Un ámbito que logre “canalizar descontentos y desactivados” en el espectro oficialista. Con ese concepto, integrantes del “Frente dentro del Frente de Todos” definieron a Letra P el perfil del espacio que se concibe como un emergente de la necesidad de varios sectores de hacer oír su voz en una coalición gobernante donde se ven a los márgenes y sin rol alguno en la toma de decisiones. Reclaman, entre otras cosas, la institucionalización del FdT a través de una mesa donde todos los partidos estén representados, a la vez que plantean la organización de primarias con la “participación de todas las vertientes”.
Días atrás, el espacio salió a la luz pública. Se compone de cuatro agrupaciones: Compromiso Federal, que lidera a nivel nacional el gobernador puntano, Alberto Rodríguez Saa; Proyecto Sur, Partido Intransigente (PI) y La Dignidad (confluencia de organizaciones sociales). Entre sus caras visibles, aparecen el exvicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, el exdiputado y actual funcionario bonaerense Mariano Pinedo, el exlegislador porteño Jorge Selser, el titular bonaerense del PI, Juan Ferreyra; el director de Políticas Integradoras del Ministerio de Desarrollo Social, Rafael Klejzer, y el exjuez platense Luis Arias, entre otros.
Plantean que, para ser más representativos y tener mayor volumen electoral, todos los sectores tienen que tener representación en el FdT. Entienden la importancia de la unidad pero quieren tener un rol. Ante eso, exigen crear mesas políticas (en todos los niveles) y tener sus asientos. Eso se describe en uno de los dos documentos con los que salen a la cancha interna, donde plantean "la necesidad urgente de institucionalizar el Frente". Allí también exigen internas para dejar plasmadas las diferencias intestinas en cuanto a método y programa y para "derrotar cualquier tendencia a construir la unidad sobre la base de medidas burocráticas o sectarias que impidan la democratización del Frente".
Armadores de este “Frente dentro del Frente” consignan que, internamente, la reacción originaria de varios socios con lapicera en el FdT es subestimar esta incipiente construcción y tildarla de "buscabancas". Ellos se reconocen como un espacio que dota de representatividad a quienes se ven en los márgenes del FdT, muchos de “desactivados” que, “pudiendo aportar, están en la casa”.
Puntualmente en el caso Mariotto, en su entorno sostienen que el último vice de Scioli quiere consolidar un espacio que en 2023 pueda tener mayor participación en la definición de la continuidad del proyecto, una pata más en la construcción del frente. Para ello, no ponen como condición un lugar institucional en 2021, pero dicen que, si no hay lugar en estas PASO, existen herramientas políticas que los hacen pensar que pueden participar de la elección. Así, aclaran que harán lo posible para que su apoyo al Gobierno sea desde el FdT, pero no se descartan otro tipo de jugadas.
En el reclamo de competencia en las primarias, hacen foco en lograr que la lista resultante de la misma “contenga a todas las listas que participaron con un sistema D’Hont sin piso”, lo cual “logrará que toda la potencia democrática se exprese en las elecciones generales”.
En ese sentido, ven a cada distrito con su particularidad. Creen que en la Ciudad de Buenos Aires hay una relativa viabilidad de que sus propuestas tengan permeabilidad interna, que estiman que en la provincia tratarán de horadarlo un poco más al espacio.
Varios dirigentes que confluyen en este armado se quejan del “destrato” de no haber podido participar con una línea interna en las elecciones del PJ nacional, con Rodríguez Saa y Mariotto a la cabeza. Allí, muchos se autodefinen kirchneristas que están ausentes en la toma de decisiones, del rumbo y el método. Por eso, piden una mesa política que discuta políticas y miradas “para cometer menos errores”.
Aclaran que el Gobierno los representa, pero creen que le falta identidad y claridad al proyecto político del FdT. Al identificar en las gestiones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner “una direccionalidad y línea de acción”, en la administración encabezada por Alberto Fernández detectan la dificultad de ser “un gobierno más de coalición”, donde se expresan “más los sectores de la moderación” –aquí identifican al massismo- y menos los que creen que “hay que profundizar una línea de acción”.
Encorsetan esa profundización anhelada en una serie de “políticas a defender y sostener”: deuda, infraestructura y modelo productivo, con situaciones de defensa de la soberanía, como puede ser la discusión en torno a la Hidrovía.
Con esas premisas, el Frente dentro del FdT busca un lugar en la agenda de discusión interna, entrando en la recta final hacia el cierre de listas.