LA CRISIS DEL GOBIERNO

Teresa García, tres meses en el llano: Primera a fondo y vuelta al Senado

La derrota del FdT la eyectó del gabinete bonaerense, pero volverá a ser clave en una cámara ajustada. Antes, campaña en el conurbano y una función sin cargo.

Pese a que el trabajo de la exministra de Gobierno Teresa García  no estaba cuestionado, fue uno de los cambios que el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, tuvo que hacer de cara a la nueva etapa que transita el Frente de Todos después de la derrota electoral en las PASO. En el llano solo por tres meses porque es candidata a senadora provincial, García tendrá dos tareas: la organización de los comicios y apuntalar, junto a intendentes e intendentas de esa región, la campaña del oficialismo en la Primera sección electoral, donde el oficialismo perdió y buscará recuperar votos. Sin embargo, el rol más importante que le espera será el que tendrá a partir del 10 de diciembre, cuando asuma una banca en el Senado bonaerense y se transforme en una de las principales espadas del gobernador en una cámara que le patea en contra.  

 

García está entre quienes creen que la crisis que atravesó el Gobierno luego de la derrota electoral tuvo un saldo positivo. Para la exfuncionaria, fue una discusión que “se dio de cara a la sociedad” en la que la carta de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, fue “rectora”. En ese marco, entiende que los cambios en el gabinete bonaerense son buenos y, sobre todo, necesarios.

 

La exministra de Gobierno mantiene una muy buena relación con los intendentes y las intendentas del peronismo. Cree que los que desembarcaron en el gabinete, a quienes menciona como sus “amigos” (Martín Insaurralde y Leonardo Nardini), tienen una “comprensión de la política territorial muy grande” y que hace falta, después de la elección, que “ingrese el territorio a las decisiones políticas”.

 

En ese marco y aunque su trabajo no estaba particularmente apuntado, en la previa de la jura de las nuevas autoridadses dijo ser “una mujer de la política” que comprende “perfectamente” el sentido de los cambios. La exfuncionaria había resistido en el Ministerio de Gobierno luego de que el presidente Alberto Fernández  dijera que quienes se postulaban en estas elecciones debían renunciar a sus cargos. No corrió la misma suerte Daniel Gollán, que horas después de las declaraciones del primer mandatario fue reemplazado por su vice, Nicolás Kreplak.

 

En ese entonces, Kicillo consideró que, al ser quien estaba llevando adelante la organización de las elecciones, no podía ser reemplazada y tampoco tenía con quién, por lo que hizo caso omiso a la directiva presidencial y la mantuvo en su cargo. Ante la derrota electoral y la necesidad de mover piezas, el gobernador optó por su desplazamiento, algo que de todos modos iba a ocurrir el 10 de diciembre. No obstante, le encomendó continuar a cargo de la ingeniería electoral, tarea que continuará sin cargo.

 

Al mismo tiempo, trabajará en reforzar la campaña electoral en la Primera, donde el Frente de Todos perdió. Es uno de los territorios clave para el oficialismo por dos motivos. En primer lugar, la sección elige representantes para el Senado y uno de los principales objetivos de Kicillof es dar vuelta la relación de fuerzas en la Cámara alta, hoy controlada por Juntos por el Cambio. En segundo término, los distritos del conurbano son los lugares donde el peronismo cree que están los votos que puede recuperar para revertir el resultado en la provincia, principalmente los de quienes acompañaron al FdT en 2019 y decidieron no ir a votar el 12 de septiembre.

 

En ese marco, el pasado viernes, García compartió una actividad en Ituzaingó junto al intendente, Alberto Descalzo, y la titular de AySA, Malena Galmarini, donde se firmó un convenio y se habilitó una obra de red secundaria de agua.

 

No obstante, García tendrá el rol más importante a partir del 10 de diciembre, cuando asuma, una vez más, una banca en el Senado. “Luego de los comicios voy a prepararme para ir a dar el debate que tiene que tener la sociedad”, dijo el martes en la jura de las nuevas autoridades.

 

Por su vasta experiencia legislativa, será una de las principales espadas de Kicillof y no se descarta que pueda ser la nueva presidenta del bloque del FdT. El gobernador tiene una importante cantidad de proyectos freados que en la nueva etapa deberá negociar con la oposición, más aún si el oficialismo no mejora considerablemente su performance en la general del 14 de noviembre y continúa en minoría.

 

De las 46 bancas que tiene el Senado, hoy 26 están en manos de Juntos por el Cambio y 20 son del Frente de Todos. El oficialismo busca sumar al menos tres lugares para quedar en dos bloques iguales y sacar los proyectos con el desempate de la vicegobernadora, Verónica Magario. Sin embargo, si los resultados de noviembre fueran como los de las PASO, sólo podría sumar una banca por la Cuarta sección electoral.

 

Con la composición del Senado en la mira, uno de los principales objetivos que regirán la campaña de cara a la elección del 14 de noviembre será mejorar los resultados en la Primera para sumar un escaño por esa sección, además de subir al menos tres puntos en la Séptima para superar el piso del 33,3% y llegar así a igualar en cantidad de bancas a la oposición.

 

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