El momento del cierre de listas para las elecciones, más para un distrito como la provincia de Buenos Aires, siempre deja elementos interesantes para el análisis. Pero hay uno en particular que nos interesa destacar, y refiere a la distancia entre las propuestas de los candidatos y las demandas de la sociedad.
Como ya hemos dicho en distintas intervenciones, el contexto sanitario, económico, político y social reclama de los espacios políticos y de sus dirigentes nuevas sensibilidades. Las demandas de una sociedad con bajas expectativas sobre el futuro tienen el ritmo de la urgencia y eso presiona a las fuerzas políticas a no equivocarse al tratar de sintonizarlas.
El acto de presentación de los candidatos del Frente de Todos mostró a las cabezas de la coalición gobernante en primer plano. Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa plantearon los lineamientos de la campaña: lo que el oficialismo le propone a la sociedad es revertir “malas sensaciones”, la promesa es encaminar la estrategia de crecimiento con inclusión una vez superada la crisis sanitaria. La nómina de candidatos del Frente de Todos, encabezada por Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán, es una expresión clara: por un lado, la unidad se volvió un valor en sí mismo, y la lista muestra el balance de fuerzas interno; por otro lado, las principales figuras están directamente ligadas a la imagen de la gestión sanitaria y social. La duda que se plantea es si estos candidatos, que expresan estado de situación actual, podrán regenerar las expectativas y esperanzas que se fueron perdiendo desde 2019. ¿Qué le promete el presente al futuro?
En Juntos, la partida de María Eugenia Vidal deja una herida en el armado bonaerense. Facundo Manes, por perfil propio, intenta canalizar al sector que la exgobernadora deja sin representación. La interna, más allá del cierto tono hostil de arranque, expresa un cuestionamiento al liderazgo de Horacio Rodríguez Larreta en el armado provincial, que privilegió mantener la candidatura de Diego Santilli. La estrategia de campaña de Juntos evita las referencias a la gestión propia en la provincia y le asigna al expresidente Mauricio Macri la responsabilidad del fracaso de su gobierno. Tratar de avanzar “sin mirar atrás” es la apuesta porque ese pasado poco puede prometer.
El cierre de listas también muestra la fragmentación de los demás espacios políticos, fragmentación que juega contra la consolidación de opciones que puedan romper la polarización electoral. Cabe preguntarse si ello es un resultado de la propia lógica de esos espacios o es una expresión del descontento de un sector de la sociedad importante que no se referencia en las coaliciones mayoritarias, pero tampoco coincide en cuáles son los comunes denominadores de una alternativa posible. Puede que ambas explicaciones no sean excluyentes.
Referentes del peronismo no kirchnerista como Florencio Randazzo y Guillermo Moreno se reparten una parte de la representación de este sector del electorado. La imposibilidad de acuerdos, a priori, condiciona la potencialidad de un espacio que no encuentra un referente claro desde antes de 2019.
En el espectro de la Izquierda, la interna del FIT-U entre Nicolás Del Caño y Alejandro Bodart, junto a las candidaturas de Manuela Castañeira y Jorge Altamira, exponen necesidades que parecen más propias de los partidos que de las de los sectores que buscan representar.
También es el caso de las fuerzas políticas “celestes” donde también primó la fragmentación a partir de las candidaturas de Juan José Gómez Centurión y Cynthia Hotton. En el caso de los Libertarios, la transferencia de Carolina Píparo desde Juntos por el Cambio a las filas de José Luís Espert pone de manifiesto dificultades para conseguir referentes “puros” en los distritos más importantes de la provincia.
Es notoria también la ausencia en los primeros planos de los protagonistas de la primera línea de la lucha contra la crítica situación actual: referentes sociales, de la sociedad civil, trabajadores de la salud que tuvieron un rol fundamental en la doble crisis. Si la composición de las listas marca las necesidades propias de los armados políticos, ¿qué queda para la expresión sensible de las necesidades de un territorio tan complejo?