La embestida de la oposición pidiendo el juicio político al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, por “incumplimiento de sus funciones”, sacó a relucir una de las tantas internas que atraviesan a la coalición de gobierno.
El encargado de exponer la tensión fue el secretario de Relaciones Parlamentarias, Institucionales y con la Sociedad Civil, Fernando Navarro, quien, a través de la red social Twitter, salió a justificar a su jefe directo ante las críticas que ensayaron los dirigentes de Cambiemos por no presentarse al Congreso a rendir cuentas.
Cafiero “no fue a Diputados en noviembre por razones ajenas a su persona. No obstante respondió 1900 preguntas en el Informe 128”, le contestó “El Chino” al presidente del Bloque UCR y del Interbloque Juntos por el Cambio, Mario Negri, que le dio el pie para filtrar la queja y deslindar responsabilidades.
Fuego amigo en 209 caracteres. Sin dar nombres, las “razones ajenas”, sutil eufemismo elegido por el dirigente del Movimiento Evita, apuntarían a Sergio Massa. El presidente de la Cámara baja mantiene buena sintonía con Máximo Kirchner, con quien consolidó una dupla clave para mantener la unidad y alcanzar los acuerdos necesarios más allá del bloque oficialista.
En tanto Navarro, el “vocero informal”, es el responsable de coordinar la relación del Ejecutivo con el Congreso nacional. Sin embargo, de forma reciente ha generado un ruido indeseado en el Frente de Todos al tensar el vínculo con Diputados en contraste con el perfil moderado de su jefe más cercano.
El tema no se agotó en un solo tuit. El dirigente social, que jugó en las filas del randazzismo en 2017, agregó que Cafiero este mes va al Senado y después, a Diputados. “Ya se les notificó a las autoridades de ambas cámaras”, aclaró para disipar cualquier duda.
Las diferencias de Navarro con el líder del Frente Renovador no son nuevas. Durante el gobierno de Cambiemos, lo acusó de ser funcional a Macri, mientras que el año pasado lo tildó de promover un discurso punitivista cuando las tomas de tierras se multiplicaban en distintos lugares del país en medio de la pandemia. Massa adelantó que presentaría un proyecto para que “a aquel que organice una toma de tierras, se le caigan todos los beneficios que le da el Estado, como la AUH o el IFE”.
El Chino, sabio conocedor de los movimientos sociales, salió al cruce y cargó de tensión el tema afirmando que la propuesta quedaba bien para la tribuna, pero no era la solución.
La versatilidad de sus ideas lo llevó a ratificar en 2017 que, ante una eventual interna entre Cristina Fernández de Kirchner y Florencio Randazzo, elegiría al hombre de Chivilcoy, por considerarlo “una expresión más genuina” versus el “verticalismo absoluto y una ausencia de mirada crítica” que le endilgaba a la expresidenta.