BIOCOMBUSTIBLES

Manzur apuesta a la nueva ley y juega sus fichas con la industria azucarera

Para el gobierno tucumano, el proyecto en debate marca “un horizonte para las inversiones”. Ventaja para los ingenios frente al maíz de Córdoba y Santa Fe.

 

 

El proyecto sobre biocombustibles que busca establecer un nuevo marco regulatorio para el sector comenzó su tratamiento legislativo este miércoles. En el capítulo específico de bioetanol, de especial interés para Tucumán y el resto de las provincias del NOA donde se produce caña de azúcar, la iniciativa postula un corte con las naftas comunes del 12 por ciento, sin ninguna variación en cuanto al porcentaje vigente hasta el momento.

 

Este corte estará compuesto de un 50 por ciento con etanol a base de maíz y la otra mitad a base de caña de azúcar, pero con un diferencial. La autoridad de aplicación podrá reducir el porcentaje de etanol a base de maíz en función de la variación internacional de su precio. Por ende, en la puja productiva interprovincial, quienes saldrían mejor parados son los ingenios del NOA, con preminencia de las empresas tucumanas.

 

“Esta es una ley que le otorga previsibilidad a la actividad hasta 2030 y sobre todo marca un horizonte posible de inversiones”, manifestó a Letra P el ministro de Desarrollo Productivo de Tucumán Álvaro Simón Padrós.

 

La fecha del tratamiento legislativo no podría ser más oportuna ya que por estos días arrancó la zafra en la provincia. Se calcula que en todo el sector de los biocombustibles trabajan más de 60.000 personas, mientras que en la zafra azucarera se emplean 40.000 personas durante seis meses.

 

“Antes, la mayor cantidad de bioetanol era de maíz, ahora está más equilibrado. El sector comprendió que cuanto más alcohol se produce, se reduce el stock de azúcar para consumo interno y eso mejora el precio. Es una manera de autorregulación que en este caso permite que haya mayor producción de bioetanol”, explicó Padrós.

 

En la provincia hay 15 ingenios, de los cuales 11 cuentan con destilerías para producir bioetanol en base a caña de azúcar. La mayoría son empresas medianas, aunque en la provincia pisan fuerte Arcor, el Grupo Minetti o La Florida, propiedad de Los Balcanes SA.

 

“El tema de los biocombustibles no se va a discontinuar. La ley sale. Agradezco el trabajo silencioso pero persistente del gobernador con el ministro de Economía Martín Guzmán y la bancada oficialista de diputados para que salga la nueva ley o la prórroga hasta tanto se expida el Congreso”, sostuvo Jorge Rocchia Ferro, empresario azucarero y dueño de Los Balcanes. Impulsada por la senadora santafesina María de los Ángeles Sacnun (Frente de Todos), la prórroga al actual régimen tiene la aprobación del Senado desde fines de 2020. Sin embargo, el lobby petrolero para reducir los márgenes de corte y el choque de los intereses provinciales paralizó el tratamiento en la Cámara baja.

 

Puja productiva

Uno de los primeros borradores del nuevo marco regulatorio en debate incluía la posibilidad de que las empresas petroleras se metieran en el negocio de los biocombustibles de manera directa. En el tire y afloje con las operadoras, la nueva iniciativa prohíbe que los productores y refinadores de crudo sean “titulares" o posean "participación en empresas y/o plantas productoras de biocombustibles”.

 

“Preocupaba mucho que las petroleras pudieran participar del negocio de los biocombustibles. De esta manera se logrará que no haya una integración vertical”, agregó Padrós. Según los cálculos de la provincia, los ingenios con capacidad de destilar el alcohol anhídrico para mezclar con las naftas podrían superar el 15 por ciento de corte, frente al 12 establecido en el proyecto que se está discutiendo en el Congreso. No obstante, Manzur mandó bancar el nuevo proyecto. Una de azúcar y otra de crudo.

 

En caso de que los precios internacionales del maíz se disparen, la autoridad de aplicación podría redistribuir cupos a favor del bioetanol a base de azúcar. Este sería un diferencial competitivo que busca desacoplar el impacto del valor internacional del maíz en los combustibles. Si bien Padrós entiende que esta decisión direcciona los beneficios hacia los productores de su provincia, “la nueva ley no debería quitarle beneficios a la soja y el maíz”, aclara.

 

“La pregunta de fondo que hay que hacerse es cuál es la matriz energética que realmente necesitamos. Tenemos que seguir apostando a una mayor integración de los biocombustibles”, enfatizó el funcionario tucumano, quien ratificó a Letra P que espera que el proyecto salga tal cual fue presentado en el Congreso y mientras dure su debate, de ser necesario, se prorrogue el actual régimen de promoción.

 

Para Claudio Molina, Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, las variaciones del precio del maíz no incidirían tanto en la inflación. “En el caso hipotético de un aumento del precio del bioetanol del 100 por ciento, su impacto en el Índice de Precios al Consumidor sería de un 0,8 por ciento. Desde hace mucho tiempo que los productores de bioetanol de maíz vienen achicando sus márgenes porque los precios de venta que les fija la Secretaría de Energía están muy por debajo de la suba del precio del maíz”, sostuvo en diálogo con Letra P.

 

En el Frente de Todos en Diputados consideran que el proyecto logrará la media sanción, incluso con el acompañamiento de los legisladores más vinculados a las provincias con fuerte presencia del negocio petrolero.

 

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