En el medio de una de las crisis internas más profundas de su gobierno , este viernes por la noche Alberto Fernández recibirá en la residencia de Olivos al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en un encuentro de grueso calibre entre dos vecinos que no registran su mejor relación. Ante las cámaras y las acusaciones que lo rodean por el cumple-gate, Fernández apela al escenario internacional para refugiarse con la esperanza de hallar un oasis, pero con el temor de generar un nuevo problema.
El encuentro no figuró en la agenda pública de ninguno de los dos presidentes y comenzó a organizarse en el viaje de Fernández a Perú, el 28 de julio, durante la asunción del presidente andino, Pedro Castillo. En aquel momento, coincidió con el canciller oriental y amigo personal de Fernández, Francisco Bustillo, quien inició las tratativas con su homólogo argentino, Felipe Solá. Las mismas generaron, finalmente, este primer encuentro en territorio bonaerense luego del viaje de Fernández a la estancia La Anchorena, en el departamento uruguayo de Canelones, en noviembre de 2020, cuando Lacalle Pou preparó un asado “jugoso, caliente y bastante salado”. “La reunión es una devolución de la visita”, aseguraron a Letra P fuentes de la Cancillería argentina.
En el Río de La Plata aún resuena la discusión que mantuvieron los presidentes en la cumbre por los 30 años del Mercosur, en el mes de marzo. Las visiones diferentes de Buenos Aires y Montevideo sobre el relacionamiento externo y los aranceles a las importaciones del bloque llevaron a Lacalle Pou a asegurar entonces que el organismo no podía convertirse en un “lastre”, por lo cual el peronista lo invitó a “tomar otro barco”. Las notables diferencias políticas y económicas entre un modelo argentino más proteccionista, estatista y progresista y un plan uruguayo más liberal y conservador son evidentes y dificultan el vínculo bilateral. De todas maneras, en el Palacio San Martín sostienen que la relación es “buena y positiva” y que, a pesar de los encontronazos, se trabaja de forma conjunta.
En diálogo con Letra P, una fuente diplomática nacional sostuvo que el encuentro tendrá una “agenda abierta” y que no se centrará en ningún punto en particular. “No hay un listado de temas, pero hay un criterio definido de avanzar sobre los asuntos en los que estamos más o menos de acuerdo”, manifestó a este medio. Entre los temas que aparecen como prioritarios en la previa, se destacan la actualidad del Mercosur, la apertura de fronteras a raíz de la pandemia de covid-19, el turismo, una serie de obras de infraestructura que se desarrollan de forma conjunta y el préstamo de un radar que la empresa argentina INVAP le hará llegar a Montevideo. “Vamos con agenda abierta, pero habrá que ver qué sale de la charla”, aseguró un representante argentino que estará en Olivos.
El tema más espinoso de la jornada será el del Mercosur, donde los puntos de vista de los hermanos rioplatenses están fuertemente encontrados. En la última cumbre del bloque, cuando la Argentina le traspasó la presidencia pro tempore a Brasil, Lacalle Pou avanzó con su proyecto flexibilizador y anunció que su país “comenzará a conversar con terceros para negociar acuerdos comerciales extrazona”. La iniciativa cayó mal en la Casa Rosada. Alberto Fernández llamó a “respetar la figura del consenso” y recordó que la Resolución 32/00 del Tratado de Asunción sostiene que las negociaciones con países externos al bloque deben hacerse de forma conjunta y no de manera individual. La discusión, en la que Montevideo cuenta con el respaldo de Brasilia y Buenos Aires, con el apoyo de Asunción, llega aparejada con la paritaria para reducir el Arancel Externo Común (AEC), punto sobre el cual existen negociaciones entre la liberación uruguaya y la protección argentina.
Hace unos días el canciller Bustillo pareció rebajar las tensiones que existen sobre este tema ante la comisión de Presupuestos de la Cámara de Diputados uruguaya, donde aseguró: “Uruguay en ningún momento se ha planteado abandonar el Mercosur; no es así. En ningún momento, de parte del (Poder) Ejecutivo, ha habido una mínima duda en tal sentido”. En el gobierno argentino explican que durante los últimos meses hubo acercamientos sobre la carga impositivo de las importaciones y que se está cerca de un acuerdo a la espera de limar las últimas asperezas.
En el menú de la noche también aparecerán otros puntos, como la navegabilidad de los ríos, uno de los temas más transversales a las discusiones bilaterales; el préstamo de un equipo de Radar Secundario Monopulso Transportable RSMA-T “Mamboretá” desarrollado y construido por la empresa argentina INVAP y la apertura de las fronteras orientales anunciadas por Lacalle Pou en dos etapas: la primera, a partir del 1 de septiembre, para los extranjeros con propiedades en territorio uruguayo con el esquema de vacunación completo y la segunda, desde el 2 de noviembre, para cualquier persona extranjera vacunada. También se hablará sobre la posible construcción de un puente fronterizo entre la ciudad correntina de Monte Caseros y Bella Unión, en el Departamento de Artigas. El proyecto es una iniciativa uruguaya que cuenta con el respaldo de Corrientes, que podría convertirse en un paso natural biocéanico entre Brasil y Chile a la hora de comercializar.
Cerca del mediodía de este viernes, Lacalle Pou llegó a Buenos Aires y mantuvo una serie de encuentros con su delegación diplomática. Por la noche, luego de la cena, se confirmará si su vuelta contará con el mismo tono optimista con el que llegó o si lo perdió en las profundidades del Río de La Plata.