La Copa América lo hizo brutalmente evidente. Cristalizó el cambio: los protagonistas de la escena pública nacional burlaban, birlaban y hacían a un lado de un modo totalmente nuevo las mediatizaciones para decidir sus propias mediaciones a través de las reglas de los soportes digitales. Los canales compartían el negocio y transmitían los partidos. Pero, para todo lo demás, ni hacía falta la tarjeta de crédito: estaba el vivo de Instagram del Kun.
En este extraño transcurrir del tiempo en pandemia, en el que todo parece haber ocurrido ayer y, al mismo tiempo, hace siglos, pasamos de la Copa América a la campaña electoral. ¿A la política cómo se la ve en esta bestial avanzada del territorio digital por sobre el mediático? Todavía está incómoda. Incluso agrupaciones nativas digitales como el PRO están incómodas.
Hay quienes no terminan de entender el nuevo ecosistema, hay quienes creen que se trata de repetir los modos 2015 o 2019. Los dos comportamientos delatan el desconocimiento del vertiginoso cambio ocurrido y el error de confundir marketing con simulacro.
El dato comunicacional de la semana fue que la estrella máxima del fútbol mundial le diera una nota a un streamer luego de invitarlo a cenar a su casa. El enojo de la comunidad de periodistas que insisten en no girar la cabeza para ver dónde van las audiencias coronó el paisaje. En el mismo territorio pero en con relevancia de cabotaje, el presidente Alberto Fernández brinda una entrevista a Caja Negra, un ciclo que conduce Julio Leiva por YouTube y que, no casualmente, tiene como público a gamers, streamers, traperos y jóvenes.
Un distraído puede decir que el formato de ambas conversaciones no difiere demasiado de lo conocido. Es discutible, pero dejémoslo pasar. Lo relevante aquí no es el qué, el formato, el género, sino el dónde. La máxima de Marshall McLuhan exponencial: el medio es el mensaje.
En la nota, Leiva se lo dice al Presidente: Hay un cambio en el consumo, los medios comparten hoy con otras plataformas, pero la política siempre habla de los medios y no de lo digital. Alberto quiere entrar ahí, pero está nervioso.
“No te voy a mentir -dice-. Yo he descubierto todas estas vías alternativas, nuevas, que ya no son tan alternativas porque tienen un nivel de difusión muy expandido. Está claro que hay una generación que abandonó la televisión”. Arrancó bien. Intuitivamente sabe a dónde va, pero a los pocos minutos afirma que en los medios y con los periodistas “pasa lo mismo”. No, Alberto, parte del problema de la política es ese: consideran lo digital como la etapa superior de lo mediático y justamente se trata de otro paradigma, no de una superación de lo anterior.
@diegosantilliok¿A ustedes con qué les gusta la pizza?