La polémica a raíz de las declaraciones de un participante de Gran Hermano en contra del presidente Alberto Fernández que derivaron en la respuesta de la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, se metió de lleno en la Cumbre de Comunicación Política que se desarrolla en Buenos Aires. Letra P dialogó con Analía Del Franco, Carlos Fara, Roberto Starke y Mauro Becerra: con opiniones diversas, analizaron el nuevo capítulo de la novela del Frente de Todos.
El debate surgió a partir de la publicación que la vocera hizo en su cuenta de Twitter para desmentir las acusaciones de Walter Santiago, conocido como "Alfa", uno de los competidores del programa que transmite Telefé, quien involucró al jefe de Estado con presuntos hechos de corrupción. Ante esto, Cerruti consideró que no se puede "naturalizar que alguien se exprese ligeramente de un modo tal que solo busca difamarlo y desprestigiarlo”.
"No sé si sería la portavoz la persona indicada para hacer este tipo de descargo. Quizá se podría haber utilizado otro recurso, algún otro que saliera en la defensa del Presidente, alguien más de la política, no necesariamente una funcionaria. Tal vez por esta cuestión formal, para no dejar pasar y que el tema prosperara, pero me parece que tratándose del Presidente, está bueno que se desmienta y se haga este descargo. No estoy tan segura de que tenga que haber sido la portavoz del Gobierno la que lo hiciera", evaluó Del Franco.
Por su parte, Fara remarcó que "la vocera tiene el rol político de responder cuando son cuestiones que aluden a cierta gravedad, cuestiones que se pueden judicializar o cuestiones de ética" y consideró "lógico" que rechazara las versiones. Además, vinculó la reacción con la gran masividad que adquirió en estos días ese formato televisivo.
"Independientemente de la procedencia del comentario, pero teniendo en cuenta el alto rating que está teniendo Gran Hermano, era esperable que la vocera ocupara ese rol político como para salir a poner un argumento en contraposición. Si desempeña bien su rol, sí, el vocero es la persona indicada para eso. Que lo haya hecho bien o mal es otra cuestión, pero como rol es lógico", enfatizó.
Desde la vereda opuesta, Becerra -director de Trench Comunicación- estimó que hubo "un error de investidura" en la réplica oficial. Desde su punto de vista, "que una vocera presidencial le esté respondiendo a un participante que, en una grabación constante, dice ligeramente una acusación política casi sin comprender correctamente las consecuencias del caso, generó visualización por demás".
"Por salir a responder algo que podría explicarse solamente por el contexto en el que se dijo, generaron un segundo conflicto. Cuando uno ve la situación completa, es una persona sentada en un sillón hablando con otros tantos queriendo ganar notoriedad, siendo filmada las 24 horas. No ameritaba ningún tipo de intervención, pero, en el caso de que hubiera sido necesaria, podría haber intervenido alguien de menor rango", ratificó.
Starke se manifestó en la misma sintonía, pero en un tono más duro: calificó de "desacertado" al mensaje de Cerruti y estimó que actuó de esa forma "porque el Gobierno está muy sensible con todas las críticas que le hacen al Presidente".
"El Presidente es vulnerable. Es un hombre que está pasando por un momento de enorme debilidad y, entonces, cada vez que se habla de él, la vocera tiene que salir a refutar o reafirmar lo que se dice. Es un error. No es una técnica de comunicación adecuada. Hay que elegir a los interlocutores. SI tiene una discusión con un interlocutor y la vocera tiene que actuar, el interlocutor tiene que tener la jerarquía del Presidente, no un participante de Gran Hermano", aseveró y coincidió con su par en que, de esta forma, se sobredimensionó el episodio.