones, no hay ningún planteo de ninguna fuerza de modificar la presidencia.
Si los pronósticos se cumplen, la alianza Jatón-González va a ser un pilar de los cuatro años de la gestión frentista en la capital provincial. El radical libre no integraba Santa Fe Puede Más, el bloque distrital que le permitió a Jatón acceder a la intendencia, pero sí lo acompañó en todas las elecciones que disputó y trabajó de manera articulada mientras compartieron bancada. En el bloque oficialista reconocen que la elección de González se debe al buen trabajo puertas adentro del grupo y el mérito de poder negociar con el resto de las fuerzas. Pero también hacen una lectura política de la alianza: les permite fortalecer a ambos los perfiles de conducción y sobre todo reforzar posiciones locales de cara a una negociación provincial en el marco de un frente.
Como contrapartida al rol protagónico que ganó González en el Concejo, Jatón consiguió un Concejo que le permitió gobernar sin demasiados contratiempos. El parlamento local tiene seis bloques: el progresismo con seis bancas, JxC con cinco, el PJ con tres y los tres monobloques de Barrio 88, La Causa y Unión Federal. Con ese escenario disgregado, logró una discusión parlamentaria fluida. Incluso hay tres temas fuertes con mensajes del Ejecutivo para lo que resta del año: la discusión sobre cómo se regula la nocturnidad en la ciudad, el debate por el presupuesto, la ordenanza tributaria y fiscal y la ordenanza de Ética Pública y ninguno de los tres se ha topado con opositores intransigentes.
Ya en las elecciones intermedias del año pasado, la capital provincial sobresalió porque fue la única ciudad en la que se alcanzó una lista de unidad en la comparativa de los tres tanques -Frente Progresista, Frente de Todos y Juntos por el Cambio (JxC). Jatón logró en ese armado contener a todos los sectores: al PS, núcleo duro de su gabinete, al ala progresista de la UCR y también concentró los apoyos del partido CREO, que lidera el intendente de Rosario, Pablo Javkin.
Más aún, en ese momento, cuando las diferencias con el precandidato a gobernador Maximilano Pullaro no eran tan profundas, contuvo también al NEO. Esa sinfonía, sin embargo, ya no suena. El exministro de Seguridad cerró alianza dentro de JxC con el exintendente José Corral y la concejala Adriana Molina, quien en 2023 será la encargada de disputar la intendencia.