Marcos Castelló, Kaniche para los santafesinos y las santafesinas, casi sin querer queriendo vive de campaña. No de la típica forma que lo hace la mayoría de los políticos y políticas. Mientras sale de gira junto a su grupo de cumbia, con un micrófono enfrente y al ritmo tropical, sin decir ni una sola palabra de política, acrecienta su caudal electoral.
El senador provincial por el segundo departamento más importante de Santa Fe en cantidad de habitantes resistió contra algunos pronósticos electorales y escapó de ser candidato a concejal en la capital provincial en 2021. A pesar de que su nombre resonó en más de una charla rosquera de café o asado, no formará parte de ninguna lista más allá de que su votos "coticen en bolsa", como le dijo un referente peronista a Letra P. Lo que es seguro es que seguirá en su silla de senador por el departamento La Capital hasta 2023. Pero, ¿qué le depara al peronista más popular, electoralmente hablando, de la ciudad santafesina?
Castelló tiene un plan. Rompe con los típicos estereotipos de los políticos, esquiva lo protocolar y no deja nunca el carisma que tiene arriba del escenario, lo que lo distingue entre la formalidad que reina en la Legislatura. Año tras año fue construyendo una imagen política que crece en la región, al punto de que muchos dirigentes peronistas lo ven como la figura natural del PJ a disputar la intendencia de la capital provincial. Él se escurre de esas discusiones y tiene cómo objetivo renovar su banca en 2023. ¿Y después? “Falta mucho”, le respondieron a este medio desde el entorno del legislador.
Entre proyectos de ley y reuniones de comisión, Castelló le sigue dedicando una parte importante de su tiempo a la música: ensayos durante la semana y los fines de semana, a recorrer escenarios. Los jueves, cuando sale del Senado, guarda la camisa y el saco de sesiones hasta la semana siguiente para ponerse otro traje: el de cumbiero. Antes de la pandemia, su raid musical de los viernes, sábados y domingos era maratónico haciendo, a veces, varios shows por noche. El coronavirus vino a cambiarlo todo. Hoy las giras son más breves, con menos recitales y con horarios restringidos. Por ejemplo, durante marzo y abril, hasta que las nuevas restricciones prohibieron las actividades culturales, tocó en Santa Fe, Rosario (uno de los shows fue en el teatro Broadway, que es de los más importantes de la ciudad), San Lorenzo, Santo Tomé y San Cristóbal y tenía una fecha en Rafaela que se suspendió por cuestiones sanitarias.
Las recorridas por la provincia para realizar sus shows durante los fines de semanas transforman estos viajes en una campaña política permanente que ya dio sus frutos.Va y viene por la provincia y su cara deambula en varias ciudades, un guiño desinteresado a las urnas, al estilo del actual intendente de Santa Fe, Emilio Jatón, que, tras meterse en los almuerzos de santafesinos y santafesinas desde el noticiero del mediodía, cosechó una tonelada de votos. Como si fuera poco, a fines de febrero, Kaniche participó en Pasión de Sábados, programa tropical por excelencia que se ve en todo el país.
La popularidad de su banda tropical traccionó votos a Castelló
Castelló es cuidadoso en las formas. En Facebook tiene dos perfiles: uno como político y otro como cumbiero. Sus equipos de trabajo son totalmente distintos: tiene una suerte de manager que le maneja las cuestiones artísticas y de imagen en su grupo y otra persona es la que se encarga de la comunicación política de su senaduría. Hace algunos meses, el santafesino le contó a Letra P que al escenario sube solo el artista y que con el micrófono en sus manos no hace más que cantar, pero, por más que separe las aguas, la popularidad de su conjunto tropical fue sedimentando su imagen electoral, que se cristalizó en las últimas elecciones.
Si bien se encuadra dentro del espacio de Omar Perotti y tiene una muy buena relación con la cúpula de la Casa Gris, Castelló siente que no tiene jefes políticos y se mueve libre en su cargo de secretario departamental del justicialismo santafesino. Habla con todos los sectores del PJ y de la oposición. También, hilvana relaciones fuera del ámbito político con distintos actores sociales, ONGs y clubes deportivos. Ese rol le quedó cómodo los primeros meses de aislamiento social durante 2020, cuando evitó que los cortocircuitos entre los cantantes del ámbito cumbiero y el gobierno, por la imposibilidad de realizar shows, pasaran a mayores. Puso paños fríos y bajó tensiones.
Aunque hace un tiempo le confesó a este medio que no estaba “preparado” para competir por la intendencia, ya que “un cargo ejecutivo demanda otra cosa”, habrá que ver si en dos años puede esquivar las presiones de algunos sectores del peronismo que ven en su popularidad la posibilidad de recuperar la capital provincial tras 16 años en manos del Frente Progresista.