Bajo la arenga “vamos a volver", coreada debajo del escenario en una apropiación cultural K, el expresidente Mauricio Macri cerró la presentación de su segundo libro Para qué, en un ámbito al que varios de quienes fueron invitados compararon con una reunión de egresados, pero en vez de juntarse por el aniversario de diez años de finalizar el colegio, la reunión fue para exhabitantes de la Casa Rosada hasta el 10 de diciembre de 2019.
Con cada detalle lo más cuidado posible, bajo la mirada atenta de un grupo de colaboradores, Macri ingresó al predio de La Rural con Back in Black ("Regresar de negro", en castellano) de la banda de hardrock AC/DC; un elección musical alejada de los temas de Gilda que sonaron en los búnkeres PRO cada vez que ganó una elección y hasta cuando asumió la Presidencia.
Sin hacer mención a los ausentes, que fueron cinco como contó Letra P, Macri procuró desde el micrófono no herir susceptibilidades en la interna PRO por la candidatura presidencial, por lo que le dedicó la misma cantidad de tiempo de su monólogo, con elogios a cada uno del trío anotado: la titular del partido, Patricia Bullrich, la diputada María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. El cuarto en discordia es él mismo, no anotado en la carrera, pero preparado para correrla.
“Se los ve tan bien juntos”, ensalzó el exmandatario al referirse a las tres figuras que lo veían desde la primera fila junto a su esposa, Juliana Awada, y la hija de ambos, Antonia Macri. Esa forma de hacer referencia a cada uno de los dirigentes fue una constante en su discurso: siempre que pudo remarcó las necesidades de un perfil opositor para encargar los desafíos que él considera que vendrán en 2023. “Uno tiene que hacerse cargo de que el liderazgo es solitario. Es la discusión entre lo correcto y lo políticamente correcto o conveniente”, sostuvo Macri, para luego empezar a subir el tono de sus palabras.
Como plasmó en su segundo libro, el expresidente cargó contra una de las empresas estatales y los subsidios que recibe por parte del Tesoro. “El caso más emblemático de mala administración es el de Aerolíneas Argentinas . Es un disparate, le cobran al que no vuela. Unos U$S 10.600 millones es el costo de la estatización. (Con ese dinero) tendríamos el mejor sistema de trenes del mundo. Ningún progre nos puede correr. Ese discurso cínico no me lo banco más”, agregó. Mientras decía estas palabras, la “hinchada M” empezó a corear “vamos a volver”.
Al imaginar un cheque en blanco para el shock, con un gradualismo que quedó en el olvido, pronosticó: "Esta gente está dejando una bomba peor que 2015. Ahora la gente nos va a dar un mandato de libertad total. La tarea que ustedes van a tener por delante es mortal”.
La interna del PRO atravesó parte del discurso. Con una mención solapada, ya que al hablar de la competitividad en la economía, la relacionó con las PASO y llamó a todos las figuras del espacio a que participen de las internas para dirimir el liderazgo y que perdedores acompañen. “Ustedes tienen una gran oportunidad. JxC tiene que dar el ejemplo de poder competir con ideas, con valores, hablando de frente a la gente. Si lo hacemos de esa manera nadie se va a sentir excluido de trabajar con el que le toque ganar”, sentenció.
Luego de la firma de ejemplares, Macri fue hacia el aeropuerto a tomar un vuelo rumbo a los Estados Unidos para cumplir con sus labores académicas.