SANTA FE (Corresponsalía) Quien fuera el guardaespaldas político del senador Dionisio Scarpin logró ratificarse como su sucesor en la ciudad de Avellaneda, la tierra de Vicentin. Gonzalo Braidot se convirtió a través del voto popular en intendente, cargo que ocupa de manera interina desde el año pasado. Repitió este domingo, incluso con más contundencia, el triunfo arrasador de las PASO. Con el sello de Juntos por el Cambio (JxC) y sin frente de frentes, el radicalismo norteño seguirá con su reinado.
Braidot tiene 37 años y es contador público nacional. Llegó a la política en su juventud y, tras graduarse en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y regresar a su tierra, comenzó a involucrarse con Orfilio Marcón, hoy sentado en la banca de General Obligado en el Senado provincial, y con Scarpin. Cerca suyo afirman que "siente en la sangre" al radicalismo, al igual que su familia.
A pesar de haber colaborado políticamente con las administraciones municipales, el salto grande a la gestión lo dio en diciembre de 2013 cuando fue nombrado, en su primera función pública, como secretario de Gobierno. Allí empezó a conocer el oficio, a coordinar las distintas secretarías de la municipalidad y a actuar como “guardaespaldas político" del intendente Scarpin. A su vez, fue incorporando la gimnasia de negociar con la oposición y trabajar con el bloque oficialista del Concejo.
Quienes lo conocen destacan que es una persona dialoguista y que busca consensos. Entiende el juego de la política y, si bien mantiene un bajo perfil, cree que a veces es necesario poner el grito en el cielo con críticas a la oposición. A su vez, personas que han trabajado con él lo califican como alguien que tiene “mucho contacto con la gente, se mueve bien en los barrios, con las instituciones y empresas”.
En 2019 se convirtió en concejal y tras asumir fue elegido como presidente del cuerpo legislativo. Ese cargo le otorgó la posibilidad de conducir la municipalidad de manera interina desde 2021 cuando Scarpin fue elegido senador en la fórmula que encabezó Carolina Losada.
En el círculo íntimo de Scarpin sienten la tranquilidad de que se construyó una figura política que puede continuar con el legado radical y el proyecto de ciudad que iniciaron. En caso de lograr el triunfo, que aparece casi cantado, Braidot evaluará si es necesario o no realizar algunos cambios en el gabinete municipal para “planificar los próximos años”.
Mirando hacia el futuro y más allá de estas elecciones, en el entorno del jefe comunal interino afirman que la expectativa es poder sostenerse y hacerse fuerte en la intendencia. “Para consolidarse hay que estar al menos dos periodos, para poder afianzar un proyecto y demostrar para lo que se está capacitado. Lo que pase de ahí en adelante, se verá”, afirma un radical que conoce los vericuetos políticos del norte santafesino.