La intendenta de Moreno, Mariel Fernández, se anotó en la puja por la representación de la Primera sección electoral y aspira a colocar un candidato o candidata en la nómina de senadores provinciales, a poco más de un mes del cierre de listas para las elecciones legislativas.
La sección pone en juego ocho bancas y es un territorio clave para que el peronismo logre el control del Senado, hoy dominado por Cambiemos.
Recostada en el aval que le da el haber ganado el tercer distrito en caudal electoral, la jefa comunal del Movimiento Evita apuesta a que el cuarto nombre en la boleta del Frente de Todos salga de su espacio.
A diferencia de 2017 donde el peronismo jugó dividido y Unidad Ciudadana obtuvo solo tres lugares, Juntos por el Cambio se alzó con los cinco restantes y 1Pais de Sergio Massa no logró perforar el piso, la clave en esta elección es la incorporación del massismo, que configura un escenario favorable al oficialismo con posibilidad de escalar a un mínimo de cuatro escaños.
El arrastre de votos de los dirigentes de la Primera que jugaron con Florencio Randazzo, hoy encolumnados al gobierno, es otra variable que permitiría engrosar las filas de la tropa propia.
Los resultados de aquella elección delinearon un desbalanceado mapa dentro de la Cámara alta que coloca en una posición de desventaja al actual espacio gobernante, sin la mayoría y con 6 bancas abajo. La estrategia del Frente de Todos y de Axel Kicillof es encarar las próximas elecciones de medio término con el poder de fuego del peronismo unido para recuperar el control en el Senado y el quórum propio.
De acuerdo al cronograma oficializado por la Cámara Nacional Electoral, el 24 de julio vence el plazo para la presentación de listas de precandidatos y precandidatas ante las juntas electorales partidarias.
Consciente de la contienda electoral que se avecina y de la rosca política que deberá sortear con sus pares, la intendenta formada políticamente en los movimientos sociales, se desmarca por un momento de la agenda que impone la pandemia y pone sobre la mesa de negociación el peso territorial de su distrito.
Junto a Merlo y San Martín, Moreno está entre las tres jurisdicciones que aportan mayor cantidad de electores a la Primera. Juntos representan cerca del 25 por ciento del padrón de un total de poco más de 4 millones de personas en condiciones de votar en el circuito, mientras que la incidencia del territorio comandado por Fernández alcanza el 7,65 por ciento.
Fuentes cercanas a su entorno deslizan que, con el aval de estos números, la jefa comunal “cree que le corresponde tener una representación en la lista seccional y aspira a definir el cuarto lugar”.
En Moreno y en la figura de Mariel Fernández empieza y se agota la representación del Movimiento Evita, ya que es el único bastión que el espacio conducido por Fernando Navarro logró mantener. El lugar que tenía en la Tercera lo perdió en 2017 cuando decidió jugar con Randazzo y fueron arrastrados por la mala elección de Cumplir.
La inserción en esta última sección la fue perdiendo por la mala performance electoral y los flojos armados de “El Chino”, que logró colarse en la gestión de Alberto Fernández con el cargo de secretario de Relaciones Parlamentarias e Institucionales de la Jefatura de Gabinete. Juega el rol de “vocero informal” responsable de coordinar la relación del Ejecutivo con el Congreso nacional.
En Diputados, el Evita tiene una banca a través de Patricia Cubría mientras busca instalar a su candidato en Lanús Agustín Balladares, que no logra hacer mella entre los numerosos candidatos del peronismo para acceder a la intendencia, hoy en manos de JxC.
Frente a este panorama, la apuesta del Evita es entregar toda su representación en otras secciones en función de la Primera. Con la cuenta regresiva para el cierre de listas, el cuarto lugar al que aspira la primera intendenta de Moreno le permitiría no solo sumar a alguien de su espacio, sino consolidar poder desafiando a una asimétrica sección del conurbano gobernada en su mayoría por hombres, donde el “techo de cristal” es aun difícil de romper.